Oda al caracol
Oh, caracol que has sido liberado por la mano autonómica. Caracol de la leyenda, caracol de la antigüedad, caracol de la historia, metáfora de poetas y símbolo de fábulas, cuentos y refranes. Oh caracol, víctima inocente de la depredación en salsa, que la mano del poder andaluz te ha depositado suavemente sobre la yerba fresca de la sierra de Gádor para que te bebas de golpe la libertad. Tú caracol, tantas veces menospreciado, tantas veces vilipendiado, eres ahora la envidia de la naturaleza. Y ahí estaban el otro día los titulares de prensa para que el mundo entero se sorprenda con tu historia. “La Junta de Andalucía libera veinte caracoles”. Y el consejero, feliz, con un caracol en la mano; y sus asesores, rampantes, emocionados, al ver cómo el caracol descendía hasta el matojo. Fue un paseo lento, una alfombra silenciosa de babas te acompañaba, la palma de la mano, la muñeca, los dedos y, al final, la libertad. Naciste en cautividad y ahora la Junta te da la libertad.
Oh caracol, espiral serena, buldozer diminuto, caracol de mitologías, superviviente de la naturaleza, ingenio hermafrodita, combinación armoniosa de casa y sexo, ejemplo de pragmatismo para esta Humanidad onanista, siempre enredada en tensiones sexuales. Tú que estás entre los primeros pobladores de la Tierra, tú que has sobrevido a las dinosaurios y a los mamuts, tú que has sorteado serpientes y pájaros, tú que has resistido a las tabernas y a los peroles de agua hirviendo, obtienes ahora la recompensa histórica de un plan con tu nombre, aprobado por la Junta de Andalucía, como un gesto de justicia histórica, sí de memoria histórica también. “Programa de Conservación y Uso Sostenible de los Caracoles Terrestres”. Alégrate, caracol, que ya eres libre y, además, sostenible. Todo un programa financiado con fondos europeos lleva tu nombre. Qué sentirán sino alborozo cuando en Alemania lleguen las noticias de tu liberación. Y en Holanda. O en Francia, qué mejor destino puede tener la solidaridad europea que un plan como el tuyo, que te hace libre y sostenible.
Oh caracol, cofre andante, escultura perpetua, tu modestia es ahora orgullo de raza, triunfo de especie, porque todo un gobierno y su parafernalia ha sabido tomar tu ejemplo, de abnegación, de constancia, para representarse a sí mismo. La lentitud deslizándose sobre un lecho de babas plateadas. Oh caracol, dorado laberinto, hoy nos miramos en todo aquello que representas, aquello por lo que has pasado a la historia, para que te conviertas en estandarte de lo que hemos logrado con este formidable estado de las autonomías. Caracoles liberados, caracoles sostenibles, caracoles con plan, caracoles en la mano de un consejero audaz. Oh cacarol, temblamos con el pálpito de tus antenas, para cantarte, para recitar como trovadores de los caminos, esta oda emocionada. Caracol, eres libre. Cuando te vea en la taza, será imposible contener las lágrimas. Y no será por la guindilla.
Etiquetas: Autonomías, Ecología, Junta de Andalucía
2 Comments:
Estimado Javier,
Soy un fiel seguidos de este blog desde hace tiempo. Este último artículo me ha animado, no obstante, a participar, ya que parece que el ajetreo de nuestro consejero con los caracoles por tierras almerienses le ha despistado de las obligaciones contraídas por su equipo con otros importantes ejemplos de nuestra fauna andaluza. Me explico:
Hace pocas semanas, el PSOE presentó una enmienda a los próximos presupuestos de la Junta de Andalucía por la que incrementaba en 550.000 euros la partida destinada a la Fundación Gypaetus para la ejecución del Programa Andaluz de Reintroducción del Quebrantahuesos de la Consejería de Medio Ambiente (http://www.pacoreyes.es/?p=1250)
Sorprendido por la cuantía de esta aportación pública "extra" (habida cuenta los tiempos que corren) a una entidad privada que, además, según lo aparecido en prensa estos días, parece que no atraviesa por su mejor momento, se me ocurrió revisar el Proyecto de Presupuestos para 2011 de la Junta de Andalucía (disponible en la web de la Consejería de Hacienda) para ver a cuánto ascendería, de aprobarse la enmienda, el montante total que recibiría el próximo año, esta Fundación, para muchos, otro ejemplo de “administración paralela andaluza” .
El resultado no pudo ser más sorprendente: aunque en la memoria técnica del proyecto sí hace referencia a este programa, en el pormenor del estado de gasto por consejerías para 2011 ¡no encontré ninguna partida destinada ni a la Fundación Gypaetus, ni a la reintroducción de este buitre en Andalucía!
Nótese que en los presupuestos de 2010 sí aparece expresamente: “Fundación Gypaetus. Programa de Reintroducción del Quebrantahuesos: 550.000 euros”.
Si esto efectivamente es así (y al margen de que a los ciudadanos nos pueda parecer mejor o peor que programas públicos de conservación los desarrollen entidades privadas)...
¿Cómo es posible que a nuestra Consejería se “haya olvidado” en sus presupuestos del que, junto al lince, y ahora parece que también los caracoles, constituye uno de sus programas estrella en conservación?
¿Existe alguna posibilidad de que el quebrantahuesos pueda quedarse sin financiación en 2011?
Pero, sobre todo, ¿Qué necesidad hay de mentir a la opinión pública vendiendo la corrección de un error como si fuera una nueva apuesta ambiental de la Junta?
Una vez más, como andaluz y como contribuyente, estoy indignado.
Un saludo.
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