El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

15 marzo 2007

Dádivas


El ‘caso Malaya’ tiene ya el barniz amarillento de los asuntos que no sorprenden a nadie. Forma parte de la normalidad que cada quince días o así, el juez dicte el levantamiento del secreto de sumario sobre ocho o nueve tomos y que, al poco, ordene nuevas detenciones, una nueva redada.
Por eso, las mayores sorpresas no provienen ya, como al principio, de los detalles sobre la inmensa fortuna de Juan Antonio Roca. Ni del lenguaje chusco de los comisionistas.
Esa rutina se rompió ayer cuando, al rastrear algunos de los setenta y tantos tomos sobre los que ha levantado el secreto del sumario, se detectó en un auto del juez las siglas de un alto cargo de la policía que también forma parte del clan. Lo está buscando el juez porque este dirigente policial actuaba como ‘garganta profunda’ de Roca. Un ronco privilegiado que le ofrecía información reservada sobre la vida diaria de la Policía y también, es de suponer, sobre las investigaciones que pudieran afectarle.
Si miramos hacia atrás, si pensamos en el año que ya se va a cumplir del ‘caso Malaya’, comprobaremos que en este sumario ya lo conocemos casi todo sobre las comisiones que cobraba Juan Antonio Roca y los métodos que utilizó. Conocemos a sus compinches en el Ayuntamiento y a algunos de los constructores que se prestaban a la extorsión. Qué cuadros se compraban, qué alfombras pisaban, qué joyas regalaban, qué relojes usaban. Rolex, Cartier, Bulgari... También el nombre de las ‘empresas tapadera’ a cargo de sus señoras, para blanquear dinero con el glamour pegajoso de una mejilla embarrada en maquillaje. Todo eso lo sabemos con tanta reiteración que, por eso, el caso Malaya se está tiñendo del barniz amarillento de la rutina.

Lo que sigue siendo una gran incógnita es cómo todo esto sucedió a la vista de todos, durante tantos años, y sin que nadie hiciera nada. Esta es la razón por la que sobresalta la enigmática búsqueda del ‘garganta profunda’ de Roca en la Policía. Porque, necesariamente, un patrimonio así sólo se amasa si los tentáculos corruptos de ese ayuntamiento se extienden hacia las administraciones e instituciones que tenían el encargo de vigilar, controlar, investigar y denunciar.

‘Beauty Marbella’ es el nombre de la empresa que regentaba la mujer de Roca. Bonito nombre. Se imagina uno un botín de monedas de oro. En el centro, una musa desnuda recostada sobre un lecho de uvas moradas, y al su alrededor la leyenda de la ciudad corrupta ‘Beauty Marbella’. Serían como las dádivas que, según el sumario, entregaba Roca al alto cargo de la Policía que ahora todos buscan, pero no aparece. ¿Cuántos altos cargos más habrán recibido esas monedas?

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1 Comments:

At 15 marzo, 2007 19:52, Anonymous Anónimo said...

Si en España quedaran talentos cinematograficos, y no pancarteros disfrazados de "artistas e intelectuales", seguro, que se podria hacer una buena pelicula, o incluso una tele serie: "Corrupcion en Marbella".

Y lo que estamos descubriendo de la operacion Malaya, es más de lo mismo: en un Regimen, todo esta corrompido, activa o pasivamente, por accion u omision. La Agencia Tributaria, la Inspeccion de Hacienda, Notarias, Registros de la Propiedad, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la administracion de justicia en su conjunto y un largo ect. Se acuerdan algunos de aquel Gran Fiscal Anticorrupcion, el Sr. Villarejo, dedicado a perseguir a un canonigo de la catedral de Cordoba y sin saber nada de nada de Marbella, siendo el buen Sr. malagueño por más señas.

La pregunta que habria que hacerse es porque ha sido ahora cuando se ponen a limpiar la casa.

Y lo que resulta antologico, es que nuestra Junta de Andalucia, siempre tan diligente, haya querido ahora personarse como perjudicada, para morirse de risa, y la respuesta del juez instructor haya sido, que de perjudicada nada, que es responsable del desafuero.
Y lanzo otra pregunta, ¿porque ahora precisamente se quiere personar y no cuando se iniciaron las primeras pesquisas ?.

 

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