El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

11 diciembre 2010

Tiempo sin nombre




Quizá hemos vuelto al tiempo aquel en el que los hombres tenían la obligación de ponerle nombre a las cosas porque todo era nuevo, virginal, y las gentes se quedaban horas mirando fijamente los grandes árboles, las piedras de caliza o de albero, las hileras de hormigas negras y los peces dorados del lago porque nunca antes habían visto nada igual. O como cuando Macondo se vio asolado por una terrible peste, la enfermedad del insomnio, que venía de la ciénaga y que dejó a todos los habitantes del pueblo sin recuerdos del pasado ni memoria siquiera del instante que acababan de vivir. Tuvo José Arcadio Buendía que coger un hisopo empapado en tinta y marcar cada cosa con su nombre: mesa, silla, reloj, puerta, cacerola. Y también cada animal: vaca, chivo, gallina, cerdo. Y luego, cada función: “Esta es la vaca y hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y a la leche hay que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche”. Hasta la entrada misma del pueblo se fue José Arcadio para combatir el virus de la desmemoria colectiva y colocó un gran cartel que decía ‘Macondo’ y otro más grande en la calle central que decía ‘Dios existe’.

Quizá estamos en ese tiempo de nadie, transición de siglos y milenio, en el que es necesario comenzar a redefinir las cosas porque parece que ninguno de los esquemas por los que nos guiábamos son útiles ya para darle alguna explicación a las cosas que nos pasan. Primero fue el terrorismo internacional, el terrorismo del fundamentalismo islámico, el que desbarató todos los manuales de guerra, todas las tensiones del pasado quedaron antiguas y las alianzas internacionales se marchitaron sin remedio. La guerra fría se congeló y la amenaza del fascismo-comunismo se enterró con el siglo XX. Crisis de las ideologías. Se desplomaron los servicios de inteligencia y las sociedades se sumieron en el desconcierto del multiculturalismo. Luego vino la crisis económica, y los sistemas financieros de todo el mundo iban cayendo como fichas de dominó sin explicarse cómo era posible que el estallido de la bolsa hipotecaria de Estados Unidos arrastrase en cadena a todas las economías del mundo. Estos días acaba de llegar, con Wikileaks, la última irrupción social que se suma al desconcierto de todo aquello que surge y nos sorprende porque tampoco obedece a las normas del pasado. No se trata, desde luego, de las revelaciones que se han conocido de la diplomacia de Estados Unidos en sus relaciones con los demás países porque nada de eso es nuevo o sorprendente; todo era ya conocido o imaginado. No, lo nuevo de Wikileaks es que parece completar el puzle de la ‘Aldea Global’ que, de forma profética, anticipó McLuhan hace cincuenta años sin conocer que llegaría el fundamentalismo islámico, la avalancha de los mercados, la crisis de las ideologías, los hackers e internet.

Terrorismo internacional, crisis económica internacional, vacío de las ideologías, y un simple hacker australiano que es capaz de difundir por todo el mundo, sin necesidad de poseer ningún imperio de medios de comunicación, cientos de miles de documentos secretos. Vamos a tener que hacer como en Macondo, colocar en la entrada de las ciudades carteles grandes para recordar lo elemental que habíamos aprendido: Libertad, Igualdad, Justicia, Cultura, Democracia, Educación, Respeto, Tolerancia… Y luego, cada función, como con la vaca: “Esta es la Libertad, y debemos ordeñarla todas las mañanas para poder tomarnos tranquilos un café con leche sin sentirnos amenazados”.


Ilustración: http://www.couleurs-caraibes.fr/blog/index.php?2008/10

Etiquetas: , , , ,

1 Comments:

At 11 diciembre, 2010 19:24, Blogger José Antonio del Pozo said...

Yo creo, sr Caraballo, con todos los respetos, que mejor hoy mirar hacia Vargas Llosa: ¿Quién mató a Palomino Moreno? , es decir, ¿Quien mató a Laura Palmer?, o sea, ¿Quién mató a Marta del Castillo? Y en mi blog (el blog de jose antonio del pozo) yo aporto una idea para descubrir al menos su cuerpo y que su familia pueda un poco descansar. Saludos y gracias.

 

Publicar un comentario

<< Home