El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

22 mayo 2007

Tramposos


De aquellos días aciagos que sucedieron al atentado del 11-M, la única experiencia positiva que pudo extraer la sociedad española fue la frase de que los ciudadanos merecen un gobierno que no les mienta. Fueron días de infamia, pero también en la degeneración se aprende, se descubre. Se toca suelo. Por eso la validez de aquel lema, a pesar incluso de que quien lo proclamaba entonces mentía tanto o más como a los que acusaba. Es innegable que en una democracia la sociedad tiene derecho pleno, un derecho inherente a la propia libertad, a exigir la verdad de sus gobernantes.

De ahí, quizá, la tensión antigua entre la clase política y la sociedad cuando la primera intenta camuflar la realidad, torcer las evidencias, maquillar las verdades. Nixón, según cuenta Ben Bradlee, le dijo a uno de sus asesores, “tú nunca llegarás lejos en política; no sabes mentir”. La necesidad social de que la política no se convierta en el gobierno de los tramposos es la que acabó expulsando a Nixon del sistema. La democracia es el sistema que garantiza que la tensión entre la verdad que exige la sociedad y la mentira que siembra el poder se pueda resolver a favor del ciudadano.

Desde Nixon, tramposo en las elecciones y mentiroso cuando lo descubrieron, la historia se ha vuelto a repetir en innumerables ocasiones, y no siempre a favor de la verdad. Hace ya casi cinco años, por ejemplo, cuando descubrimos en EL MUNDO que en el proceso de elección de las cajas de ahorro de Sevilla se podían estar haciendo trampas, que desde la sede socialista se habría mandado a espiar a los presidentes de las entidades a los que se quería quitar de en medio, lo que nos movió a denunciarlo públicamente no era la comisión de delito alguno, que no era eso, sino la vulneración de principios elementales de una democracia, como la limpieza, la transparencia.

Todo aquello, como se sabe, lo solventaron los denunciados con una explicación genérica de “montaje” que, hasta ahora, les ha servido para cambiar el paso. “Montaje” fue también la explicación al ‘pucherazo’ de Jaén, cuando se adulteraron las primaras del PSOE, y “montaje” ha sido la explicación reciente a las facturas falsas en el Ayuntamiento de Sevilla. Ahora que en Granada se ha denunciado la vergonzosa circunstancia de que el PSOE ha convocado un botellón para estampárselo en la cara al alcalde del PP en el último día de campaña, la explicación que ha ofrecido un portavoz socialista es la misma: “un montaje”.

Montaje, montaje, montaje. El tramposo sabe que, con sólo repetirlo mil veces, ya se siembra la duda ante el electorado. De eso se trata. Luego, el tiempo y la desvergüenza se encarga del resto. ¿Pues no se ha quejado Felipe González en Huelva de que todavía le sigan recriminando “el Gal y el gol”?

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2 Comments:

At 22 mayo, 2007 13:08, Blogger Lopera in the nest said...

Javier, la misma pregunta de siempre:
¿Porqué hacen trampas?.

Ayer se me pasó la hora de repetir algo que puse en el blog del admirado Enrique Baltanás. Era la respuesta que dió el científico a la pregunta de Berta en El Mundo de Andalucía, resume donde estamos (?) y donde están. Ahí va otra vez:

Olvidamos quiénes somos y cuáles son nuestros fundamentos: en la tradición occidental, la primicia de la razón es patrimonio de todos los hombres. Nuestro método de conocer o de refutar presupone la observación de hechos, el establecimiento de hipótesis y la demostración de las mismas de forma independiente de cualquier creencia, y reproducible (verificable) por cualquier hombre. No es el único sistema de explicar el mundo y puede que no sea el mejor de todos los teóricamente posibles, pero es el que nos ha permitido crear la civilización más formidable conocida y en la que, además, ningún hombre es dueño del pensamiento de los otros.

 
At 22 mayo, 2007 23:22, Anonymous Anónimo said...

son tramposos porque no saben hacer otra cosa
estamos ante la degradacion de una forma de hacer politica que aun cuenta con el aval del pasado
¿tu crees que a esta plebe la dejarian entrar en un casino? de momento el casino es ilegal, je, je, je

 

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