Puntos

¿Cuándo se había visto en España que la entrada en vigor de una norma supusiera una respuesta tan inmediata de la sociedad? Porque, en contra de lo que se pueda pensar, la retirada de puntos sí supone una directriz política que conviene analizar. Si el carné por puntos ha funcionado en España es porque envía a la sociedad un mensaje claro: A partir de ahora, quien vulnere las prohibiciones de tráfico recibirá el castigo más severo que ha existido nunca. Es como si nos dijeran, “se acabó el cachondeo”.
Ya existían las normas de tráfico, las multas cuantiosas por los excesos de velocidad, los radares móviles y fijos y hasta la retirada del carné de conducir. Existían las campañas de concienciación y nada de eso funcionaba porque, año tras año, seguía aumentando en España el número de accidentes y de muertos en las carreteras. Y ahora, de pronto, cambia la tendencia y esa misma sociedad que antes vulneraba las normas de tráfico se vuelve responsable. “Descenso histórico”, se afirma. “Nunca ante había sucedido”. Hace dos meses, lo extraordinario es que alguien circulara en España a la velocidad que marcaban las señales. ¿A quién no lo han mirado como un idiota, y le han pitado y gritado cuando circulaba a 120 kilómetros por hora en una autovía? Ahora, en algunas autovías, los coches se deslizan por el asfalto, suavemente, como en un vals inesperado. Por primera vez, respetar las normas de tráfico en España no es sinónimo de hacer el panolis.
¿Y todo eso, por qué? Está claro que el mensaje que le ha enviado a la sociedad el carné por puntos es exactamente el contrario que el de otras muchas normas de buenismo político. El carné por puntos, lo miremos por donde lo miremos, funciona eficazmente porque ha restablecido en el tráfico un principio de autoridad que antes se difuminaba. El carné por puntos funciona porque camina en el sentido contrario que el “espíritu Logse”, digamos. Aquí si hay premios y castigos: los puntos. Por eso funciona.
No se trata de volver a aquellos prejuicios de la Transición, a la “Libertad sin ira” que cantaba Jarcha. “Dicen los viejos que este país necesita/ palo largo y mano dura/ para evitar lo peor”. No es eso. Se trata de algo tan sencillo como entender que la autoridad no es ni de izquierdas ni de derechas, sino un pilar fundamental del Estado de Derecho.
7 Comments:
Pues lo del carné por puntos no va a ser nada en cuanto quiten la publicidad de los coches surfeando.
Todo esto que plantea Panduro nos devuelve al debate de ayer sobre la publicidad y el nuevo puritanismo de las feministas. En lo de conducir si nque se comprueba esa doble vara de medir que existe, pues lo logico es que lo primero que se limite sea la velocidad de fabrica de los coches, pero eso no tiene nadie cojones (por no decir bemoles) de hacerlo. Llamemos a las cosas por su nombre, y lo que esta claro es que a los chulos del volante y a los delincuentes no se les rehabilita con caramelitos, sino con sanciones. Y así todo. La sociedad siempre ha funcionado con bajo esa dinamina de premio y castigo.
(Como me reprochaban ayer que participara como anonimo, hoy ,e he hecho este link. Lo cual tiene guasa, porque a ver en que se diferencia esta entrada de la del mero anonimo. Pero como decia ayperfidia, en fin)
Coincido con lo planteado por Caraballo.Es obvio.
Pero,¿por qué en Alemania,que no existe limite de velocidad,se producen un 48% de accidentes menos que en España,contando ademas con un parque móvil de vehículos mas potentes?.¿No sera que el problema no radica en la velocidad y si en el estado de unas autovias mas propias de Ruanda que de un pais de la UE?.
Es curioso,que en pleno siglo XXI,donde todo es rapidez,desde la ADSL a el AVE,resulte que tengamos que ir enfila india cual borregos obedientes,a 90KMH.
Y mas curioso aún,que se asuma que los accidentes son siempre,para Trafico culpa del conductor.Cuando no es el cinturón,es el móvil y sino que se distrae,fuma(increible)o se ha distraido con una rubia imponente que pasaba.
Eso si;del estado de las carreteras y autovias,de la nefasta señalización y mantenimiento,de los baches y curvas mal peraltadas cuando no suicidas,...de eso,ni nombrarlo.
Hay que joderse.
Bueno... veremos cómo se crean más empresas para recurrir multas que paralizarán la administración. Y el crecimiento del mercado de puntos (yo me hago responsable de tu infracción a cambio de un dinerito. O mi abuelo)
Me parece razonable que se hagan normas. Y muy sorprendente que empecemos a respetarlas. Pero la clave está en que no es posible sancionar todos los delitos. La fuerza disuasoria de una norma puede ser de naturaleza moral o el miedo a la sanción. ¿Será posible quitar los puntos a los que aparcan en doble fila en las ciudades andaluzas si los ayuntamientos no sancionan? ¿Serán capaces los ayuntamientos de sancionar si son inundados por reclamaciones de empresas especializadas?
Por ahora parece que funciona lo del carne por puntos. Si se reducen al mínimo los accidentes por imprudencia, lo que quede será por los motivos que dice gutiforever ¡vamos, digo yo!
Por otra parte estaría bien que calara la idea de autoridad como pilar del estado de derecho. Y que la aplicaran a otros ámbitos como la enseñanza o el uso de la vía pública.
Nota: Aunque creo que más de uno, si les quitan las etiquetas de izquierdas y derechas, se quedan en blanco.
¿Quién le iba a decir a los que van de liberales -el subgrupo que erróneamente considera ilimitada la libertad- que con disciplina se solucionan, cuando menos, ciertos problemas?. Con respeto a las normas, a los demás, con castigo al que incumple... Es la única manera de que las cosas funcionen razonablemente: el que la hace, la paga. Pero de todos modos, se les olvida en la DGT -menos mal que no pueden conducir por mí- analizar globalmente la cuestión, incluyendo la visión comparativa del asunto. Así, como apunta gutiforever, ¿cómo pueden ser inferiores las cifras de accidentes y mortalidad en otras zonas de la UE en las que la velocidad es mayor que en España?. Es evidente que no es ésta la única ni la más grave causa de accidente y no considero a los españoles menos capacitados que los alemanes para conducir, ergo ¿qué pasa?. Pues que tenemos una red de carreteras indigna para los impuestos que pagamos por ellas: pésima calidad y estado del firme -¿dónde estarán los fondos rateados a los materiales?- (véase A-49, A-92, etc.); trazado en ocasiones imposible; suicida, deficiente e incorrecta señalización; y un largo listado de elementos que no son culpa, negligencia o inutilidad de los conductores, sino de ministerios varios y DGT. ¡Ya está bien de que todo se deba a nosotros!
Reproduzco un comentario al pelo que he leído en un conocido y de poca credibilidad foro de internet:
"Conducir por Sevilla y sus alrededores da tiempo para cantidad de cosas, entre otras cosas una nada común, pensar y oír.
En estos días de puesta en marcha, al menos de intento, del carné por puntos, ¿no sería posible una Alcaldía por puntos donde se les fuera restando en la medida de incumplimiento de plazos, promesas olvidadas y otras lindezas a las que ya nos van acostumbrando? Se está perdiendo la capacidad de reaccionar. Porque a la vista de los resultados una se pregunta ¿para qué? Si esta tuneladora no hay quien la pare, esta no se estropea... aunque ya lo trajeron con avería.
Para empezar le daríamos también 12 puntos: obras sin terminar en plazo previsto, 2 puntos. No informar con anterioridad de las que se van a realizar, 4 puntos. Caos de circulación, 1 punto cada media hora de atasco. Tendrán que salir corriendo a la caza y captura de puntos no se si a Marbella o al Caribe, pero por favor, ya está bien de tanto aguantar."
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Un saludo.
Woodstein
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