El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

16 diciembre 2008

San Quirico



San Quirico, la ciudad creada por el profesor Leopoldo Abadía para explicar el origen de la crisis financiera, se ha hecho tan famosa en pocos meses que ya la contemplo como el primer pueblo virtual de la globalización. San Quirico es, ya saben, la ciudad de cualquier parte del mundo, la suya o la mía, con una caja de ahorros o una oficina bancaria en la que, al entrar, saludamos amistosamente a la cajera y al director, conocidos de toda la vida. La normalidad de siempre se rompe una mañana cuando, todos a la vez, los empleados y los clientes, descubren que los ingresos de esa apacible sucursal, tus ahorros, mis ahorros, se han evaporado. Se han perdido en un agujero negro, los paquetes financieros de hipotecas basura de Estados Unidos adquiridos por la central de tu apacible oficina en el mercado de los negocios interbancarios.

Pero, además de la sencillez y el toque de humor con el que lo cuenta Abadía, San Quirico se ha difundido con tanta rapidez por todo el mundo porque, en el fondo, es un consuelo pensar que el desastre no es culpa nuestra. Desde un punto de vista sociológico, este debe ser un sentimiento bastante extendido. Especialmente en países como el nuestro, tan dado al agravio y tan predispuesto a la causa antiamericana. O sea que el presidente Zapatero, del que dicen que su principal virtud es que sabe ponerle oído a la calle y fabricar recetas políticas que la complazcan, lo ha tenido fácil: todo lo que nos pasa es culpa de EEUU.

Lo malo es que, por mucho que se empeñe el Gobierno, por mucho que nos consolemos con la culpa ajena, no es verdad que la crisis española se deba exclusivamente a la crisis financiera internacional. Si San Quirico es un pueblo andaluz, por ejemplo, es probable que las oficinas de las cajas y de los bancos se hayan visto afectadas por la hipotecas basura de los Estados Unidos, pero lo que sobre todo les preocupa es que en el pueblo hay varias promociones de viviendas con hipotecas en el aire; que la plaza principal se llena a diario de jóvenes treintañeros que trabajaban en la construcción; que en el polígono industrial han comenzado a despedir a trabajadores porque muchas de las empresas (carpinterías, ferrallerías, polveros, aislamientos de poliuretano…) ya no tienen la demanda de hace un año; que en los comercios han adelantado las rebajas y ni aún así logran vender como otras navidades...

Aquí, en San Quirico, su pueblo y el mío, una crisis financiera de Estados Unidos nos acaba afectando, claro, pero lo que nos está hundiendo es lo que ha ocurrido con la construcción y la imposibilidad de reemplazar la pujanza de ese sector con cualquier otro. Lo demás, lo de cargar con la culpa a otro, es un consuelo que sirve de engañabobos a políticos mediocres para tapar la quiebra del modelo económico español. Hasta en eso, en la engañifa, en Argentina lo dicen mejor. Atiendan a la frase de Cristina Fernández de Kirchner para explicar la crisis de Argentina: «De repente apareció el mundo y nos complicó la vida». Memorable.

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