Curro
Aquel tipo de la publicidad, Curro, ¿se acuerdan? Sí, hombre, Curro…, ya saben, el que siempre estaba perdido en algún paraíso tropical, con un collar de flores al cuello y una piña colada en la mano. Eso es, el de aquella frasecita tan fastidiosa de «¿dónde esta Curro?» que se hizo famosa en España para demostrar que los lemas publicitarios más pesados y bobos son los que triunfan. Pues bien, aunque no trascendió entonces, ahora se puede afirmar que Curro era un alto cargo sindical. Por eso siempre estaba perdido en unas vacaciones que eran un chollazo. Curro, qué tío.
No se sabe bien si Curro estaba afiliado a la UGT o a Comisiones Obreras pero, para el caso, es lo mismo. Tanto una como otra son, además de sindicatos, agencias de viaje muy rentables para sus afiliados.
Vamos, que la sociedad española se divide, de hecho, en dos partes: los que pueden viajar casi de gañote gracias al sindicato y los torpes que se ven obligados a pagar cada año de su bolsillo las vacaciones a precio de mercado. ¿Disfruta usted este verano de unos días en la Costa del Sol, por ejemplo? ¿A cuánto le está costando la habitación? ¿Cincuenta euros al día o tal vez cien? ¿Más? Y seguro que sólo tiene el desayuno incluido. Pues bien, para un sindicalista, disponer de un chalé individual en Marbella, y en primera línea de playa, sólo le cuesta 24 euros al día. Y en ese precio va incluida la pensión completa.
En este plan, hasta dos mil plazas repartidas en distintas residencias por toda Andalucía, Cádiz, Aguadulce, Punta Umbría, Cazorla, Sierra Nevada. Las pagamos todos, pero como las gestiona la Junta de Andalucía, las disfrutan casi en exclusiva los sindicatos. ¿Cómo pude pretender nadie que, con estos chollos, algún dirigente sindical cuestione ninguna política del Gobierno andaluz? Vamos, hombre.
Vendrán ahora, obviamente, con la cantinela de que las residencias de tiempo libre son públicas y las puede solicitar todo el mundo, pero después de dos sentencias condenatorias, primero del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y posteriormente del propio Tribunal Supremo, ya sonaría a un cinismo insoportable. Dos sentencias condenatorias por el uso «indebido» de esas residencias de tiempo libre y por «el favoritismo» del que se benefician UGT y CCOO, que han venido gestionando hasta el setenta por ciento de las plazas.
En fin, lo dicho, que Curro era sindicalista. Estaba liberado en su empresa, pero cuando descubrió las residencias de tiempo libre, decidió perderse. Y como todo esto es así, tan descarado y tan vergonzante, no cabe mucho más que la indignación. Existen sesudos debates sobre el papel de los sindicatos, unos cuestionan su vigencia en la economía globalizada y otros polemizan sobre el abandono de la clase trabajadora. Pero todo esto es mucho más fácil. Despilfarro y caradura.
1 Comments:
¿Alguien sabe por casualidad si en estas residencias hay prevista alguna huelga o "conflicto laboral"?. Es para proponer un eslógan para la pancarta: "¡Neneeee, llenamos!
Publicar un comentario
<< Home