El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

27 abril 2008

Obscenidad


Aquella vez, cuando lo de la condena judicial a Televisión Española, en pleno aznarismo, la imagen del director de los informativos, Alfredo Urdaci, se utilizaba tanto en las manifestaciones como la careta de Bush con las barbas de Ben Laden o la de Aznar luciendo la esvástica hitleriana. Con la impresionante eficacia con la que este personal crucifica a la gente, Urdaci ingresó pronto en el hit parade del budú progre. Su careto, en primer plano del telediario, leyendo la sentencia. “La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha estimado favorablemente la demanda interpuesta por el sindicato CCOO”. Era entonces cuando Urdaci, en un ataque de soberbia propio del final de Aznar, dijo aquello de “el sindicato cé, cé, o, o”, en un intento estúpido de ningunear a Comisiones Obreras.

Se equivocó Urdaci, es evidente, y es probable que, junto a él, la propia Televisión Española tocase suelo en la manipulación informativa. Con Zapatero en La Moncloa, la RTVE ha dado pasos importantes, primero con el plan de saneamiento y ahora con la aprobación de un Estatuto de Información, que incluye un código deontológico y unos mínimos de libertad informativa. Se podrá decir que no se impide la manipulación informativa desde el Gobierno, y es verdad, pero tampoco se negará que ésta es la etapa de más apertura en la RTVE. Poco tiene que ver con la televisión que hizo el PP y nada tiene que ver con algunas etapas de Felipe González. Todo eso, que ha pasado ya a la historia, que parecen tiempos irrepetibles, es, sin embargo, la única realidad conocida en Canal Sur. Lo de la televisión andaluza convierte a Calviño en un dios de la pluralidad y a la incalificable Maria Antonia Iglesias en una virgen de la objetividad. De estar en Canal Sur, Urdaci no hubiera caído en el ridículo porque aquí ni siquiera hubieran leído la sentencia, que no era firme, ni los sindicatos hubieran denunciado nada.

Lo de aquí, vamos a ver, no tiene parangón en ninguna otra autonomía, que son todas propensas a un mayor abuso; lo de aquí es obscenidad. Porque no hay pudor ni empacho alguno en la mutilación de las informaciones para ‘limpiarlas’ de discrepantes. Porque los vetos eternos y las listas negras son normas de obligado cumplimiento. Y todo, con descaro, con chulería, con desahogo. Que se note. Como esta polémica tras las sanciones de la Junta Electoral a la RTVA por el sectarismo demostrado en la campaña electoral. No es que vayan a dimitir o siquiera a pedir perdón, es que, encima, lo que exigen es que se les ponga como ejemplo de pluralismo y objetividad. Por eso arremeten contra el Consejo Audiovisual andaluz, porque ese invento sólo sirve cuando le atiza a las teles locales del PP o cuando se pone a elaborar un informe sobre porqué aumenta la publicidad de juguetes en vísperas de reyes magos.

Obscenidad, sí, esa es la cuestión. Que la primera reforma que se requiere aquí es la más básica, la vergüenza torera. Ya después vendrá la vergüenza política y hasta la profesional.

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1 Comments:

At 28 abril, 2008 01:04, Blogger Pasión said...

El peso de este gobierno es agobiante y denso, nos dificulta el progreso y el verdadero avance.
Es tan grande el poder del Pesoe en Andalucía, tan fuerte su clientelismo y tan agobiante la presencia socialista en la sociedad andaluza, que para encontrar una sociedad similar en Europa, habría que remontarse a la década de los años setenta y viajar a una de las repúblicas de la antigua URSS.
Andalucía, con el Hijo de Un Militar Franquista, es inmenso y agobiante, es TODA UNA CORRUPCIÓN.

 

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