Ocupación
Como no será la cosa, que ‘El loco de la colina’ está esperando a que se acaben las elecciones para contar las presiones y «la censura tan dura» que ha «sufrido» en Televisión Española. Cómo no estará el paño, que quien se escandaliza es Jesús Quintero, que otras veces ha lidiado en Canal Sur, un engendro que debe andar compitiendo con la televisión venezolana en el ranking de la manipulación. ‘Aló presidente’, allí; ‘olas al presidente’, aquí. Aún así, el Loco ha encontrado en la televisión zapaterista una censura que lo ha dejado «alucinado» y pidiendo «libertad» en medio de la Feria del Libro de Sevilla.
Lo grave, sin embargo, de la denuncia de Quintero es que se suma a las denuncias que se vienen produciendo en los últimos tiempos y que, unidas todas, componen un paisaje desolador sobre la ocupación de todas las instituciones del Estado. Desde la Televisión Española hasta el Tribunal Constitucional o la Fiscalía General del Estado, pasando por la Comisión Nacional del Mercado de Valores o la propia Policía.
Se dirá, y es verdad, que cuando un partido llega al poder en el Gobierno de la nación (y en los demás ámbitos de la administración del Estado) su primer objetivo es la designación de personas de confianza en cada uno de esos puestos, a pesar de que en las leyes de creación de cada uno de ellos se anteponga la independencia e imparcialidad de las designaciones. Es cierto, y es lo que viene ocurriendo en España y en los demás países democráticos. Lo que ocurre es que, también en esto, existe una modulación, unas líneas rojas que no se deben traspasar.
La diferencia entre lo aceptable, lo asumible, y la ocupación está en la designación de militantes al servicio de un partido en el lugar en el que deberían estar cargos de confianza que anteponen el interés de la institución a la que representan al interés del partido que los ha designado. Y en eso, por muchas vueltas que se le den, el PSOE tiene demostrado que llega más lejos que nadie en la ocupación del Estado. Digamos que está en los genes de este partido, que es una forma de funcionamiento.
La diferencia entre lo aceptable, lo asumible, y la ocupación está en la designación de militantes al servicio de un partido en el lugar en el que deberían estar cargos de confianza que anteponen el interés de la institución a la que representan al interés del partido que los ha designado. Y en eso, por muchas vueltas que se le den, el PSOE tiene demostrado que llega más lejos que nadie en la ocupación del Estado. Digamos que está en los genes de este partido, que es una forma de funcionamiento.
Pensemos por ejemplo en la sorpresa que ha despertado el hecho de que el jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Luis de Haro-Rossi, haya aparecido, junto a María Teresa Fernández de la Vega, en un mitin del PSOE de Granada. Lo sorprendente no es que un jefe de policía muestre su predilección por el Partido Socialista, lo llamativo es que esa foto se produce después de que en el ‘caso Malaya’, y otros, se hayan estado denunciando anomalías en las detenciones que se alejaban de las garantías precisas de un Estado de Derecho.
Encarcelamientos nocturnos, exhibiciones ante la prensa rosa, detenciones que coinciden con mítines políticos... El problema no es que este jefe de Policía vaya a un mitin, no, el problema es que ‘El Loco’ tenga razón. Y aún así, que se quede corto.
4 Comments:
Javier, escribías ayer sobre Fernando de los Rios y la Educación, hoy sobre el comisario que asiste al mitin de la Vicepresidenta del Gobierno. ¿Como ha pasado el PSOE de una situación a otra?. Hablas de los genes del PSOE, no puedo estar de acuerdo, prefiero insistir en lo que escribí el otro día. Un partido político NO tiene genes, tiene pasado y presente, y en medio, evolución. Acabo de leer un libro donde estudia la correlación entre la aprobación de la ley del aborto y el descenso de la crimininalidad en los USA. Fíjate que utilizo la palabra correlación, no causalidad. Alguien debería estudiar la evolución del PSOE desde una posición a otra. Quizás pueda encontrar algún suceso correlacionado con otro, eso sí, con la facilidad que implica la ausencia de correlaciones durante 40 años. Mi pregunta es, ¿no sería que no existía nada en los años setenta y todo empezó de cero?. Entonces si la respuesta es afirmativa, es más sencillo explicar la evolución. Esta sería desde posiciones franquistas a posiciones felipistas.
Bueno, todos sabemos que el PSOE no existió durante la dictadura. Eso es un dato contrastado. Mejor dicho, existió, pero era la dictadura. Al final, ese libro de Vizcaíno Casas, siempre tan exagerado, reflejó una realidad no infrecuente en la transición. Y ya sabemos que las formas, también se heredan.
De todas formas, con la oposición que tienen, no me extraña que intenten copar todos los resortes del poder. Porque lo del PP en España también es de traca. No se puede hacer política pidiendo perdón todo el día por existir.
Es cierto que los partidos políticos no tienen genes, tienen memes. O se comportan como si los tuvieran, que viene a ser lo mismo. Para su permanencia en el poder –supervivencia, ya que estamos en la analogía genética- necesitan ocupar y controlar el máximo de instituciones. Desde las que cita Caraballo hasta las asociaciones vecinales, profesionales, culturales, filantrópicas, filarmónicas, peñas béticas... todo es bueno para el convento. Como se prima la fidelidad al partido por encima de cualquier otra capacidad necesaria para el desempeño de la función, inevitablemente y con independencia del partido, el prestigio de las instituciones baja, siendo entonces más fácil todavía controlarla, bajando más aún el prestigio... Hasta que se alcance algún equilibrio entre la mediocridad máxima asumible y la productividad mínima necesaria, o se joda el invento en el camino.
En esta carrera cuesta abajo el PSOE lleva ventaja, aunque el PP progresa adecuadamente. Además es cierto, por una vez y sin que sirva de precedente, lo que dijo Zapatero de que el PSOE es el partido que más se parece a la sociedad española. Y si todavía no se parece mucho, me remito al artículo de ayer de Caraballo, y hablamos dentro de unos años. No muchos.
La referencia a memes bien puesta (espero)
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