Cita con la realidad
La radio de las mañanas es un vecino amable. Amanece el día, los niños se van al colegio, los hombres y las mujeres corren al trabajo en la fábrica, en la oficina, y las casas se quedan solas, sin el trasiego del desayuno y de las prisas; se van y se queda impregnado en el pasillo el aroma del café y las tostadas; se van y, en ese silencio repentino de sábanas revueltas en los dormitorios, en ese olor de colonia infantil en el cuarto de baño, aparece la radio.
La radio de las mañanas, cuando Herrera cierra las tertulias políticas, se parece a las casas que se han quedado vacías de niños, de maridos o de madres, y en el silencio de las tareas cotidianas, en el ritual de un hogar que se construye cada día, se abren las ventanas del dormitorio para que el sol entre a chorros, se estiran las sábanas y comienza a silbar la olla express. En la radio, se oye la voz de los miles que, como tú, forman los puntos invisibles, multicolores, del inmenso mosaico que formamos, la sociedad que somos.
La realidad que parece tan compleja, tan difícil de determinar y de abarcar, brota todas las mañanas en la radio cuando Herrera deja a los oyentes que hablen, que cuenten, que se rían y que lloren. Ayer, por ejemplo, hablaban de Internet, y sólo oyendo la radio se podía entender que Internet es ya una realidad cotidiana de España. Ya sé, están las cifras de las grandes compañías sobre la penetración de las conexiones de líneas de adsl, las estadísticas sobre el número de ordenadores por hogar y las prospecciones sobre el crecimiento de la red. Sí, ya sé, pero lo que no se deduce de los números es la trascendental simpleza de que Internet se ha convertido ya en un hecho rutinario, y cuando algo se hace rutinario es que ha pasado a formar parte de la sociedad.
«Le llamo de Algeciras. Mira, Carlos, yo me conecto por las mañanas y, como mi hija en vegetariana, me bajo recetas de cocina que le vengan bien… Bueno, cómo disfruto, porque siempre encuentras de todo. Luego, por las tardes, entro en algunos portales de juegos para echar unas partidas de parchís o de cartas. Y como lo que más me gusta es viajar, con Internet viajo más que nunca. Me meto en las páginas de las compañías de vuelos baratos, me saco mis billetes, mi información de las ciudades, los horarios de los autobuses, del metro o de lo que sea… Vamos, con decirte que las compañías de viaje hasta me mandan en Navidad un crisma de felicitación…»
Ayer, oía a esta mujer de Algeciras en la radio y, al tiempo, recordé la promesa de Chaves en las últimas elecciones andaluzas, ‘conexiones gratis a Internet con un mega de velocidad’. «Andalucía se convertirá así en la primera Administración de España y la primera del mundo, según la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, en hacer accesible Internet», decía la propaganda socialista. Qué vértigo da contemplar el abismo que existe entre la realidad oficial y la cotidiana. Para cuando el Gobierno se haya decidido a cumplir su promesa de un mega de Internet gratis, que será en las próximas elecciones, en 2012, se habrán quedado ya totalmente desfasadas las ofertas actuales de cualquier compañía de telecomunicaciones, con paquetes de seis megas de adsl, tarifa plana de teléfono y televisión por cable. Qué vértigo, sí, y qué rabia que esa propaganda no se tome como un insulto en Andalucía.
Griñán tiene ahora una cita con la realidad, una cita con la verdad de Andalucía. Tiene una cita con los problemas, con las rutinas, con la sociedad. Puede envolverse en el incienso de la propaganda y del sectarismo o puede abrir las ventanas. El decidirá qué camino elige.
1 Comments:
"Con Un Mega de velocidad", esta señora, es mi opinión, trabaja o la invitan a visitar Edificios Oficiales.
Es un insulto a la realidad Andaluza y me da mucha rabia, porque he pagado Internet desde que existe, para que mis Hijos/a estudiaran.
Griñán no abrirá las ventanas, no vaya a ser que los/as andaluces/as/os/as descubren el Pastel.
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