España plural
Cuando Patxi López se ponga hoy en pie en su escaño del Parlamento vasco, envuelto en los aplausos que brotan de una votación triunfal, se completará en España un triángulo inesperado de identidades territoriales: un madrileño preside la Junta de Andalucía, un andaluz es el presidente de la Generalitat de Cataluña y el lehendakari del País Vasco es un ciudadano que se apellida López.
Lo cual que, si en la política española existiera la reflexión y la reconsideración de los errores, hoy tendríamos que concluir que la ‘España plural’ es ésta, un país que no se cuartea en las regiones, que no establece vetos ni privilegios entre sus comunidades, que no divide las cuencas ni se atrinchera en los ríos. La ‘España plural’, ese eslogan tan cacareado, no es una nación de naciones, como nos decían, sino la nación más vieja de Europa en la que otra vez los reinos medievales, como muertos envueltos sudarios rotos, se han puesto en pie, se han salido de los libros de historia y se han colado en los Estatutos de autonomía.
Lo cual que, si en la política española existiera la reflexión y la reconsideración de los errores, hoy tendríamos que concluir que la ‘España plural’ es ésta, un país que no se cuartea en las regiones, que no establece vetos ni privilegios entre sus comunidades, que no divide las cuencas ni se atrinchera en los ríos. La ‘España plural’, ese eslogan tan cacareado, no es una nación de naciones, como nos decían, sino la nación más vieja de Europa en la que otra vez los reinos medievales, como muertos envueltos sudarios rotos, se han puesto en pie, se han salido de los libros de historia y se han colado en los Estatutos de autonomía.
Griñán, presidente andaluz, nació en Madrid; Montilla, presidente catalán, nació en Iznájar, provincia de Córdoba; y Patxi López, aunque lo contemplan cinco generaciones de vascos, tiene uno de los apellidos españoles por antonomasia, que hunde sus raíces en los caballeros de la Reconquista. Y tendríamos que reparar hoy en este detalle inesperado, no buscado ni preparado en ningún despacho, para rendirnos a la evidencia de cómo las raíces profundas de tres mil años de historia acaban apareciendo en esos nuevos edificios de diseño que llamaron ‘naciones sin Estado’, ‘países’ o ‘realidades nacionales’.
La parte intrascendente de esta anécdota de identidades repartidas en Andalucía, Cataluña y el País Vasco es, desde luego, el patriotismo español, aunque cada cual que se emocione como quiera. No. Lo esencial de la coincidencia es que está pendiente aún la consolidación del disparate que se cometió con las reformas de Estatutos y la generalización del privilegio y, en algún momento, alguien tendrá que comenzar a razonar en España. Alguna vez habrá de imponerse el sentido de Estado, también llamado sentido común, para devolver el equilibro territorial que se romperá definitivamente con un sistema de financiación que nazca de las reformas estatutarias. Cordura y firmeza para que el Tribunal Constitucional haga pública ya la sentencia que anula la bilateralidad de Cataluña con España, que no es posible por más tiempo este bochorno de tener al más alto tribunal de un país amordazado para no afrontar los problemas. Lo de hoy, este cruce de trayectorias que unidas con líneas azules formarían un mapa trenzado, entrelazado, de la historia de España, debería darnos aliento para, como en aquella antigualla de Adriano Papallardo, pararnos y recomenzar.
Postada para el futuro. Dijo Patxi López: «El PNV tiene que asumir que es un partido más, que no es el régimen ni la religión de Euskadi, que a veces estará en el Gobierno y otras en la oposición, y no pasa absolutamente nada, esa es la grandeza de la democracia». La alternancia, es cierto, es la grandeza de la democracia; lo contrario degenera en régimen o en religión. Aquí y en Euskadi, que la degeneración no es privativa de un partido. Guardaremos la frase para el futuro.
Etiquetas: Andalucía, Autonomías, Cataluña, España, País Vasco
4 Comments:
Curioso.....¿Aguirre es Vasco verdad?
El triángulo se ha convertido en cuadrilátero.
Me permito copiar y pegar, y añadir muy poco, a lo siguiente:
Dijo Patxi López: «El PNV (PSOE-A) tiene que asumir que es un partido más, que no es el régimen ni la religión de Euskadi (Andalucía), que a veces estará en el Gobierno y otras en la oposición, y no pasa absolutamente nada, esa es la grandeza de la democracia».
¿Se entiende?.
Javier, ¿a que esto no le pasará nunca al Sr. Santiago Herrero?. Que estamos en Andalucía!.
Por cierto acaba de aparecer un nuevo blog ,. Un poco de cultura y lucidez viene siempre estupéndamente.
La "pluralidad", una de las multiples formas cancerigenas del postmodernismo.
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