El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

23 noviembre 2010

¿Rosa o pepino?



A veces, muchas veces, conviene dejarse llevar por la lógica simplona y aplastante que Juan de Mairena le enseñaba a sus alumnos. Por ejemplo: una rosa no puede ser, a la vez, un pepino. La rosa tiene esencia de rosa, como el pepino tiene esencia de pepino, y ninguno de los dos puede ser, a la vez, esencia de lo contrario, ni sustancial ni metafísicamente. Ni siquiera metafóricamente. O es rosa o es pepino, porque nada puede ser lo contrario de lo que es.

Antes de ir más allá, conviene aclarar al principio que esta determinación, o rosa o pepino, o blanco o negro, no siempre es conveniente ni aplicable. De hecho, uno de los males más extendidos de la realidad española es la tendencia persistente para convertir cualquier debate en una opción de bloques, de bandos, con sus correspondientes consignas y discursos prefabricados, con lo que es imposible el matiz, la opinión intermedia, la moderación. Debemos huir de esas banderías incapaces de detenerse en la reflexión, incapaces de acomodarse en el sentido común, como tenemos que espantarnos de aquellos que siempre buscan la equidistancia para no mojarse jamás. Y, sobre todo, debemos descubrir a los que simulan ser lo contrario de lo que, en realidad, son. Por ejemplo: Hace unos días, el Partido Popular presentó en Sevilla a su candidato para las elecciones municipales en Marinaleda. Unos días antes también lo hizo el PSOE. Hasta ahí, todo normal. La sorpresa llega cuando se comprueba que ninguno de los dos candidatos vive en Marinaleda; los dos son de un pueblo cercano, de Estepa. ¿Por qué? Sencillamente porque nadie del pueblo se atreve a presentarse en la lista de un partido distinto al del alcalde eterno, Juan Manuel Sánchez Gordillo. El candidato del PP, Rafael Salas, un político sensato y trabajador, es senador y, durante muchos años, fue diputado en el Parlamento andaluz. El candidato del PSOE, Mariano Pradas, ya tiene más experiencia: ha sido concejal en los últimos cuatro años y ha aguantado el tipo a pesar de que le han apedreado alguna vez el coche y de que otras veces ha tenido que salir del pueblo escoltado por la Guardia Civil.

Sólo existe un precedente en España que se iguale al de Marinaleda: los pueblos del País Vasco dominados por ETA en los que nadie se atreve a presentarse en una lista distinta a las de Batasuna. Candidatos de toda España se presentan para cubrir el hueco que deja el miedo, el terror. ¿Por qué se permite en Andalucía que en Marinaleda no haya libertad? ¿Por qué la Junta sigue sosteniendo con subvenciones el régimen autoritario, endiosado, de Sánchez Gordillo? Marinaleda, sólo un tres por ciento de la población tiene estudios superiores; Marinaleda, nadie debe haber en el pueblo al que no le llegue el sustento familiar de algún subsidio, alguna subvención; Marinaleda, sólo ha tenido un alcalde en treinta años. O rosa o pepino. Sánchez Gordillo lleva ya demasiados años vendiéndonos pepinos como si fueran rosas.

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2 Comments:

At 18 febrero, 2011 18:02, Blogger Cincinato said...

En la cabeza de todo socialista está incrustada la idea de que el nuevo socialismo es mejor que el anterior; es decir, que es superior a aquel que fracasó en el siglo XX llevándose por delante a millones de seres humanos y dejando a sociedades enteras hundidas en la miseria y la corrupción.

Y yo me pregunto: ¿Si los repetidos intentos del pasado siempre han resultado fracasados con desastrosas consecuencias, cómo será entonces el socialismo definitivo y universal? Mejor no probarlo. Sin embargo, los liberticidas amantes de esa maldita ideología totalitaria deben saber que siempre tendrán la posibilidad de experimentar su casposa y retrógrada concepción de la sociedad siendo ellos mismos los ratones de laboratorio. Para ello deberían fundar comunas aisladas y renunciar, según sus consignas, a las comodidades de su denostado capitalismo. Incluso habría mucha gente como yo que estaría dispuesta a financiar el proyecto con parte de mi humilde nómina si nos garantizaran que del paraíso socialista no van a salir huyendo para luego, otra vez, seguir tocándonos los cojones con otro nuevo socialismo que, según ellos, es mejor que el que fracasó en su experiencia comunal; pero que, sin duda, volverá irremediablemente a intoxicar la convivencia armoniosa, libre y pacífica entre los hombres y mujeres de buena voluntad.

Repito, deberían fundar colonias socialistas imitando a esas otras de carácter religioso integradas por cuáqueros o menonitas. Si es en la luna, mejor. Los socialistas sois libres de hacerlo pero no nos arrastréis en vuestro delirio. ¡A ver que tal os va! y, de paso, utilizad sólo burros para desplazaros que son menos contaminantes y ayudáis a cumplir el protocolo de Kyoto contra el pseudocalentamiento global de la tierra. Pero repito, no nos metáis a todos allí a la fuerza. En eso consiste la Libertad y el respeto al prójimo, palabras que el socialismo ignora.

Para vuestra referencia, en España existe un pueblo llamado Marinaleda (Andalucía) donde creen haber instaurado el socialismo real y han sido libres de, al menos, intentarlo.

Es gracioso observar en este pueblo andaluz como la mayoría de sus habitantes pregonan al unísono la utopía socialista pero utilizan coches capitalistas, usan bragas y calzoncillos capitalistas; follan con condones capitalistas; luego se lo cuentan a sus camaradas y camarados a través de teléfonos móviles capitalistas; emiten sus consignas marxistas a través de una televisión municipal con equipos de video y sonido capitalistas, televisión que ha emitido películas porno capitalistas para así retener a la audiencia entre consigna y consigna. ¡Ya podrían ser autosuficientes ellos mismos produciendo sus propias películas XX!. Pero no, ni siquiera eso saben hacer. Mejor acudir al mercado capitalista. Nada es “Made in Cuba” o “Made in Corea del Norte” a excepción de la mala leche revolucionaria.

 
At 18 febrero, 2011 18:02, Blogger Cincinato said...

Si dependieran de ellos mismos se morían de asco. Pero ahí está su odiada economía de mercado globalizada para salvarles el culo permitiéndoles seguir viviendo dignamente. Economía de mercado que los hipócritas ocultan con disimulo detrás de la hoz y el martillo para que su comparsa de fieles aborregados no se percaten del engaño.

Lo más descarado es que continuamente exigen amenazantes que los parásitos gobernantes de la Junta de Andalucía les subvencionen todo, y estos, como buenos progres socialistas acceden al chantaje pero con la pasta de otro. Dicho de otro modo, los gilipollas de los contribuyentes españoles financian involuntariamente sus sueños utópicos marxistas. Todo es “socialistamente” cojonudo.

No ocultan su desfachatez. La fórmula mágica para que las arcas del Ayuntamiento no estén llenas de números rojos según declaró una vez, con “toa la jeta del mundo”, el regidor de estos chupópteros de Marinaleda, es pasarse todo el día peleando con la Diputación de Sevilla y la Junta de Andalucía en busca de ayudas económicas y si no, a cortar carreteras y vías ferroviarias como buenos pseudoproletarios de puño cerrado aunque otros ciudadanos honrados y realmente trabajadores, que no tienen tanta cara, se tengan que joder y aguantar.

Sólo los necios o malvados pueden seguir siendo marxistas tras comprobar los desastres de la aplicación real del socialismo. Ideología cuya puesta en práctica ha facilitado la mayor experiencia de miseria y terror que ha conocido hasta ahora el ser humano. En eso consiste la materialización de la utopía socialista y algunos están empeñados en aplicarla una y otra vez a pesar de los fracasos. ¡Que cansinos son!

www.lodicecincinato.tk

 

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