El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

29 abril 2008

Los pichas


Sin proponérselo, como siempre, sin pretenderlo siquiera, Cádiz se ha convertido estos días en la provincia líder de España en dos estadísticas que se han publicado. La número uno. Por un lado, los gaditanos se han convertido en los que más palabras aportan a la jerga popular española, términos como picha o quillo, que ya son universales, y, por otro lado, Cádiz es la provincia con el índice de absentismo laboral más alto, no sólo de Andalucía o de España, sino de toda Europa. Lo cual, que el chiste les viene hecho y se habrá repetido hasta la saciedad. «Pero, picha, qué pasa en Cádiz, ¿es que no curra nadie? Quillo, es que los andaluces sois la leche, no le dais un palo al agua. La tela de la mamela ¿Se dice así?». En fin, que parece nuestro sino, porque con Cádiz va toda Andalucía. Y cuando las estadísticas acompañan a los tópicos, a ver qué se puede hacer. Toda la vida empeñados en desmentir ese sambenito insultante de holgazanes entregados a la juerga y al flamenco; buscando hacer bandera del orgullo de andaluces. Que la pasión por la vida no tiene nada que ver con la indolencia, que los tópicos de pandereta son injustos. Que duelen. Pues nada.

Ocurre, sin embargo, que, como otras veces, el riesgo mayor es el de utilizar el agravio como paño de lágrimas. Porque una cosa es que combatamos con fuerza los tópicos y otra muy distinta es que sirvan para ocultar la realidad. Además del absentismo laboral (detrás de Cádiz va Málaga y Andalucía, en su conjunto, es la región española con más absentismo), esta comunidad sigue estando a la cola de todo. La producción por habitante es aquí casi la mitad que en el País Vasco, 30.599 euros frente 18.298 euros; el paro es del 14% en Andalucía, y del 8% en la media española; y a algunas regiones europeas que hace treinta años estaban al mismo nivel que Andalucía, ya no le vemos ni la matrícula. Por ejemplo, Irlanda, que supera de forma espectacular la media europea del Producto Interior Bruto (147 por ciento), mientras que Andalucía no llega ni de lejos (se queda en el 80 por ciento).

Es evidente que el atraso andaluz hunde sus raíces en la historia, que el proteccionismo centralista ejercido desde la mitad del siglo XIX en beneficio de madrileños, catalanes y vascos postergó a Andalucía. Es verdad que las desigualdades marcan el destino de los pueblos. Pero, después de treinta años de autonomía, de competencias plenas para decidir el rumbo, después de dos décadas enchufados a la manguera de financiación de la Unión Europea, la historia ya no es la única explicación del atraso andaluz. Ya no valen los agravios de hace cien años.

No podemos hacer nada para cambiar los tópicos, pero la realidad sí que puede cambiar. Porque lo han logrado otros, porque ésta ya no es la España franquista, la Andalucía de lutos, alpargatas y legañas. ¿Qué hemos hecho con las ayudas de la Unión Europea? Para buscar la culpa de que sigamos a la cola de todo ya no hay que salir de Andalucía. Y a veces parece que aquí el personal está encantado con eso de ser los pichas.

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Marchando


Tenemos una variada gama de motivos para sorprendernos, la fragata, los piratas, el rescate, Zapatero, Somalia... Así que vayan eligiendo. Quizá se quedan con la fragata de la Armada. ¿Para qué ha ido la fragata a Somalia? ¿Para escoltar el pago a los piratas? Ésta es buena, los militares escoltando el maletín con los billetes de quinientos. “A ver cabo, cuente el dinero”. ¿Fue por eso por lo que la fragata tardó tanto en llegar? Porque la vuelta, a ver, se ha hecho en un plis plas. ¿Qué ocurrió en la ida, las negociaciones quizá? Y luego, la entrega de la pasta en acto formal. “¡Firmes, ar! Señor pirata, aquí tiene el dinero. ¿Las ametralladoras? No tema, que sólo las llevamos para evitar que nos roben el rescate”. ¿Habrá ocurrido así? Porque estas cosas, es decir, sólo pasan aquí, que en Francia, cuando los piratas asaltaron un barco galo, el Ejército también mandó sus fuerzas. La diferencia es que cuando llegaron a la zona, los soldados franceses hicieron lo propio de los soldados, detener a los piratas y recuperar el dinero.

Pero hay más misterios. ¿Qué me dice de que el rescate se haya debido a “un éxito diplomático” y, sin embargo, el ministro de Exteriores estaba en Perú y se enteró del final del secuestro por los periodistas? ¿Y el silencio de Zapatero estos días atrás? ¿Se lo habrá aconsejado su asesor malagueño Bernardino León, el ex de Moratinos? Que Zapatero, al final, es un bocazas y era capaz de contar las negociaciones como en el proceso de paz con ETA. Y participar en el pago de un secuestro es delito. Por eso, Bernardino, que es listo, le habrá llevado a Serrat a la Bodeguilla de La Moncloa. Para distraerlo. Y mientras componía con el dedo una ceja circunfleja, Serrat aprovechaba para calmar a Zapatero con una canción de piratas buenos. “Todos los piratas tienen atropellos que aclarar, deudas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar. Marchando una de piratas…”

Puede suceder, claro, que en el abanico de asombros, su favorito sea el pasmo de pensar que en aquellas aguas todo es mentira. Somalia no es un país, el Gobierno no gobierna y el Estado no existe. La paz es el periodo que va entre ráfaga y ráfaga de una guerra civil eterna. Y las navieras europeas aprovechan el caos para faenar en aquellas aguas con redes ilegales, capturas masivas prohibidas en nuestras civilizadas aguas. ¿Por qué culpar a los piratas si todo el mundo acude a Somalia para saquear? “Llevamos años y años pidiendo ayuda a la ONU, a la comunidad internacional, y nadie nos escucha. Nos dejaron olvidados y ustedes los europeos se acuerdan ahora de Somalia porque les secuestran a gente”, dice un ministro somalí.

En fin, que marchando una de piratas. Todo es mentira, pero todos tan contentos con esta nueva victoria de la paz. Cantemos con Serrat, con el dedo circunflejo sobre la deja y una leve variación en la letra. “No hay historia de piratas que no tenga un final feliz. Ni ellos ni la censura lo podían permitir.”

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28 abril 2008

Anguita (y 2)

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«La política es un arte agrario», dijo aquí Julio Anguita el otro día, con una de esas metáforas sublimes con las que, a menudo, devuelve la política al estado natural de grandeza en el que hay que buscarla en los peores momentos, cuando la pisotea el sectarismo y el marketing. La política es un arte agrario, reclama Anguita, porque no puede sucumbir triturada por la turbamulta de estos tiempos, por la velocidad de los acontecimientos, que siempre actúan sobre los hechos como una poderosa amnesia colectiva, la garantía del olvido. Con la fugacidad sólo prevalece la vaga impresión de una sonrisa, de una pose, de un talante, usurpando el fondo de las cosas y hasta la realidad.

La política es un arte agrario, es verdad, y por eso necesita el sosiego, la esperanza, la paciencia y la humildad del agricultor. Además, la siembra no garantiza la cosecha, esa es la lección principal del campo; la única satisfacción que está garantizada es la del trabajo bien hecho, la entrega del agricultor, la pasión depositada en cada surco de tierra arada, mimada. Por eso el arte de la política tendría que ser agrario, porque se recoge lo que se siembra, porque existe una conexión inviolable entre la semilla y el fruto. Cuando la política se reduce al marketing, las ideas quedan supeditadas a la eficacia electoral; las formas se imponen al fondo y lo determinan. De ahí la necesidad de entender la política con el sosiego de un agricultor.

«El campesino tiene tiempo para rebinar», añora Anguita. Binar es el segundo arado de un agricultor, la segunda cava que se hace en los viñedos para perfeccionar los surcos, para quitar malas yerbas, para enderezar los brotes. En esa tarea se afana ahora Anguita, quiere repensar Izquierda Unida con la paciencia y la entrega de un compesino. Qué estampa tan bella, verlo a lo lejos; Anguita agarrado a la esteva, guiando otra vez el arado. La imagen sería perfecta, ay, si no fuera por que Anguita va labrando la tierra con un arado decimonónico, un arado romano de hierros enmohecidos que arrastra una mula cansada.

La política es un arte agrario, claro, pero la agricultura no es un arte momificado. Ese es el error de Anguita. Lo que se espera de su reflexión es una vuelta a los principios, no a los orígenes. Confundir la solidez de los principios con el estancamiento de las ideologías es un error de bulto. La defensa de la igualdad y de la solidaridad, de la justicia y de la fraternidad, no puede contener ahora los mismos epígrafes que hace cien o doscientos años porque la realidad no tiene nada que ver. Estalingrado, Franco, el Che, el aparato del partido… Todo eso ya pasó. Lo que se espera de la izquierda es realidad. La añoranza es un fetichismo letal, una muerte sedada.

Que lo vemos a lo lejos, y su estampa de tipo honrado y tozudo, sólo frente al imperio del marketing y del poder, es atractiva, pero cuando descendemos al detalle, entristece su empeño en ese arado antiguo. Y el trigo, Julio Anguita, ya no se cultiva con el arado de mulas. La hoz ya no brilla al sol en la cintura de un jornalero, empapada en la sangre blanca de las mieses.

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27 abril 2008

Julio Anguita. Reflexiones


Ocho años después de su retirada de la política nacional y veintidós años después de haber dejado la Alcaldía de Córdoba, todavía hoy, cuando pasea, como esta tarde, por la primavera exuberante de los jardines y calles de Córdoba, se le acerca un ciudadano para reclamarle una fuente en el parque o una acera nueva. Y Julio Anguita, muy suyo, primero lo escucha con atención y luego le espeta con aspereza: «Pues vaya usted al Ayuntamiento a reclamarlo, que para eso están». Es Julio Anguita en estado puro, aferrado a sus principios sin carantoñas ni pasteleos. La crudeza de la sencillez o la rigidez de lo complejo, de lo que va más allá de la apariencia. "La política es un arte agrario", dice. "El arte agrario necesita el arado, la siembra, el riego, las esperas del sol y de la lluvia, las lunas. El campesino tiene tiempo para pensar, para rebinar, que es la palabra que se utiliza. En el momento en el que la política se convierte en un tran-trán, en una foto o una pose, ya no hablamos de políticos sino de marionetas". Es el Julio Anguita que ahora vuelve a dar un aldabonazo en Izquierda Unida.

SOBRE SU ETAPA DE COORDINADOR


Repasemos un momento qué ha ocurrido con alguna de mis afirmaciones y con aquellos que decían que yo estaba fuera de la realidad. ¿Qué ha pasado con la gente que estaba en Izquierda Unida y está hoy en el PSOE? ¿Y con algunos altísimos dirigentes sindicales, dónde están? ¿Quién llevaba razón en aquel pleito? ¿Qué ha pasado con las dos orillas? ¿No es verdad que PP y PSOE están en la misma orilla, con la misma política fiscal, con la misma reforma laboral, la misma política económica? Lo que pasa es que lo que yo tenía enfrente era, por un lado, la propaganda del PSOE y del grupo Prisa y, por el otro, la falta de firmeza de mi formación, que se asustaban. ¿Que soy un iluminado? A mí todo eso me hace mucha gracia. ¿Qué iluminado quiere hacer de la política algo laico? Lo que no hago, desde luego, es prestarme a operaciones del tipo de ‘todos contra la derecha’. Eso sí que suena a iluminación, a cruzada. ¿Contra la derecha? Claro, pero a ver, primero todos con el programa, contra las políticas de derecha. Como la ‘pinza’ de la que nos acusaban con el único objetivo de ocultar que el PSOE de aquellos años era una ciénaga: corrupción, crimen de Estado, dimisión de ministros, encarcelamientos, financiación ilegal...

SOBRE EL DECLIVE DE IZQUIERDA


Yo digo que Izquierda Unida, en su último estertor, sólo tiene una salida: la refundación. El terreno para una izquierda como la que pretendíamos al principio existe, sigue ahí y es inmenso. Pero es que, además, vivimos un momento en el que lo que se avecina es una crisis de caballo, y me preocupan los mileuristas, los parados, el precio de los alimentos, los jubilados... Ante esa situación, pido que a IU llegue sangre nueva, que este proceso no puede ser endogámico. Yo invito a todo el que quiera a que lea detenidamente el documento. Y que opine en un debate orgánico. Lo que no voy a hacer, y esto es un aviso, es pactar con nadie modificaciones. Si alguien tiene pensado llamarme para que yo, en un encuentro informal, cambie este apartado o que le añada este otro, que no me llame. No perdamos el tiempo.

Esta situación no se produce por el resultado de las elecciones; hace meses que lo vengo diciendo, que el PSOE había abducido a Izquierda Unida. Y salían contentos en las ruedas de prensa, ‘gracias a nosotros se ha aprobado...’ ¡Y se lo creían, además! En fin, ante esa situación, que viene de lejos, elaboré este documento que, junto al elaborado por Manuel Monereo y otro más de Javier Navascués, son muy válidos para el debate de la conferencia política del PCE. En lo personal, estoy autorizado por mi partido para acudir allí donde me llamen en el partido o en Izquierda Unida para explicarles mi tesis.

SOBRE EL PARTICO COMUNISTA


También he elaborado un documento sobre el PCE, que se dará a conocer cuando se crea oportuno. Mientras existan desigualdades e injusticias, yo seguiré pensando que hace falta el comunismo. También sé que mi partido fue el único que se enfrentó a un tal Francisco Franco. Y que en Estalingrado fue el único que venció al nazismo. Con grandes errores, y graves crímenes, como otras ideologías y religiones, pero sigue siendo un proyecto de liberación. Yo soy comunista de fondo. eso de acusar al PCE es radicalmente falso, tendencioso, miserable, felón, canallesco y ruin. Y sé de lo que hablo y tengo autoridad para decirlo. Le dije antes que el PCE le ha dado a IU lo mejor y lo peor, que es la tendencia a depender del PSOE. Y qué curioso que quienes acusan al PCE lo único que vean bien sea esto último. ¿Me voy explicando? Quienes critican al PCE por su injerencia en Izquierda Unida resulta que son los proclives a la dependencia del PSOE. Ya se los he hecho saber en otras crisis. El PCE les importa un pimiento, lo que les preocupa es Izquierda Unida porque el proyecto que tienen es el de crear un partidín socialdemócrata, subalterno del PSOE. Esa es la idea que está en marcha.

SOBRE LA MONARQUIA


La Monarquía es reaccionaria; va contra los Derechos Humanos; es una excrecencia del pasado y, la española en concreto, está manchada por ser imposición de un dictador sangriento. Este monarca tiene un origen espurio. Por la procedencia y por lo ocurrido. ¿O no es cierto que el monarca pidió diez millones de dólares para subvencionar al partido de Adolfo Suárez? Yo tengo la carta. Y otras acusaciones e imputaciones más. Dice la Constitución que todos los españoles son iguales ante la Ley, y no es verdad: hay uno que es inviolable. Eso sí que es un horror democrático. La monarquía fue un apaño que, a los treinta años, empieza a deshilvanarse.

SOBRE EZKER BATUA


Yo, vamos a ver, no estoy de acuerdo con ningún acuerdo con ANV, pero eso es una aguja en un pajar. Incluso le puedo admitir que es contradictorio, que los nacionalismos no son progresistas, pero la condena a pactar con los nacionalistas no me la sacará nadie. Sobre todo cuando el PSOE estuvo doce años gobernando con el PNV y, con la Consejería de Educación en su poder, se educaron en las ikastolas los chicos de la kale borroka. Y Aznar, que fue presidente nada menos que de la mano de Arzalluz. Vamos a ver, que conocemos la historia... Seamos rigurosos, soy internacionalista, no soy nacionalista, pero le añado que en Euskadi la política de los nacionalistas, del PNV, es la más de izquierdas que hay en todo el Estado español.
Claro que abomino de la Ley de Partidos, que es totalmente antidemocrática. ¿Qué es eso de meter a la gente en la cárcel por lo que pueda pensar? En esa ley subyace el espíritu de la Inquisición. Cuando se financia a una banda terrorista, se mete en la cárcel a quienes hayan cometido el delito, pero no a todo el colectivo.

SOBRE LAS REFORMAS DE ESTATUTOS


¿Que cuál ha sido el resultado de las reformas estatutarias en las autonomías? Un churro. Estamos ante un Estado federal, confederal, autonómico y con elementos centralistas. Ese es el churro, y derivará en conflictos, en confusión. No más, no piense usted que nadie se quiere separar de España. No, la consecuencia será ésa, agravios comparativos y complejos de inferioridad, en dominio del capital... También en Andalucía se vendió la reforma con el gancho de ‘queremos ser iguales’ y se embarcó en un proyecto lleno de contradicciones.

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Obscenidad


Aquella vez, cuando lo de la condena judicial a Televisión Española, en pleno aznarismo, la imagen del director de los informativos, Alfredo Urdaci, se utilizaba tanto en las manifestaciones como la careta de Bush con las barbas de Ben Laden o la de Aznar luciendo la esvástica hitleriana. Con la impresionante eficacia con la que este personal crucifica a la gente, Urdaci ingresó pronto en el hit parade del budú progre. Su careto, en primer plano del telediario, leyendo la sentencia. “La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha estimado favorablemente la demanda interpuesta por el sindicato CCOO”. Era entonces cuando Urdaci, en un ataque de soberbia propio del final de Aznar, dijo aquello de “el sindicato cé, cé, o, o”, en un intento estúpido de ningunear a Comisiones Obreras.

Se equivocó Urdaci, es evidente, y es probable que, junto a él, la propia Televisión Española tocase suelo en la manipulación informativa. Con Zapatero en La Moncloa, la RTVE ha dado pasos importantes, primero con el plan de saneamiento y ahora con la aprobación de un Estatuto de Información, que incluye un código deontológico y unos mínimos de libertad informativa. Se podrá decir que no se impide la manipulación informativa desde el Gobierno, y es verdad, pero tampoco se negará que ésta es la etapa de más apertura en la RTVE. Poco tiene que ver con la televisión que hizo el PP y nada tiene que ver con algunas etapas de Felipe González. Todo eso, que ha pasado ya a la historia, que parecen tiempos irrepetibles, es, sin embargo, la única realidad conocida en Canal Sur. Lo de la televisión andaluza convierte a Calviño en un dios de la pluralidad y a la incalificable Maria Antonia Iglesias en una virgen de la objetividad. De estar en Canal Sur, Urdaci no hubiera caído en el ridículo porque aquí ni siquiera hubieran leído la sentencia, que no era firme, ni los sindicatos hubieran denunciado nada.

Lo de aquí, vamos a ver, no tiene parangón en ninguna otra autonomía, que son todas propensas a un mayor abuso; lo de aquí es obscenidad. Porque no hay pudor ni empacho alguno en la mutilación de las informaciones para ‘limpiarlas’ de discrepantes. Porque los vetos eternos y las listas negras son normas de obligado cumplimiento. Y todo, con descaro, con chulería, con desahogo. Que se note. Como esta polémica tras las sanciones de la Junta Electoral a la RTVA por el sectarismo demostrado en la campaña electoral. No es que vayan a dimitir o siquiera a pedir perdón, es que, encima, lo que exigen es que se les ponga como ejemplo de pluralismo y objetividad. Por eso arremeten contra el Consejo Audiovisual andaluz, porque ese invento sólo sirve cuando le atiza a las teles locales del PP o cuando se pone a elaborar un informe sobre porqué aumenta la publicidad de juguetes en vísperas de reyes magos.

Obscenidad, sí, esa es la cuestión. Que la primera reforma que se requiere aquí es la más básica, la vergüenza torera. Ya después vendrá la vergüenza política y hasta la profesional.

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24 abril 2008

Anguita


Cuando Felipe González dijo de él que era “la misma mierda” que Aznar, la inefable Carmen Romero, quizá ruborizada por el exabrupto de su marido, se apresuró a aclararle a Julio Anguita que lo de la mierda se lo decía “en sentido figurado”. La justificación fue incluso peor que el insulto. “¿Es que hay otra manera de utilizar esa expresión, que no sea en sentido figurado? Ni Aznar ni Anguita tienen una nariz hecha con mierda, una mano derecha de materia fecal, una rodilla de excrementos. Hay expresiones que no tienen otro sentido que el figurado, por eso la aclaración de doña Carmen es risible, obvia y lamentable en una profesora de letras”, escribió entonces Umbral, que siempre tuvo a Anguita en el anaquel de sus mitologías políticas.

Aquel incidente, en cualquier caso, para lo que sirvió sobre todo fue para poner una pica visible en lo alto de la montaña de odios y de desprecio que siempre ha separado al PSOE de Izquierda Unida. Disputas que no nacen sólo de los recelos históricos o ideológicos, sino que se producen fundamentalmente por el sentido patrimonialista que tienen muchos dirigentes del PSOE de las instituciones y hasta del espacio político de la izquierda.

Si Anguita se convirtió en el objetivo de todos los ataques, de todas las infamias, fue sólo porque se atrevió a cuestionar que el PSOE sea de izquierdas y que le corresponde el gobierno por derecho natural. Si lo ridiculizaron y lo vetaron en sus imperios de prensa amiga, si infectaron Izquierda Unida de filtradores, submarinos y traiciones, fue porque Anguita hizo de esa formación un partido independiente, no subordinado, que no se prestaba a servir de comparsa para operaciones de maquillaje ideológico con la etiqueta del progreso. “Izquierda Unida se ha convertido en una fuerza política acomplejada, sin identidad, por haber seguido manu militari la política de todos contra la derecha”, repite ahora Anguita.

Con Izquierda Unida moribunda tras el batacazo de las elecciones y el personal en el velatorio aguardando ya el cadáver, resucita Anguita. No es la primera vez que habla de refundación, ni tampoco se le verá otra vez los carteles electorales, pero vuelve, y sólo el anuncio ya levanta la expectativa de que Izquierda Unida recupere la obsesión de la ética y de la regeneración democrática. La sencillez tozuda del programa. A ver si espanta el fetichismo huero y la atracción bananera. Y devuelve el internacionalismo donde ha anidado el nacionalismo. Que de Anguita siempre se espera la pose socrática antes que la futilidad propagandística del Che. Vuelve Anguita y se abren los sentidos para atender, que aquí lo que se hace necesario es revisar muchos conceptos momificados. Por eso, que no decepcione.

Vuelve Anguita y para saber si resucita Izquierda Unida, sólo habrá que atender a los insultos. Y rematar, entonces, como lo hacía Umbral: “¿Se imaginan qué espectáculo si los dos líderes ‘de mierda’ no lo fueran en sentido figurado? Ganarían las elecciones por el olor”.

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23 abril 2008

Fragmentar


Camino de la conferencia que anoche pronunció en las Charlas de EL MUNDO el profesor Sosa Wagner, repaso mentalmente lo mucho que ha cambiado el panorama político en España desde que escribió en 2006 su libro de “El Estado fragmentado”. ¿Realmente ha ocurrido eso, se ha fragmentado España como unidad, como Estado? ¿O no será, más bien, que tienen razón los dirigentes del PSOE que, sobre todo ahora después de ganar las elecciones, les recuerdan al PP su machacona frase de ‘España se rompe’?

Pensemos, por ejemplo, en la ‘guerra del agua’. En el libro de Sosa Wagner, se alertaba ya de la “peligrosa y hasta grotesca” disputa autonómica por la gestión de los ríos, ejemplo claro, se decía, de la fragmentación de España. Pero si tomamos el episodio de la sequía catalana como examen de fragmentación, parece evidente que, incoherencias al margen, cada administración ha jugado el papel que le correspondía. La Generalitat solicitó un trasvase (el del Segre), que el Gobierno no le concedió. Luego planteó una segunda alternativa (la del Ródano) y el Gobierno de España se comprometió a hablar con Francia. Finalmente, el Consejo de Ministros autorizó el desvío de uno de los trasvases existentes del Ebro.

¿Ha actuado la Generalitat con las competencias de nación? ¿Se han desfragmentado las competencias de cada cual? El predominio de las decisiones del Gobierno sobre los acuerdos de la Generalitat ha sido una constante, con independencia, ya digo, de que se le pueda achacar a Zapatero la incoherencia de autorizar en Cataluña los trasvases que niega a Valencia o Andalucía. No ha habido negociaciones bilaterales, de igual a igual, como se presume con la lectura del polémico Estatut. ¡Pero si hasta una de las grandes defensoras de aquel ‘Estatuto de la discordia’, Carme Chacón, es ahora ministra de Defensa al grito encendido de “Viva España”!

¿Quiere decir todo esto que el profesor Sosa Wagner se equivoca, que erró al hablar de la España fragmentada, que pecó de catastrofista? En absoluto, claro. Más bien al contrario, habría que apreciar que cuando Sosa Wagner eligió el título de su libro ya estaba marcando las distancias con versiones apocalípticas. La fragmentación, que no es la ruptura ni la colisión, es un proceso sutil, más abrupto en las formas que en el fondo. Y en la polémica de agua, la fragmentación no podemos apreciarla en lo sucedido, sino en lo que no sucederá jamás: Lo imposible es aprobar en España un Plan Hidrológico Nacional. Ahí está la fragmentación.

Camino de la conferencia, recuerdo el vaticinio que me hizo Sosa Wagner cuando se publicó su libro. “Está claro que España no es una nación de naciones, pero pasito a pasito, no me cabe duda de que lo seremos. Se trata sólo de seguir, y dividir cada vez más. Pero sepamos que este camino sólo nos lleva al desastre. Yo no creo que España se rompa, como dice el PP, porque eso no ocurre así, de golpe. Todo tiene un proceso lento, y en este caso es la desfragmentación”.

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22 abril 2008

Hambruna


Que vivimos en un cercado de ricos, que consumimos nuestras energías en debates estériles, que nos pasamos el tiempo soplando al viento pompas de jabón, que asumimos la hipocresía de calmar los remordimientos con fetiches, todo eso, que ya sabíamos, que sobrellevamos, nunca se había mostrado de una forma tan cruel como esta grieta que se ha abierto entre los dos mundos por la subida de precios de los alimentos. Una grieta por la que caerán los cadáveres de decenas de miles de muertos de hambre. Todas las contradicciones de nuevos ricos las conocíamos, pero esta vez la paradoja es mayor porque la plaga de hambruna se propaga por las políticas que llevan la etiqueta del cambio climático, último eslabón del power flower.

A diferencia de las catástrofes conocidas, ésta no es una hambruna localizada por una plaga de langosta, por una sequía o por un río que se desborda. Se disparan los precios y los alimentos escasean en los países pobres porque el mundo rico se ha puesto a fabricar biocombustibles. Y las cosechas que antes se destinaban a consumo humano, se envían a las industrias para que los conviertan en estas ‘energías alternativas’. «El hambre no ha sido cosa del destino desde hace mucho tiempo. Más bien hay un asesinato detrás de cada víctima. Es un silencioso asesinato en masa», claman en la ONU.

Sube el precio y arrasa el hambre. «Los efectos perversos de la lucha contra el cambio climático», dicen algunos titulares; coletazos de miseria que no salen en las conferencias de Al Gore que sientan cátedra en nuestras universidades. «Mientras muchos se preocupan de llenar los depósitos de sus vehículos, muchos otros alrededor del mundo luchan para llenar sus estómagos», relata con detallada crudeza el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.

Ajenos a cuanto ocurre, acabamos de oír estas semanas atrás que España y Andalucía se comprometen a incrementar el uso de las energías renovables, como marca el horizonte que se ha fijado en la Unión Europea en consumo de biocombustibles. Qué extraña coincidencia que, tantos años después, esté en la FAO el hombre que, en la década de los ochenta, llegó a Andalucía con el sueño de la Reforma Agraria. Aquel tiempo en el que las utopías se mezclaban con los agravios, cuando las injusticias espoleaban las necesidades y se hacían canción. «Manué, ¿con el cacique qué vas a hacer? Po le vamos a dar con el tratacatrá, pico, pala, chimpún, y a currelá, parabá parabá parabán pan pan».

Qué extraña coincidencia que, después de que la reforma Agraria andaluza acabara en la nada, que la agricultura se haya acomodado a las subvenciones y que la autonomía andaluza haya degenerado en un elefante de burocracia política y despilfarro, que esté en la FAO José María Sumpsi, el ingeniero catalán que fichó Escuredo para ponerlo al frente del Instituto Andaluz de Reforma Agraria. «¿Y si la cosecha de 2008 se estropea?», le preguntaban ayer. Y él contestaba: «Si eso ocurre, el que sepa rezar que rece».

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21 abril 2008

La piragua


Leopoldo Calvo Sotelo compuso su teoría sobre el hundimiento de la UCD con la travesía de la piragua, una especie de parábola sobre el descenso del Sella. Al principio de la travesía, que es donde el río ofrece las condiciones más duras, rápidos y pendientes bruscas, el conductor tiene que saber aprovechar la fuerza de las aguas; utilizar la corriente para, con habilidad, evitar estrellarse en una roca y alcanzar una gran velocidad. Todo cambia luego. “Llega uno abajo –dice Calvo Sotelo-, a la ría de Ribadesella y ya no hay torrentes ni rocas, pero entonces lo que hay que hacer es, primero, remar porque ya no hay corriente para avanzar, y luego, decidir el rumbo, si va uno hacia el nordeste o hacia el noroeste. Adolfo Suárez fue un perfecto conductor de la primera etapa, llevó la piragua perfectamente sin estrellarse en los muchos contratiempos de la Transición, pero, al llegar abajo, sintió, como decía Antonio Machado, el horror de llegar”.

No existe, desde luego, ninguna semejanza entre Suárez y Rajoy, ni entre el momento político actual y el de la España de finales de los 70 y primeros 80, pero esta parábola de la piragua puede servirle otra vez al centro derecha. Porque fíjense que Rajoy ha conseguido en el Partido Popular lo más difícil, mantener el partido unido y al alza durante los cuatro años que sucedieron al brutal atentado de Atocha; al mazazo que supuso para los populares perder, en cuatro días, el gobierno, el rumbo y hasta el prestigio.

En las aguas turbulentas de la legislatura pasada, Rajoy condujo la piragua del PP con la suficiente habilidad para no estrellarse en las rocas. Supo aguantar y llegar a la meta casi al mismo tiempo que Zapatero. Pero ahora, que es cuando se precisa de un líder que ponga el rumbo adecuado y comience a remar, la piragua ha comenzado a virar y va hacia la orilla. Quienes, como Javier Arenas, guardan en su subconsciente la lección del escarmiento del hundimiento de UCD, se habrán echado a temblar cuando oyen decir a Rajoy que “si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya". Y en el PP madrileño, le preguntan que “qué sería del PP si liberales y conservadores se fueran del partido”.

Por ese camino, la piragua del PP va rumbo de encallar en la arena. Y los partidos políticos, como los negocios o como los periódicos, se construyen poco a poco, paso a paso, y se destruyen a toda velocidad. Quizá la clave está en que al PP, en contra de lo que piensan muchos, en vez de un congreso de aclamación lo que le hace falta es un congreso de confrontación. Confrontación de ideas, de proyectos, de capacidad de liderazgo. Y que el líder que salga elegido lo consiga por ser quien más sabe ilusionar tras la derrota. Sea Rajoy o sea quien sea. Porque el presidente elegido tras esa pugna democrática obtendrá, por añadidura, respaldo interno y consideración social, que son las grandes vías de agua que tiene en este momento el liderazgo de la piragua pepera.

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18 abril 2008

Déjà vu (Debate de investidura y 2)


La degeneración de la política andaluza se percibe desde hace años por la sensación de tiempo detenido que acaba asfixiando todos los debates, que los envuelve en una bruma espesa, un aire viciado. Cada martes, por ejemplo, cuando se reúne el Consejo de Gobierno y presenta los asuntos abordados, la impresión que se tiene es que se trata de planes y proyectos que ya se han presentado hace meses y que, de la misma forma, se volverán a presentar dentro de uno o dos o años.

Si todo esto ocurre se debe, en primer lugar, a la superficialidad de la política autonómica. Desde el referéndum del 28-F, el peso político de Andalucía y el discurso propio ha ido decreciendo de forma exponencial, quizá en la misma proporción y velocidad con la que ha ido agigantándose la burocracia política. Y aquello que inspiró a los andaluces hace treinta años para que se volcaran por una autonomía de primera, aquel ansia de autogobierno, se ha ido diluyendo en un debate de mera confrontación política en el que, en todo caso, el interés mayor está en el Gobierno de la nación.

La segunda razón por la que existe esa sensación de tiempo detenido es el discurso laberíntico que ha ido confeccionando Chaves en las dos décadas que lleva al frente de la Junta de Andalucía. Ha construido un discurso cuya máxima efectividad es la de acabar enredando a la oposición en un debate absurdo o en un callejón sin salida; como una tela de araña en la que van cayendo como moscas cualquier reproche que se le haga, cualquier contradicción o incumplimiento. Sea cual sea el debate, Chaves siempre responde lo mismo.

–«Si sus promesas fueran contratos con los ciudadanos, los juzgados estarían llenos de denuncias por incumplimiento de contrato. Usted no tiene credibilidad», le dijo Arenas.
–«Esto no es un problema de juzgados, es un problema de votos», respondió Chaves. «En términos democráticos, usted tiene menos credibilidad que yo porque usted ha perdido todas las elecciones a las que se ha presentado y yo no».

Y lo mismo con Valderas, incluso cuando el incumplimiento se demuestra con documentos fehacientes, inequívocos. «La visión que usted tiene de los incumplimientos no es la que tiene los ciudadanos, por lo menos no en términos democráticos», responde otra vez Chaves.
Es evidente que un planteamiento así no se sostiene en una democracia, que las elecciones acreditan el poder para gobernar, pero la verdad y la justicia no se dirimen en una votación popular. Pero esa cuestión está ya tan trillada que no merece la pena volver a insistir, entre otras cosas porque la limitación intelectual de Chaves y su troupe le hará volver una y otra vez sobre lo mismo. Para este personal, en su delirio hegemónico, la verdad, la justicia y hasta la patente ideológica la decide el PSOE, la decide Chaves, por haber ganado las elecciones. «La izquierda real es la que deciden los ciudadanos», llegó a decirle ayer a Valderas.

Por eso, a la vista del debate de ayer, la oposición debe tener claro que su principal misión en esta legislatura es no acabar atrapada en esa tela de araña de asuntos repetidos. Sobre todo Javier Arenas. Se puede tomar como muestra lo ocurrido ayer. Tras tantos años de ausencia, Arenas pudo sorprender con un discurso detallado sobre la realidad andaluza, bien hilvanado y mejor expuesto. Pero, al final, acabó atrapado en la tela de araña que le tendía Chaves, la trampa del absurdo.

Un ejemplo nítido. En estas elecciones andaluzas, el PSOE ha bajado cinco diputados, pero ha revalidado la mayoría absoluta. Por su parte, el Partido Popular ha ganado diez diputados, pero se ha quedado a diez puntos del PSOE. Y Arenas, perdido en la estrategia de Chaves, acabó haciendo la siguiente pregunta: «¿Usted qué prefiere en unas elecciones subir diez diputados o bajar cinco? Pues yo prefiero subir». Ése es el peligro, ése es el triunfo de Chaves, que al final todo se sintetice en la anécdota absurda de un debate imposible. ¿Cómo va a preferir nadie subir escaños y perder las elecciones, que bajar diputados y ganar por mayoría absoluta?

Tanto Arenas como el propio Chaves se volvieron a ver las caras ayer en el parlamento andaluz y del encontronazo primero surgieron chispazos de energía que hacen presagiar que el Parlamento andaluz puede volver a tener el pulso que había perdido. Sostiene Arenas que el discurso de Chaves es intemporal, porque siempre se plantean los mismos problemas y las mismas propuestas. Sostiene Chaves que los reproches de Arenas le suenan a déjà vu. En eso tienen razón, y lo sabe bien sobre todo Chaves porque de esa reiteración lo que surge es el hartazgo de la sociedad que acaba viéndolos a todos iguales. Deben saber Valderas y, sobre todo de Arenas, que su éxito en esta legislatura depende de que sepan escapar de la tela de araña del déjà vu.

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16 abril 2008

Desgracias (Debate de investidura 1)

«Su victoria ha sido una desgracia para cualquier persona razonable. Entre las razones que lo hacen políticamente detestable están su demagogia y su populismo, su tendencia a poner el Estado a su servicio y su desprecio de la inteligencia característico de la derecha iletrada, que en este punto se diferenciaba, hasta hace pocos días, de la izquierda equivalente». No, no es Andalucía, es uno de los muchos juicios que se han escrito estos días sobre Berlusconi, pero a ver quién se atreve a decir, después de oír ayer a Chaves repetir por sexta vez el mismo discurso, que aquí es distinto. Victorias democráticas, sí, las dos, pero desgracias.

Tendrían que haber visto el sopor en las caras de los diputados durante la hora y veinte minutos que duró el sexto discurso de investidura de Chaves. Y los invitados, qué bostezos. Y eso que, antes de cumplirse los cinco minutos del tedioso soniquete, como si en aquel salón de plenos se rifara el gordo de la Lotería de Navidad, Chaves ya había cantado el primer premio. «Andalucía está a la vanguardia de las democracias occidentales». Ahí quedó. Y todo porque el Parlamento andaluz es paritario.

Luego de alabarse como faro de occidente, el presidente se adentró en el terreno aciago de las puestas en valor y las confluencias de esfuerzos. Hojas de ruta y diálogo sincero, todos conducentes a acuerdos satisfactorios con posiciones sólidamente fundamentadas. O sea, nada. Llevaría diez minutos cuando Chaves cantó otro premio: Va a convertir el Guadalquivir uno de los ríos más limpios, más caudalosos y mas hermosos de Europa. Y otra vez volvió a cometer el mismo error ignorante del primer borrador del Estatuto de Autonomía. Sostiene Chaves que esta región se vertebra en torno al Guadalquivir, «espina dorsal de Andalucía». ¿Y Málaga, Granada y Almería?

Y la economía. Más premios: Andalucía es la comunidad donde se crea más empleo y más empresas. Ésta es la radiografía: «Convergencia, fortaleza económica y bienestar social». Eso es Andalucía. ¿Y la crisis internacional? Pelillos a la mar. «Se concertarán medidas en un paquete de proyectos inmediatos en el marco de la estrategia programada con sindicatos y patronal».
En el último tramo del discurso, rebajas y ofertas a por mayor. Todo a cien. Medicamentos gratis, dentista gratis, internet gratis (es la «democratización del acceso al conocimiento»), bono cultural gratis y, otra vez más, un ordenador para cada dos alumnos. Lo más relevante fue su anuncio de la Ley del Derecho a la Vivienda. Si no le oí mal, todo el mundo tendrá derecho a que la Junta de Andalucía le facilite una vivienda VPO en el mismo pueblo en el que resida y sin tener que pagar más que un tercio de su salario. Pensemos en los cientos de miles de jóvenes mileuristas. Vivienda en propiedad por trescientos euros al mes. Y será un derecho exigible ante los tribunales.

Un politólogo italiano sostiene que «la razón fundamental de la victoria de Berlusconi está en que es un político muy hábil y un actor muy bueno que controla a los medios de comunicación». Yo añadiría además que la clave está en la desmembración de la izquierda italiana, como en Andalucía ocurre con la desestructuración de la derecha. Pero los dos simulan, sí. El histrionismo de Berlusconi consiste en su extravagancia grosera; el de Chaves, en su apariencia de hombre bueno y ecuánime. Y los dos son, objetiva y razonablemente, una desgracia democrática.

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Atropellos


Seamos claros: lo justo es que Roca haya salido de la cárcel. De qué sirve esconderse en la demagogia fácil de rasgarnos las vestiduras por la pretendida ofensa a la sociedad. O escandalizarnos con las manos en la cabeza cuando vemos a ese tipo que sale de prisión sonriendo, con buen aspecto, ni delgado ni demacrado, con la chaqueta azul que suele. Y esa sonrisa pícara, la sonrisa provocativa con la que Roca miraba a los fotógrafos cada vez que lo sacaban para declarar ante el juez, esposado, la sonrisa inquietante que siempre parecía destinada a alguien que no estaba allí, que lo vería al día siguiente en la prensa.

Pues ese tipo, ése al que el sumario señala como el cerebro de la red que ha saqueado Marbella, es justo que salga a la calle. Que parece que aquí se olvida con demasiada facilidad que un Estado de Derecho consiste, precisamente, en que todo el mundo es inocente hasta que un juicio demuestre lo contrario. También Roca. Y que, por lo tanto, en virtud de este precepto, la prisión preventiva no se puede convertir jamás en la aplicación de una condena anticipada. La prisión preventiva tiene que ser limitada para que, de acuerdo a los principios, no se nos indigeste la contradicción evidente en la que se incurre cuando se priva de libertad a una persona que, según el Derecho, debe ser considerada inocente.

La prisión preventiva sólo se prolonga hasta el juicio cuando la libertad conlleva un riesgo palpable de reincidencia, y no es el caso. O cuando la libertad suponga un riesgo de destrucción de pruebas, que tampoco, porque la instrucción ya ha concluido. Y el riesgo de fuga, en fin, es difícil de invocar cuando tantos procesados de Malaya están en la calle y ninguno se ha fugado tras la fianza. En todo caso, es obligación del Estado impedir la fuga.

Y, además de todo ello, la duración de la prisión preventiva tiene que guiarse por la lógica del principio de proporcionalidad. ¿Qué ocurriría si, al final, Roca sólo es condenado por delito fiscal, que se castiga con un máximo de cuatro años de cárcel, por la reiterada dificultad para probar el cohecho o el tráfico de influencias? ¿Y si se invalida todo el proceso por las grabaciones telefónicas de la Policía, como ha ocurrido tantas veces?

Podemos llevarnos las manos a la cabeza o, como hace el Gobierno, fustigar otra vez a los jueces para descargar en ellos la responsabilidad del caos judicial. Sí, golpes de pecho. Pero la Justicia en un Estado de Derecho es otra cosa. La Justicia exige rigor, trabajo, independencia, medios suficientes y leyes adecuadas. En materia de corrupción urbanística hay lagunas y el sistema de enjuiciamiento español se rige aún por una ley obsoleta de 1882.

Lo fácil es descargar en el presunto delincuente las debilidades y las deficiencias del sistema judicial. Pero eso sólo tiene un nombre en democracia: atropello. Incluso si el preso preventivo es un tipo que sale de la cárcel riéndose y se llama Juan Antonio Roca.

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15 abril 2008

Cibeles

Desde su carro tirado por leones, la diosa Cibeles se entretiene estos días con la vanidad de los españoles. Juguetea con esas miserias. La diosa de la naturaleza, la gran madre del olimpo griego, pinta nubes las nubes y desparrama lluvias a su antojo, por donde le place, hasta que el caudal de los ríos se desparrama e inunda los campos. En otras zonas, en cambio, espanta las nubes de un soplido y se bebe poco a poco el caudal de los ríos hasta secarlos. La Cibeles, con su gesto serio de piedra, se entretiene estos días con el egoísmo de los españoles, y ha llenado unos pantanos y se ha bebido el agua de otros, porque sabe la diosa que la solidaridad aquí se invoca sólo para decir basta. Que se acabó la solidaridad.
Por eso, la Cibeles reparte el agua tan desigual y caprichosa, para reírse con el espectáculo de ver que aquellos que un día exclamaron “ni una gota de agua” para mi vecino, sean ahora quienes se vean obligados a pedir agua, a buscar la solidaridad de aquellos a quienes se la negaban. El imperio de la naturaleza. Nadie puede arrogarse la propiedad de aquello que sólo posee Cibeles; que en este mundo los reyes y los virreyes también se arrodillan ante la diosa y tiran del carro como bueyes.

La naturaleza, el capricho, el azar son los únicos dueños del agua que no son los hombres y las mujeres que siembran los campos. No son dueños del agua quienes gobiernan los pueblos y las regiones que atraviesa un río. Por encima de todas las veleidades, de la vanidad, está el designio de Cibeles y por eso ha querido la diosa enfangarnos en éste ridículo de discursos travestidos. “Menos política y más agua”, decían el otro día algunos periódicos catalanes. Ahora. Jo. Ahora, después de haber aventado todas las polémicas, todas las protestas contra el Plan Hidrológico Nacional. Y Convergencia i Unió añade que no quieren apaños para salir del paso, que se impone una medida 'estructural', como el trasvase del río Ródano desde Francia, que resuelva por muchos años los problemas de escasez de agua en Cataluña. Pero, ¿cómo qué cara le vamos a pedir a Francia la solidaridad que se niega en España? Hipocresía medioambiental, como las centrales nucleares, energía nuclear, pero de centrales que se instalen en Marruecos. Y el conseller, machaca en el patetismo del eufemismo: "La captación temporal del Segre es la única posible para tener agua disponible de manera viable en el plazo necesario". Captación temporal, dice el tipo, para no mentar la bicha, el travase. Captación temporal, no, que se llama hipocresía general.

La gran diosa Afrodita, que es la diosa del amor, surgió de la espuma del mar cuando Urano se cortó los testículos y esparció el humor por las olas. Cibeles se entretiene estos días con la envidia de los españoles, desparrama odios por los campos. Quienes no querían dar ni una gota de agua a su vecino, no tienen ahora qué beber. Ojalá Cibeles consiga que, de esa bilis desparramada, nazca en España la diosa del escarmiento.

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14 abril 2008

La risa


Desde ‘El nombre de la Rosa’, la memorable novela de Umberto Eco, la fantástica película de Jean Jacques Annaud, a muchos se nos han quedado grabadas aquellas escenas de los monjes asesinados, con la yema de los dedos y la lengua manchados de azul por la tinta venenosa de los libros prohibidos porque contenían escenas eróticas o hilarantes. En la oscuridad de la Iglesia de la Edad Media, la condena de la risa era la condena de la libertad de pensamiento, de persecución implacable de cualquier apertura. ‘El hombre piadoso debe contener la risa cuando le sobrevenga un ataque, porque de todas las formas malignas de expresión, la risa es la peor, la que contamina más a la boca’, se detallaba en la Regula Magistri, una de las órdenes que regulaban la vida monástica en el siglo VI. En esas normas se inspiraría Humberto Eco.

Por fortuna, la Iglesia católica se sacudió hace muchos siglos la Edad Media, pero ya vemos que en otras religiones, como en el Islam más fundamentalista, la risa, la caricatura, todavía conduce a la muerte. Se persigue la risa porque la ironía siempre ha sido una forma eficaz de rebeldía, de contestación. La risa incluso como expresión de dignidad, porque una simple sonrisa desarma la opulencia, hace que se desmorone el boato servil del poder. La risa también como método de análisis de la realidad. Como Sócrates, que usaba la ironía para acercarse a quienes presumían de sabiduría; se presentaba ante ellos como un aprendiz y los dejaba desnudos frente al espejo de su ignorancia.

Hace unos días, un juez decidió archivar la querella criminal que un hermano de Chaves puso contra media redacción de este periódico, entre los que me encontraba. De aquella querella, lo que más me llamó la atención era el motivo por el cual Antonio Chaves consideraba que debía ser condenado por la vía penal por uno de estos artículos. “Javier Caraballo firma un artículo titulado 'Chanson', donde se ironiza, ridiculiza y afrenta a los hermanos Chaves", decía en su denuncia. Si alguien necesita aún más evidencias de los tics de régimen de Chaves, en esa querella encontrará argumentos inesperados y pintorescos. Si alguien necesita aún más evidencias de la paranoia obsesiva de Chaves contra este periódico, en ese párrafo encontrará algunos retazos del delirio. Si alguien necesita aún más evidencias de la degeneración hegemónica de este personal, en esa denuncia encontrará los límites que hasta ahora ningún presidente en España había rebasado.

La condena de la risa; la ironía es una afrenta. Chaves confunde la dignidad institucional y el respeto con la reverencia y la sumisión. De ahí esa querella. Pero la han archivado, y ha sido entonces cuando se imagina a este personal cociéndose en el ridículo de su ira, caricaturizados con los hábitos del abad que condenaba la risa en el monasterio medieval. En vez de la cruz, esgrimen el histórico símbolo del puño cerrado del PSOE. Tropelías de unos y otros, los dos en nombre de la rosa.

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11 abril 2008

Feminarios


Adaptó el micrófono a su altura. Luego tres golpecitos certeros, toc, toc, toc, y un carraspeo también dividido en tres fases. Lenguaje universal para llamar la atención del auditorio. En la sala, cuatrocientas mujeres de toda Europa. Jornadas sobre la imagen de la mujer en la prensa. Y allí en lo alto, sólo aquel tipo ante el micrófono.

-- Señoras y señoras, buenas tardes. He venido hasta aquí, para resolverles con una breve intervención la duda que se plantean en este seminario de Málaga. Se preguntan ustedes, señoras y señoras, sobre la imagen de la mujer en la opinión pública. Pues bien, quiero decirles que no tengan dudas: Mirándolas a ustedes, ahí sentadas, la imagen de la mujer es patética.

El murmullo de incertidumbre que se extendió nada más iniciarse aquella intervención se transformó de golpe en una enorme bronca. Las mujeres de las últimas filas, puestas en pie sobre las butacas, lanzaban improperios; un grupo del centro eligió los prospectos para hacer bolas de papel que arrojaron al intruso. Algunas de la primera fila subieron al escenario para acabar con el saboteador.

-- Perdón, señoras y señoras, ya sé que no les gusta lo que digo, pero discutamos. Ya sé que son ustedes un lobby de presión, que viven de esto…

Una mujer, con la credencial morada de presidenta, llegó pronto a su altura y giró el micrófono hacia su posición.

-- Muy bien, no le haremos el favor de desalojarlo para que sea usted el protagonista de estas jornadas. Además, yo estoy de acuerdo: la imagen que se ofrece de la mujer es patética, por eso nos hemos reunido. ¡Para solucionarlo!

Una ovación de entusiasmo estalló por la habilidad con la que la presidenta logró darle la vuelta a los insultos del intruso.

-- No me han entendido, señoras y señoras, que no digo yo que la imagen de la mujer sea patética, digo que ustedes lo son. ¿Ven? Eso es lo que ocurre, que se arrogan la representación de las mujeres, y resulta que para nada tienen sus problemas ni sus intereses. Creen ustedes que el hecho de compartir sexo ya las convierte en representantes. Piensan que las mujeres de la vida real lo que desean es que su marido la llame ‘marida’, en vez de esposa. Con las chorradas de género no se lucha por la igualdad.

-- Ahora resulta ­que un hombre es el mejor portavoz
de las mujeres. O sea, lo de siempre. ¡Quieren hablar por nosotras, pero eso ya se ha acabado! -enfatizó la presidenta, mirando a su auditorio, ya enardecido…

El hombre intentó tomar de nuevo la palabra pero fue imposible; un grito atronador, ensordecedor, -‘ista, ista, ista, sois unos machistas’- hacía retumbar las paredes. Fue entonces cuando el tipo del micrófono comenzó a desnudarse hasta quedarse con un diminuto tanga rojo. Quién hubiera podido imaginar que la presidenta les tenía preparada aquella sorpresa final, la contratación de un boy que era la escenificación perfecta del machismo de la sociedad. Cuando se quitó el tanga, se encendió un cartel de neón: “Feminario”. Y fueron felices.

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09 abril 2008

Virutas


El presidente Zapatero se fue ayer al Congreso con una maleta de virutas de papel. Llevaba sólo dos o tres ideas, y las envolvió con virutas de papel para que todo aquello tuviera la apariencia de una maleta repleta, cargada de proyectos. Y allí subido en la tribuna, el presidente Zapatero, con sus cejas de tahúr, abrió la maleta y comenzó a sacar las virutas, que eran recortes de discursos antiguos, expuestos por enésima vez con la única novedad de que, en esta ocasión, les anteponía un latiguillo: “Esta es mi idea de España”.

Algunos ejemplos elocuentes. Zapatero dijo: “Tenemos una ley del aborto, y en esa ley se dice qué es lo que pueden hacer las mujeres y qué es lo que no pueden hacer” (ovación). Si lo desean, vuelvan a repasar la frase, pero no encontrarán en ella nada más que lo obvio, que la ley del aborto, como todas las leyes del mundo, especifican qué es legal y qué está prohibido. ¿Acaso lo que quiso decir es que el PSOE no va a modificar la Ley del Aborto? Es probable que ésa sea la intención, hacer una cosa y aparentar lo contrario, pero la pirueta como forma de expresión, la viruta como envoltura, lo que nos ratifica es que Zapatero sigue con el mismo discurso y la misma estrategia. Palabras encadenadas, bien peinadas y perfumadas. “Un país próspero, decente, comprometido con la paz, el cambio climático y la pobreza. Esta es mi idea de España”.

Y así, todo. ¿Que en Cádiz se están formando estos días colas de decenas y decenas de inmigrantes ilegales, sin papeles, convocados por el bulo de un nuevo proceso de regularización? “Quienes vienen a vivir entre nosotros lo hacen desde cuatro años de manera legal y con empleo. Y contribuyen a la riqueza de España y a la sostenibilidad de nuestro sistema”. ¿Que la anulación de cualquier tipo de trasvase ha agravado los problemas de la sequía? “Pusimos en marcha el Plan Agua y ha merecido la pena porque, pese a la dura sequía, no ha faltado agua en ningún lugar de España y no ha sido necesario recurrir a restricciones como en etapas anteriores. Lo pueden atestiguar en Andalucía o Murcia y lo comprobarán igual en Cataluña”.

Ya sé que todo esto, más que a virutas, a lo que se parece de forma extraordinaria es al cinismo. Pero no es nada comparado con el análisis del presidente sobre el caos de la Justicia que ha estallado tras el escándalo de Mari Luz. Lo que hizo Zapatero ayer fue señalar al Consejo General del Poder Judicial y acusarlo de estar pendiente de pugnas partidistas en vez de dedicarse a solucionar los problemas de la Justicia. Esto es inigualable: El Poder Legislativo vulnera la Constitución, se apodera del Poder Judicial y, a continuación, lo acusa de reproducir la lucha partidista del Congreso y desatender los problemas de la Justicia. En fin. La historia del pirómano que presumía de bombero. “Esta es mi idea de España”, dijo Zapatero mil veces mil. Menos mal que en esta legislatura, ya no se quiere convertir en el príncipe de la pazzz. Eso hemos ganado.

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08 abril 2008

Incentivos


Todo comenzó con una carta firmada por «un simple profesor de secundaria». Ya se conocía el malestar, el resquemor de los profesores cuando contemplaban, colocado en el centro de la mesa de reuniones de todos los claustro, el huevo de serpiente que la Consejería de Educación dejó incubándose. Siete mil euros por cabeza, en cuatro años, para los profesores que aumenten los aprobados.

Pero, ¿cómo se puede reducir el fracaso escolar si no se prometen más medios en las aulas, si no se corrigen los defectos del sistema educativo, si no se restaura la autoridad de los profesores ante los alumnos, si no se agilizan las sustituciones de bajas, si no se aumentan los profesores de apoyo...? ¿Cómo, anda, dime, cómo en las mismas circunstancias se reduce entonces el fracaso escolar, cómo atajar un fracaso sin conocer las causas de ese fracaso? ¿Acaso quieres decir que demos más aprobados con los mismos alumnos y las mismas evaluaciones? ¿Cómo asumir que el problema del fracaso escolar radica en el poco esfuerzo de los profesores?

– Cómo, cómo, cómo…. Demasiadas dudas. Y aquí sólo hay una pregunta: ¿Quieres siete mil euros? Para obtenerlos, sólo hay que decir que sí.

Fue entonces cuando comenzó a circular por internet aquella carta que pronto adquirió las hechuras de un ‘manifiesto por la dignidad’. «Esto es un soborno refinado (’yo te pago más y tú me cambias las estadísticas de aprobados’). Propongo, más bien sueño, que todos los centros educativos de Andalucía o, al menos, la gran mayoría diga NO a este disparate. Está en juego algo más importante que siete mil euros; está en juego nuestra dignidad y no debemos venderla». Dignidad personal y dignidad profesional. «Se está aplicando a la educación principios de una manufactura de tornillos, pero nosotros no fabricamos aprobados, sino que formamos a seres humanos», añadió poco después el profesor Gonzalo Guijarro.

Cuando el mensaje de la dignidad comenzó a propagarse entre los profesores, la Consejería hizo llegar a los colegios las ‘ventajas añadidas’ que conllevaba la aceptación del plan de incentivos. Aquellos centros que se acojan a la reducción del fracaso escolar, tendrán prioridad en sus peticiones ante la Consejería. Profesores de apoyo, medios materiales, recursos económicos... Ese es el huevo de la serpiente, recelos y enfrentamientos en los claustros, ‘por culpa de este capullo me voy a quedar sin los siete mil euros’, y discriminaciones entre los alumnos, que recibirán más o menos dinero público dependiendo de la sumisión de sus profesores.

Ahora, con los meses que ha transcurrido, tras semanas de negar las protestas y el malestar entre el profesorado, la propia Consejería asume ya que la mayoría de los centros escolares ha rechazado la propuesta. Y sin embargo, a pesar del batacazo, el plan se mantiene como si tal cosa. ¿Y saben por qué? Porque la Junta de Andalucía debe saber que, una vez depositado en los claustros el huevo de la serpiente, sólo es cuestión de esperar. ¿Dignidad? A ver quién puede más.

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07 abril 2008

Felicidad


Al indagar en el secreto de la felicidad, Dan Gilbert, profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, ha llegado hasta el lóbulo prefrontal de nuestro cerebro. Y se ha detenido ahí, como si hubiera llegado al manantial que brota en una montaña, escondido entre matorrales y flores silvestres, para tocar el chorro de agua fresca que más adelante se convertirá en un río inmenso, inabarcable. Allí, en el lóbulo prefrontal del cerebro se concentra la capacidad de simulación, que es, entre otras muchas cualidades, la que hace al hombre distinto de la fiera.

Podemos simular, podemos soñar. Tenemos la capacidad de imaginar cómo será nuestra vida en cualquiera de los supuestos, desgraciados o afortunados, que nos podamos plantear. ¿Qué será de mí si tengo un accidente de circulación? ¡Cómo cambiaría mi vida si me tocaran diez millones de euros en la lotería! ¿Qué sería de mi vida si me echan del trabajo y no puedo pagar la hipoteca?

Es muy probable que cada una de esas dudas levante las mismas expectativas o la misma angustia en todos nosotros. A partir de esa unanimidad, lo novedoso de este científico ha sido demostrar la equivocación en la que caemos al pensar en el futuro. «Tenemos la tendencia a sobreestimar, en un sentido o en otro, el impacto de eventos futuros», dice.

Conquistar un amor o perderlo; ganar mucho dinero o que nos mire la ruina con sus ojos grises; ascender en el trabajo o encontrarse con un despido sobre la mesa y caer en la fila del paro, masticando la humillación… Todo eso, a pesar de lo que pensemos, no presupone ninguna garantía de felicidad ni tampoco de desolación. «Los seres humanos tenemos un sistema inmunológico sicológico que nos ayuda a cambiar nuestra visión del mundo para que nos sintamos mejor con el mundo que nos toca vivir», sostiene Gilbert .

No sé si se dan cuenta, pero lo mejor de ese descubrimiento es que somos inmunes a nuestros propios prejuicios; inmunes a la simplicidad de creer que la felicidad está en la lotería o en la posición social. Somos inmunes a nosotros mismos, porque en esa parte del cerebro que ha explorado Gilbert se esconde la increíble capacidad de adaptación del ser humano a lo que le toque vivir. «Tenemos el secreto de la felicidad y no lo sabemos, podemos sintetizarla en nuestro cerebro, y nos angustiamos tratando de buscarla fuera».

Ayer, el periódico ofrecía una noticia terrible. El titular decía así: «Administrador de la Oficina del Defensor del pueblo se suicida tras ser descubierto en un desfalco». Conozco la angustia de estos días entre sus compañeros cuando supieron lo que ocurría, cuando tuvieron que afrontar el desenlace, cuando enmudecieron con la noticia de la muerte. Aquel hombre tenía una aureola de prestigio, de seriedad, de rigor. Familia, hijos. No era un ludópata, no llevaba una vida paralela. ¿Por qué? Se preguntan todos sin encontrar respuestas. Quizá no la haya. Sólo queda memorizar y repetir eso de Dan Gilbert: «Tenemos el secreto de la felicidad y no lo sabemos».

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05 abril 2008

Olvidos


El presidente Chaves tiene un problema con sus declaraciones en el Parlamento de Andalucía. Tiene el problema de que, por hache o por be, al final resulta que no son nada creíbles sus confesiones. Con la declaración del patrimonio, aquella de los tres mil euros de ahorro después de una vida de sueldos millonarios, coches oficiales, viviendas públicas y gastos a cargo del presupuesto, le pasó que un ciudadano se puso en pie en un plató de televisión y le espetó lo que todo el mundo pensaba, que aquello no se lo creía nadie. Unas semanas más tarde, Chaves rectificó su declaración, le introdujo unos cuantos miles de euros más, y la colocó por encima de los 24.000 euros. Elasticidad financiera, que tendría que llamarse y estudiarlo en Harvard.

Ahora ha vuelto a ocurrirle lo mismo con su declaración sobre la edad. Resulta que el presidente ha declarado en el Parlamento una edad distinta a la que figura en su biografía del Gobierno andaluz. En el Parlamento, se ha quitado años. Cosas. Que no es que tenga importancia, pero cuando alguien ofrece dudas en las declaraciones sobre su hacienda y sobre su edad, se tiene la inclinación inconsciente de querer tocarlo cuando se cruza con él; abrazarlo con incredulidad, como a un aparecido, para palpar algo cierto e indubitable como la carne.

Dicen las malas lenguas del Parlamento que lo de quitarse años lo hace el presidente para no tener que aparecer en la Mesa de Edad, ya que sólo el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, es unos meses más viejo que él. Por eso, a quien no le pasó por alto el detalle de las edades de Chaves fue al propio Pedro Rodríguez, que no ha tenido problemas para asumir su condición de vejestorio prematuro de la Cámara andaluza. En la sesión constitutiva, Rodríguez recordó los tiempos en los que él y Chaves jugaban de chavales al baloncesto. Pedro Rodríguez lo recordaba y pensaba que el más viejo no era él, sino el presidente. Y ahora, con esas declaraciones elásticas sobre la edad... En fin, que ahí quedo la anécdota.

Por cierto, que es bastante probable que ésta de la sesión inaugural sea la única intervención de Pedro Rodríguez en el Parlamento de Andalucía en los próximos cuatro años. Ese alcalde, digamos, forma parte del grupo más numeroso de la Cámara, el de los diputados culiparlantes. Ahora que se va a cumplir el segundo centenario de las Cortes de Cádiz, habría que hacerle un homenaje al término, porque se acuñó allí para denominar a aquellos diputados que sólo levantan el culo del escaño para votar. Y eso que, a diferencia de entonces, las votaciones en el Parlamento ya no son a mano alzada, de modo que los culiparlantes no tienen que despegar el culo ni para votar.

Y es una pena porque el alcalde de Huelva, en sus quince minutos de gloria de ayer como presidente de la mesa de edad, estuvo bien. Hasta se permitió la utopía de pensar que en el futuro “los ciudadanos no tengan la sensación de que el parlamento esta al servicio del gobierno, sino que sea un órgano de control del gobierno”. Por lo visto ayer, con la primera intervención de Fuensanta Coves como presidenta del Parlamento, no será fácil diferenciar Gobierno y Parlamento. Sencillamente, no dijo nada fuera del guión. Lo más osado fue que pidió que los diputados se pongan siempre en lugar del oponente cuando estén en un debate. “Buenas tardes y buen ambiente”, concluyó con un guiño zapaterista. Ya ven, Murrow falsificado y hasta en la sopa. Que la frase "buenas noches y buena suerte" en labios del poder no tiene sentido, porque simboliza lo contrario, la libertad de expresión frente a los abusos del poder.
Como era de esperar, la nota pintoresca del pleno la puso el patetismo de algunos diputados de Izquierda Unida convertidos, como esos hombres/anuncio, en fetiches de sí mismos. Hay que habituarse a que en Izquierda Unida convivan gente seria y rigurosa, con estos remedos de Hugo Chavez que, cuando salen mejor retratados es con las orejas de Mickey Mouse detrás. Uno se conformaría con que, esta vez, no se olviden de que no se pueden cobrar dos sueldos. Que para olvidos, con Chaves ya es suficiente.

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02 abril 2008

Sosias


Los nuevos portavoces del PSOE y del PP en el Congreso están ungidos con la baba del desconcierto que han provocado entre sus propias filas. La grada florentina del Congreso los recibe con silencios y murmullos. Por eso se oye decir en la derecha y en sus contornos que están decepcionados con Soraya Sáenz de Santamaría, que ha sido el parto de los montes, tantos días de silencio de Rajoy, tantas jornadas de meditación, y al final el líder parió un ratón. Y en el PSOE, Ibarra se ha hecho portavoz de quienes no tragan que a un partido centenario lo represente un independiente como José Antonio Alonso. O Guerra, que ve al nuevo portavoz demasiado ingenuo para la mala hostia del hemiciclo, para sortear las puñaladas traperas de los pasillos.

Pero si Soraya y Alonso provocan desconcierto interno, si estos portavoces están unidos por la duda, ese sino los convierte en símbolos de la nueva etapa parlamentaria que se ha abierto y que es probable que nadie, ni siquiera los protagonistas, sepa pronosticar a estas alturas. Por lo visto hasta ahora, parecería que el presidente Zapatero se ha decidido a cambiar las prioridades de la anterior legislatura, entre otras cosas porque la crisis económica le hará aterrizar forzosamente en la realidad española y porque el cajón de pirotecnia progre se quedó vacío de cohetes en el anterior mandato.

Ingenuos, jóvenes, sosos, inexpertos. Soraya y Alonso comparten las dudas y las descalificaciones de los suyos y, más allá, también suscitan el elogio de los adversarios. Pero, en política, esa dualidad suele ser una garantía de que acabarán dándole matarile a ambos en cuanto se descuiden. ¿Elogios del adversario y recelos entre los propios? Uff. Sólo puede salvarlos la certeza de que los dos han sido elegidos por el dedo del que manda. También en eso se parecen ambos, porque estos dos portavoces son los más gregarios que se recuerdan. Los dos obedecen al designio directo de sus jefes, a su entorno inmediato, al más personal. El amigo de Zapatero y la joven promesa de Rajoy. Soraya y Alonso tienen encomendado un papel subliminal, que acaso será el más importante: dotar a sus líderes de un equipo propio. Por eso se ha dicho que Zapatero buscaba ‘a su propio Rubalcaba’. Y que Rajoy quería, por primera vez, ‘nombrar a su propio equipo’.

Soraya y Alonso, dos almas gemelas, sosias unidos por el vínculo de ser vistos con recelos desde sus propios escaños. Inexpertos. Quizá por eso los han elegido Rajoy y ZP, porque son dos portavoces que tienen que modelarse. Y lo harán dependiendo del sesgo que adopte esta legislatura de paso hacia nadie sabe dónde.

Soraya y Alonso. A la vista de los tiempos pasados, tan bragados, tan sembrados de odios cainitas, a cara de perro, la verdad es que ahora estos dos ni siquiera tienen nombre de bronca política, que suenan más a cantantes y deportistas, a la pareja de moda, a esos que nadie esperaba ver juntos y los pillan enroscados como serpientes en el rincón de una discoteca.

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01 abril 2008

López


Hace un par de años, a mitad de la legislatura pasada, la consejera de Justicia, María José López, convocó a todos los altos cargos de su Consejería a unas jornadas de fin de semana en Antequera. Iban como en esos cursos de empresa para directivos, desde todos los puntos de Andalucía. La Consejería, en los dos primeros años de la abogada granadina como titular, había atravesado tiempos muy convulsos y todos pensaban que el objeto de la reunión no era otro que el deseo de la consejera de cerrar la crisis, reforzar la confianza en sus altos cargos y enmendar el rumbo de la legislatura. Pero no. Aguardaban sorpresas mayores.

En la jornada inaugural, la consejera tomó el micrófono para señalar cuál era el problema principal que, a su juicio, aquejaba a la Consejería: La autoestima. Y les comunicó a continuación que, por ello, había decidido contratar a un psicólogo, para que, a lo largo del fin de semana, impartiera a todos sus altos cargos lecciones precisas sobre el liderazgo en la política, una terapia efectiva sobre el trabajo en equipo, unas recomendaciones valiosas sobre la misión de todos ellos de este mundo. Me contaron que algunos de aquellos altos cargos, como colegiales, se pidieron salir al servicio a cotillear, a criticar o, simplemente, a echarse un cigarro de desesperación y lanzar con ímpetu una bocanada de humo hasta el techo. ¡Un psicólogo! ¡Terapia para altos cargos!

Las jornadas, obviamente, no sirvieron para nada, como tantas otras que se limitan al despilfarro indecente de dinero público. Pero a todo el mundo en la Consejería les quedó muy claro que María José López no es una política al uso. No responde esta consejera a los cánones habituales de políticos de aparato (hay quien mantiene, en su defensa, que sus grandes problemas en esta legislatura se deben a que nunca ha sido aceptada por el selectivo lobby de mujeres del PSOE andaluz) y eso marca todos sus pasos. De puertas para afuera, lo que siempre se ha intuido en la consejera de Justicia es que sabe combinar la cordialidad en el trato con una implacable ambición para conseguir sus propósitos. Dos caras.

En estos cuatro años de gestión, no ha conseguido solucionar ni uno sólo de los grandes problemas de la Justicia en Andalucía y, para colmo, al final del mandato le ha estallado en las narices el escándalo judicial del pederasta de Huelva. Sin embargo, en las quinielas del Gobierno de Zapatero, con el que le une una buena relación desde la última legislatura de Aznar, la consejera vuelve a aparecer como posible ministra. De Administraciones Públicas, dicen.
La clave está en la rapidez con la que esta abogada granadina, a pesar de su bisoñez en la gestión política, ha aprendido que los problemas se los lleva el viento, que todo consiste en aguantar. Entre tanto, ventilador y desparpajo. En este caso, la estrategia ya está rodando. Juicio sumarísimo al juez del caso y todo lo demás se aplaza para no tomar decisiones «en caliente». Hay que esperar ‘a que se enfríe todo’, que en verdad quiere decir, ‘a que se olvide todo’. Psicología política.

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