La piragua
Leopoldo Calvo Sotelo compuso su teoría sobre el hundimiento de la UCD con la travesía de la piragua, una especie de parábola sobre el descenso del Sella. Al principio de la travesía, que es donde el río ofrece las condiciones más duras, rápidos y pendientes bruscas, el conductor tiene que saber aprovechar la fuerza de las aguas; utilizar la corriente para, con habilidad, evitar estrellarse en una roca y alcanzar una gran velocidad. Todo cambia luego. “Llega uno abajo –dice Calvo Sotelo-, a la ría de Ribadesella y ya no hay torrentes ni rocas, pero entonces lo que hay que hacer es, primero, remar porque ya no hay corriente para avanzar, y luego, decidir el rumbo, si va uno hacia el nordeste o hacia el noroeste. Adolfo Suárez fue un perfecto conductor de la primera etapa, llevó la piragua perfectamente sin estrellarse en los muchos contratiempos de la Transición, pero, al llegar abajo, sintió, como decía Antonio Machado, el horror de llegar”.
No existe, desde luego, ninguna semejanza entre Suárez y Rajoy, ni entre el momento político actual y el de la España de finales de los 70 y primeros 80, pero esta parábola de la piragua puede servirle otra vez al centro derecha. Porque fíjense que Rajoy ha conseguido en el Partido Popular lo más difícil, mantener el partido unido y al alza durante los cuatro años que sucedieron al brutal atentado de Atocha; al mazazo que supuso para los populares perder, en cuatro días, el gobierno, el rumbo y hasta el prestigio.
En las aguas turbulentas de la legislatura pasada, Rajoy condujo la piragua del PP con la suficiente habilidad para no estrellarse en las rocas. Supo aguantar y llegar a la meta casi al mismo tiempo que Zapatero. Pero ahora, que es cuando se precisa de un líder que ponga el rumbo adecuado y comience a remar, la piragua ha comenzado a virar y va hacia la orilla. Quienes, como Javier Arenas, guardan en su subconsciente la lección del escarmiento del hundimiento de UCD, se habrán echado a temblar cuando oyen decir a Rajoy que “si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya". Y en el PP madrileño, le preguntan que “qué sería del PP si liberales y conservadores se fueran del partido”.
Por ese camino, la piragua del PP va rumbo de encallar en la arena. Y los partidos políticos, como los negocios o como los periódicos, se construyen poco a poco, paso a paso, y se destruyen a toda velocidad. Quizá la clave está en que al PP, en contra de lo que piensan muchos, en vez de un congreso de aclamación lo que le hace falta es un congreso de confrontación. Confrontación de ideas, de proyectos, de capacidad de liderazgo. Y que el líder que salga elegido lo consiga por ser quien más sabe ilusionar tras la derrota. Sea Rajoy o sea quien sea. Porque el presidente elegido tras esa pugna democrática obtendrá, por añadidura, respaldo interno y consideración social, que son las grandes vías de agua que tiene en este momento el liderazgo de la piragua pepera.
Etiquetas: Partido Popular, Política
4 Comments:
Si señor Carballo, si. ¿Lo ve usted?, cuando se dedica a escribir sin enfocar su pluma en el siempreterno tema Chaves-PSOE, lo hace de maravilla. Diré, antes de que cualquier ventajista haga uso de este post, que no es mi halago porque en este artículo hable de Mariano sino porque huye usted de la crítica costumbrista y se interna en un ANÁLISIS serio de la situación de la oposición desde un otero y no desde las trincheras como es habitual.
Otro dilema que veo en el PP es su relación con los medios de comunicación.
¿Qué hacer cuando los medios afines intentan a toda costa marcarle la agenda? ¿Se pueden ganar las eleciones sin medios de comunicación afines?
El gran error de Javier Arenas es no haberse puesto en contra del Referédum, tenía que haber llevado hasta sus consecuencias sus análisis iniciales, de que no existía demanda popular alguna. El PP andaluz tendría la fuerza moral frente al Psoe, con la cabeza alta por no haber participado en la consulta popular, más triste y marginada de la democracia española, pérdida de tiempo y dinero del contribuyente. El PP andaluz emerge como un partido que se parece demasiado al Psoe en su "profesionalismo" político, en su lejanía del ciudadano, en su concepción del poder y en una democracia sin protagonismo ciudadano. En Junio habrá Congreso del Partido Popular, que haya mucha confrontación, no pasa nada.
En el reino de los ciegos, el tuerto es el rey.
Ayer cuando leí el artículo lo primero que se me ocurrió fue la idea de que la metáforas son peligrosas, que son difíciles de manejar. Nuestro anfitrión tiene talento de sobra para manejarlas pero creo que a Calvo Sotelo no lo ha dotado la Naturaleza para ello. No creo que sea la piragua descendiendo el Sella una buena metáfora para explicar y analizar lo que está ocurriendo en el PP.
Como dicen que la ignorancia es muy osada, me voy a atrever a hacer una metáfora para explicar lo que está pasando en el PP: Creo que los "populares" se sienten como el equipo de futbol que ha perdido por 5 a 4 en la final de la Copa de Europa. O mejor aún como el Sevilla FC cuando fue eliminado por los "turcos". Se preguntaban: ¿Como es posible que hayamos perdido si somos mejor equipo, sacamos un resultado estupendo en el partido de ida y llegamos a tener la eliminatoria de cara en el segundo?. O por poner un ejemplo del otro equipo, por hacer honor al nick que utilizo, los del Real Betis Balompié cuando se preguntan, ¿Como puede estar con un pié en Segunda el equipo que ha sido capaz de ganar al Chelsea en la Liga de Campeones?. Lopera, el auténtico, a los que lo critican los echa y no admite ni el más mínimo debate sobre las razones del fracaso. Pero para ser justo debo decir que la otra parte del nick que utilizo, el Sr. del Nido, echó (o no supo retener) al entrenador que mejor lo estaba haciendo en la historia de su club.
Pero lo dicho hay que tener muchísimo talento para manejar las metáforas.
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