El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

29 agosto 2006

Puntos

El sistema de puntos en el carné de conducir va camino de convertirse en el principal éxito político del Gobierno de Zapatero sin que hayamos reparado en lo principal. ¿Es de izquierda o de derecha? No es una cuestión baladí. Para una medida política que funciona eficazmente en España, no es posible que a nadie le haya dado por preguntarse si esa política es de izquierdas o de derechas. Y eso que aquí lo miramos todo con ese rasero ideológico.

¿Cuándo se había visto en España que la entrada en vigor de una norma supusiera una respuesta tan inmediata de la sociedad? Porque, en contra de lo que se pueda pensar, la retirada de puntos sí supone una directriz política que conviene analizar. Si el carné por puntos ha funcionado en España es porque envía a la sociedad un mensaje claro: A partir de ahora, quien vulnere las prohibiciones de tráfico recibirá el castigo más severo que ha existido nunca. Es como si nos dijeran, “se acabó el cachondeo”.

Ya existían las normas de tráfico, las multas cuantiosas por los excesos de velocidad, los radares móviles y fijos y hasta la retirada del carné de conducir. Existían las campañas de concienciación y nada de eso funcionaba porque, año tras año, seguía aumentando en España el número de accidentes y de muertos en las carreteras. Y ahora, de pronto, cambia la tendencia y esa misma sociedad que antes vulneraba las normas de tráfico se vuelve responsable. “Descenso histórico”, se afirma. “Nunca ante había sucedido”. Hace dos meses, lo extraordinario es que alguien circulara en España a la velocidad que marcaban las señales. ¿A quién no lo han mirado como un idiota, y le han pitado y gritado cuando circulaba a 120 kilómetros por hora en una autovía? Ahora, en algunas autovías, los coches se deslizan por el asfalto, suavemente, como en un vals inesperado. Por primera vez, respetar las normas de tráfico en España no es sinónimo de hacer el panolis.

¿Y todo eso, por qué? Está claro que el mensaje que le ha enviado a la sociedad el carné por puntos es exactamente el contrario que el de otras muchas normas de buenismo político. El carné por puntos, lo miremos por donde lo miremos, funciona eficazmente porque ha restablecido en el tráfico un principio de autoridad que antes se difuminaba. El carné por puntos funciona porque camina en el sentido contrario que el “espíritu Logse”, digamos. Aquí si hay premios y castigos: los puntos. Por eso funciona.

No se trata de volver a aquellos prejuicios de la Transición, a la “Libertad sin ira” que cantaba Jarcha. “Dicen los viejos que este país necesita/ palo largo y mano dura/ para evitar lo peor”. No es eso. Se trata de algo tan sencillo como entender que la autoridad no es ni de izquierdas ni de derechas, sino un pilar fundamental del Estado de Derecho.

4 Comments:

At 29 agosto, 2006 11:47, Anonymous Anónimo said...

Pues lo del carné por puntos no va a ser nada en cuanto quiten la publicidad de los coches surfeando.

 
At 29 agosto, 2006 13:26, Blogger GFO said...

Coincido con lo planteado por Caraballo.Es obvio.
Pero,¿por qué en Alemania,que no existe limite de velocidad,se producen un 48% de accidentes menos que en España,contando ademas con un parque móvil de vehículos mas potentes?.¿No sera que el problema no radica en la velocidad y si en el estado de unas autovias mas propias de Ruanda que de un pais de la UE?.
Es curioso,que en pleno siglo XXI,donde todo es rapidez,desde la ADSL a el AVE,resulte que tengamos que ir enfila india cual borregos obedientes,a 90KMH.
Y mas curioso aún,que se asuma que los accidentes son siempre,para Trafico culpa del conductor.Cuando no es el cinturón,es el móvil y sino que se distrae,fuma(increible)o se ha distraido con una rubia imponente que pasaba.
Eso si;del estado de las carreteras y autovias,de la nefasta señalización y mantenimiento,de los baches y curvas mal peraltadas cuando no suicidas,...de eso,ni nombrarlo.
Hay que joderse.

 
At 29 agosto, 2006 13:45, Blogger Unknown said...

Bueno... veremos cómo se crean más empresas para recurrir multas que paralizarán la administración. Y el crecimiento del mercado de puntos (yo me hago responsable de tu infracción a cambio de un dinerito. O mi abuelo)

Me parece razonable que se hagan normas. Y muy sorprendente que empecemos a respetarlas. Pero la clave está en que no es posible sancionar todos los delitos. La fuerza disuasoria de una norma puede ser de naturaleza moral o el miedo a la sanción. ¿Será posible quitar los puntos a los que aparcan en doble fila en las ciudades andaluzas si los ayuntamientos no sancionan? ¿Serán capaces los ayuntamientos de sancionar si son inundados por reclamaciones de empresas especializadas?

 
At 29 agosto, 2006 14:36, Anonymous Anónimo said...

Por ahora parece que funciona lo del carne por puntos. Si se reducen al mínimo los accidentes por imprudencia, lo que quede será por los motivos que dice gutiforever ¡vamos, digo yo!

Por otra parte estaría bien que calara la idea de autoridad como pilar del estado de derecho. Y que la aplicaran a otros ámbitos como la enseñanza o el uso de la vía pública.

Nota: Aunque creo que más de uno, si les quitan las etiquetas de izquierdas y derechas, se quedan en blanco.

 

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