El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

19 marzo 2007

Posos


Tres mil años de vida no le han dado a España ni siquiera la tranquilidad y la estabilidad suficiente para que la historia repose, serena e indeleble, en su conciencia. Para que la memoria se vaya asentando como los posos del café. Para leerlos, para interpretarlos. Parece como si España nunca hubiera sabido colocarse a la distancia adecuada de sí misma para mirarse en su historia. Unas veces lo hace demasiado lejos y todo se pierde en el olvido. Pero otras veces está muy cerca; parece que no pasa el tiempo y se miran los acontecimientos con la virulencia de entonces, con la pasión ciega que los convirtió en desastres, en tragedias.
Hoy, por ejemplo, se conmemora en Cádiz la aprobación en 1812 de la primera Constitución que se redactó en España. Fue una Constitución liberal que, por primera vez, proclamó la soberanía del pueblo y la separación de los poderes del Estado. Tan perseguida fue la Constitución cuando Fernando VIla derogó dos años después, que sus partidarios la coreaban por las calles con el grito clandestino de «Viva La Pepa», porque fue aprobada el día de San José.
La perversión histórica de la que se hablaba antes consiste en que, con el paso de los años, el ‘Viva la Pepa’ ha acabado significando «un estado caótico, un desorden completo». Del tejido sociológico y semántico ya se ha borrado lo esencial y queda la degeneración del término. Exceso, follón, desmadre. Como tantas otras cosas en Andalucía, el tópico de folklore ha revestido con lunares de fiestas, desinterés y holganza una historia de dignidad y de lucha que empieza aquí, que nace aquí.

Todo esto, esta deformación de la historia, es especialmente llamativa cuando, como estos días, asistimos a la trillonésima polémica sobre el afán expansionista del nacionalismo vasco sobre Navarra. En este caso, la distorsión que se hace de la historia es la contraria; lo chusco y lo retrógrado se vuelve amable y progresista. Y aparecen como guiños y políticas de izquierda hasta la reivindicación unos fueros medievales.
¿Qué pecado hemos cometido en España para que la Constitución de Cádiz haya desaparecido de la memoria y sigamos debatiendo a diario sobre los privilegios medievales de vascos y navarros? ¿Qué maldición se ha llevado aquellos principios de 1812, nítidos, sencillos e inocentes? «La Nación española es la reunión de todos los españoles», «El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles y, asimismo, el ser justos y benéficos».

Hoy se conmemora en Cádiz el aniversario de la Constitución de 1812. Fue en aquel texto donde se plasmó por primera vez la expresión de «las Españas», pero en referencia a las colonias de ultramar. Que, doscientos años después, vuelva a estar vigente el término en el debate político sólo es síntoma del olvido, de la incapacidad demostrada para que la historia de España se asiente, serena e indeleble. Como posos de café.

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2 Comments:

At 19 marzo, 2007 13:27, Anonymous Anónimo said...

Estimado Javier: la cuestión nacionalista viene soterradamente viviendo con nostros desde el siglo XIX y desde luego "España como problema" es una antigua querella de siglos anteriores. La Constitución de 1978 fue, entre otras cosas, un pacto con el nacionalismo. El problema radica en el Nuevo Pacto más confederal que ahora se plantea, con el beneplácito del Partido Socialista. Lo inexplicable es que a la desorientación política e ideológica de la izquierda se le sume, no sé si por convicción o por oportunidad, el abrazo de Zapatero a los nacionalismos, bien a los que pretenden la separación de España, bien a los que quieren ser "españoles de primera". Que la historia de España tiene tomate y que casi siempre ha acabado mal es casi un axioma, pero tengamos esperanzas de que desde el propio socialismo se retomen los principios de siempre y se pase página al zapaterismo ramplón y analfabeto.

 
At 19 marzo, 2007 20:48, Anonymous Anónimo said...

La cuestion de los nacionalismo en España, es sin duda cosa antigua; aunque ahora esta exacerbado en funcion del caos identitario, en lo personal y lo ideologico que viven muchos.

De otra parte, la cuestion no sólo se plantea en España, sino tambien en muchos paises de la UE, aunque en España, insisto esta recrecido y no creo que sea una cuestion de arimetica parlamentaria como se dice eufemisticamente para justificar el apoyo del gobierno del PSOE a los nacionalismos; creo que dentro del complejo proyecto zapaterino, uno de los aspectos, pero no el unico es la desmembracion de España.

 

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