Maquiavelo aconsejaba a los príncipes que imitaran a la zorra, convencido de que el ejercicio del poder obligaba a comportarse a veces como una bestia. Y puestos a elegir, el león, para atemorizar, y la zorra, para engañar, decía. «Los hombres son tan crédulos y tan sumisos a las necesidades del momento, que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar».
Desde que se comenzaron a levantar las alfombras de Marbella, el presidente Chaves y los suyos están empeñados, otra vez, en reescribir la historia de forma que, al final, resulte que han sido ellos los que siempre han combatido la corrupción en la Costa del Sol. Lo de ayer, por ejemplo, fue antológico. Hay que estar hecho de una pasta especial para acudir a Marbella y decir que aquella podredumbre es un fracaso de la prensa y de la política. Así, todos por igual, y él, por encima de todos, como si lo hubiera pintado Miguel Angel Buonarroti sobre el azul de Andalucía.
En fin, que la política es un mundo de zorras y de leones, es verdad. Y frente a eso, los demás, como hormiguitas, habremos de conformarnos con recordar que las cosas no ocurrieron como las cuenta el presidente. Ya que al presi le gustan tanto los decálogos, ahí va uno con algunas evidencias sobre Marbella:
1.- La corrupción en Marbella no comenzó con el Gil, comenzó con el PSOE.
2.- Gil fue uno de los que tuvo que pagar para que le recalificaran un edificio. Pagó al PSOE y, pasados los años, mostró los cheques.
3.- Quizá por eso, Gil convirtió Marbella en un territorio de inmunidad. Y lo decía: «Me da igual que el suelo sea verde, azul o amarillo».
4.- En ningún momento, Manuel Chaves, que lleva 17 años de presidente en Andalucía, planteó ninguna iniciativa para frenar a Gil, a pesar de que, esto es lo esencial, el Gobierno andaluz tiene competencias plenas para atajar aquel desastre.
5.- Las primeras denuncias de EL MUNDO sobre corrupción están fechadas en 1994, al final del primer mandato de Jesús Gil (1991-1995).
6-.- Los vecinos afectados por los desmanes urbanísticos de Marbella jamás contaron con la ayuda y la colaboración de la Junta de Andalucía, como atestigua la abogada Inmaculada Gálvez, por cuyo despacho han pasado una gran parte de los pleitos planteados contra el gilismo.
7.- La misma condescendencia del Gobierno andaluz con el gilismo la tuvieron los medios de comunicación del ‘imperio amigo’, de Prisa. El corresponsal de EL MUNDO en Marbella, José Carlos Villanueva, puede contar cómo, mientras que a él le mandaban matones para atemorizarlo, Jesús Gil recibía a algunos periodistas de este diario en una limusina. Además, Prisa hizo algunos negocios significativos con Gil: en sus rotativas se imprimía el periódico local, ‘La Tribuna’, con el que Gil, y sus sucesores, atacaban a EL MUNDO y difamaban a todos los que denunciaban el saqueo de la ciudad.
8.– Fallecido Jesús Gil, la Junta de Andalucía inició un acercamiento progresivo al nuevo alcalde, Julián Muñoz. Los contactos se hicieron tan evidentes que Isabel García Marcos, al descubrir que la estaban ‘puentando’ y que se quedaba fuera del acuerdo, decidió aceptar la oferta que le hicieron para presentar una moción de censura contra Muñoz. Rompió la baraja y se alió con Marisol Yagüe y Carlos Fernandez. Como se ha visto, todos y cada uno de ellos tenían intereses espurios. Se trataba sólo de hacerse con el negocio.
9.– Fue tanta y tan intensa la relación de la Junta con Julián Muñoz y su esposa, Isabel Pantoja, que fue sonada la orden interna en Canal Sur para que no se hablara de la pareja de forma despectiva en los programas del corazón.
10.– Tras la operación frustrada con Julián Muñoz y apeado éste de la Alcaldía, existen evidencias de que se volvió a intentar otro acercamiento, esta vez con Juan Antonio Roca. Pocos días antes de las detenciones de la ‘Operación Malaya’, Roca se reúne en un almuerzo con algunos de los principales promotores para contarle sus planes para las elecciones de este año. Deshacerse de Marisol Yagüe, buscar un nuevo candidato y alcanzar un acuerdo con el PSOE tras las elecciones municipales.
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