El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

30 mayo 2010

Los carromatos



Al presidente Zapatero sólo le falta copiar en los mítines a Carlos Herrera para que su última maniobra política sea más efectiva entre los electores: “¡A los carromatos, que vienen los ricos!” En vez de la melodía de Vangelis, que acompaña las emociones socialistas desde la marea de ilusiones de cambio del 82 (“nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”), los mítines de Zapatero se tendrían que acompañar de la banda sonora de El Virginiano y, con el copyright de Herrera, que el presidente arengue a los suyos, nos arengue a todos, con esa adrenalina tan básica de su abecedario ideológico: “¡A los carromatos, que vienen los ricos! “¡Vaaamos, vaaamos, que les vamos a subir los impuestos a los capitalistaaaas! ¡A los caromatos, que viene la derechaaaa!”

Era de suponer que después del recorte de derechos sociales más abrupto que se ha dado en treinta años, el siguiente paso sería éste de recurrir a la más elemental de las demagogias para barnizar de izquierda el decretazo múltiple que ha dejado las pensiones congeladas y a los funcionarios ante la primera bajada de salario de la historia. Para compensar, se lanza esta cruzada contra ‘el club de los ricos’, que se anuncia formalmente en el Congreso pero de la que no se tiene la menor idea de a quién afectará ni cómo le afectará. Si tomamos el concepto millonario en sentido literal, es decir rico es aquel que disponga de un patrimonio de más de un millón de euros, el ‘club de los ricos’ en España sólo estaría formado por 88.000 mil personas. ¿Es eso lo que se pretende, recuperar un impuesto sobre el patrimonio o se trata de subir el IRPF a las rentas más altas? Porque si es esto segundo, entonces el concepto de rico es otro, es un concepto político y afectaría a todas aquellas personas que tengan ingresos superiores a 96.000 euros, con lo que ‘el club de los ricos’ estaría compuesto por casi trescientas mil personas.

Sostienen los propios técnicos de Hacienda que si lo que se pretende es recaudar más dinero, lo más efectivo sería luchar contra la economía sumergida que en España supera ya el 25 por ciento del Producto Interior Bruto (mucho más en el caso de regiones como Andalucía, como habrá que suponer para explicar el 30 por ciento de paro y la ausencia de conflictividad social). Pero una política así requiere tiempo, rigor y eficacia y, además, no contiene la adrenalina ideológica que se busca para agitar el patio. Con lo cual, tijeretazo social y recortes a los más débiles del sector público y mucha propaganda contra el ‘club de los ricos’. Ayer, el Congreso de los diputados aprobó los recortes y, para no perder ni un minuto, hoy mismo los va ratificar el Gobierno andaluz, porque esta vez no habrá complementos extraordinarios a los pensionistas a cargo de la Junta de Andalucía ni cartas buzoneadas en todos los domicilios contra el ‘pensionazo’ de Zapatero. No, la aspiración es que a partir de hoy ya no se hable más del recorte social. Ahora, la prioridad es la batalla etérea contra ‘el club de los ricos’. Y en todas las entrevistas, en todas las tribunas y en todos los mítines, muchos especuladores financieros, muchos ricos y muchos curas, en cuanto Cajasur se cruce en el camino. “¡A los carromatos, que vienen los ricos!” Herrera, atento al copyright.

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