Esperpento
ETA se repite como esperpento. Machaca los comunicados de hace años y va calcando las palabras, las expresiones de siempre. Se repite, no hay nada nuevo en lo que dice, es lo mismo de siempre, sólo que, cada vez más, se repite como esperpento. Sólo había que verlos ayer, el patetismo de esos tres asesinos con capucha blanca y boina negra, caricaturas de sí mismos, fantoches manchados de sangre, cobardes disfrazados en su carnaval macabro, imbéciles de mente estrecha que piensan que el campanario es una ideología de izquierdas y que el terruño es una reivindicación de la sociedad del siglo XXI. Hasta el tono de voz del tipo que leía el comunicado no expresaba otra cosa que la personalidad de un niñato malcriado en ikastolas, un gamberro de sábados por la noche, un necio al que habrán contado que su dios es Sabino Arana y que la tierra prometida está entre el musgo y los helechos de Aralar; que ahí se acaba el mundo.
Se han convertido en seres patéticos aunque se mantenga intacta la amenaza a la sociedad española, a todos nosotros. Todo el sufrimiento, todo el dolor y la angustia que recordamos. Pero no es eso, no se trata de menospreciarlos, se trata de despreciarlos. Se trata de ignorar la insoportable verborrea de esos tipos que parecen sacados de los periódicos de hace treinta años, como si alguien le hubiera dado al play de las fotografías en blanco y negro de aquella época y, otra vez, hubieran arrancado a hablar los monigotes congelados. Otra vez a recontar los delirios de una soberanía inventada, que nunca existió. Hablan de Euskal Herria como tierra ocupada aquellos que viven en una de las regiones más ricas de Europa, más mimadas de Europa, más privilegiadas de Europa. Tienen desde antiguo las industrias, las infraestructuras y la financiación de las que carecen las demás regiones de España, y aún así esos mequetrefes con metralleta siguen hablando de territorio ocupado, sojuzgado.
Tres asesinos con capucha blanca y boina negra irrumpen otra vez en todos los periódicos del mundo, y, aunque siempre han estado fuera de la realidad, ahora, con la que tenemos encima, con los problemas reales que tiene la Humanidad, sólo pueden provocar desdén y asco. Porque ellos estaban allí, tiesos como hachones de velatorios, leyendo el comunicado de siempre, con las expresiones de siempre, pero nadie les presta ya atención a sus palabras. Ni siquiera el presidente Zapatero, aquel que, hace cuatro años, en 2006, estuvo tan pendiente de la redacción del comunicado de «tregua permanente» que ayer volvieron a reiterar, les presta ya atención.
Dentro de unos días, el 30 de enero, se cumple un aniversario más del asesinato de Alberto y Ascen, asesinados en Sevilla. Sus asesinos están en la cárcel, en Albolote. Hasta allí debería llegarles el único comunicado que la sociedad, pacífica, paciente y constante en sus ganas de libertad, debe mandarle a esos fantoches: Púdrete.
Etiquetas: País Vasco, Sociedad, Terrorismo
1 Comments:
El invierno está siendo lluvioso. ETA ha sacado un comunicado. Esta tarde iré a pelarme.
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