El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

12 abril 2007

Sahara



Con la tranquilidad que da saber que el presidente del Gobierno ha enviado a Tinduf a Zerolo para que intente desbloquear el conflicto del Sahara, que dura ya treinta y dos años, la Organización de Naciones Unidas ha comenzado, por enésima vez, a recibir propuestas del Gobierno de Marruecos y del Frente Polisario sobre este conflicto territorial que los españoles han decidido colocar en la historia como estandarte y rúbrica de sus desastres coloniales.
En esta nueva ronda de negociaciones, Marruecos ya ha advertido que la propuesta que presenta (una autonomía de rango medio) es una oportunidad única. Es decir, un plan ante el que el Polisario sólo tiene una salida. O acepta la autonomía o el Sahara seguirá en el estado de represión en el que se mantiene desde que Hassán II decidió ocuparlo con la ‘Marcha Verde’.
Como la ocupación del Sahara, hasta entonces una provincia más de España, vulneró todas las normas internacionales porque aquel territorio jamás ha estado bajo la soberanía marroquí, la izquierda española, sobre todo la andaluza, ha mostrado siempre una gran receptividad hacia el Frente Polisario. ¿Cómo no se iba a poner la izquierda de parte de quienes sufrieron la persecución de un sátrapa dentro de su propio territorio? ¿Cómo no iba a estar la izquierda con quienes fueron masacrados, con quienes se vieron forzados al exilio? Por eso, se convirtió en tradición que en los congresos del PSOE la delegación más aplaudida siempre fuera la de «los compañeros del Frente Polisario».

Han cambiado tanto las cosas, que, como recordaba hace unos días en el Parlamento un diputado de IU, lo difícil es identificar con ese pasado a quien, como Chaves, presidente del PSOE y de la Junta, está tan entregado a la causa de Mohamed VI que su última visita es para inscribirla en los anales de la diplomacia mundial: visita sin contenido político, con la única misión de participar en la inauguración del Museo Nacional de la Joya de Marruecos. Que este tipo de viajes los realicen algunos de esos príncipes frívolos de Centroeuropa es normal. Pero que se presten los dirigentes socialistas clama al cielo de la izquierda española.

Por esa cuestión, cuando la evidencia se acumula en estas visitas de boato, a nadie podrá extrañarle que, en las circunstancias actuales, cuando de nuevo se intenta una negociación, el Gobierno español envíe a Zerolo de mediador para intentar convencer a los del Polisario de que acepten el plan de Marruecos. Y que el resto del PSOE mire para otra parte. Ya lo adelantó Chaves en el Parlamento andaluz. La propuesta de Marruecos «ni la acepto ni la rechazo; tiene que ser estudiada» por el Polisario. Es decir, la posición española es que no hay posición. Lo que diga Marruecos. El cambio de política, en fin, es evidente. Lo que no se acaba de comprender es el porqué. Igual acabamos sabiéndolo.

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1 Comments:

At 12 abril, 2007 23:41, Anonymous Anónimo said...

¿Cómo no se iba a poner la izquierda de parte de quienes sufrieron la persecución de un sátrapa dentro de su propio territorio? ¿Cómo no iba a estar la izquierda con quienes fueron masacrados, con quienes se vieron forzados al exilio?

¿Porque ya no son de izquierda, sino tan solo políticos apoltronados en el poder?

 

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