Chantaje
“Sí, sí, he sentido miedo, pero es verdad que no se lo he contado a nadie. Bueno, a nadie que pudiera hacerlo público, ni a mis colegas del hospital, ni a los amigos... Lo conocen muy pocos, una jueza de la capital y ahora vosotros, pero ya te digo que no quiero ni nombres ni detalles, que sólo quiero que sepáis cómo están las cosas en Andalucía. Mejor dicho, quiere tengáis un detalle más de cómo se las gastan en algunos departamentos de la Junta de Andalucía porque leo el periódico y ya me doy cuenta de que no soy el único; esa mujer de la Diputación de Granada, por ejemplo, que ha sido sometida a una presión de “terror laboral” para que colocara a militantes del PSOE… En fin, lo mío quizá se le parezca algo. Verás, trabajo en el Hospital desde hace muchos años y mi relación con el PSOE fue muy cercana hasta hace unos años, sobre todo en los primeros años de la autonomía, cuando colaboré Pablo Recio. Pero aquello pasó y la realidad de la sanidad andaluza en este momento es la que se describe en muchos periódicos, hay muchas cosas que funcionan bien pero en otras es existe un caos enorme. Y en vez de solucionarlas, se intenta hacer pasar a los profesionales por un aro impresentable de autoengaño. Con la salud de la gente, o sea, no se juega ni se hace política, y mucho menos propaganda y demagogia. Algunos se callan, no quieren problemas, pero yo cada vez que he tenido la oportunidad, lo he denunciado. Así ha sido hasta que, hace unos meses, me hicieron llegar una advertencia clara de los de arriba para que dejara de dar la lata. Que me callara de una puta vez…”
“Como es lógico, por el mismo cauce que me llegó la ‘sugerencia’ les hice saber que conmigo habían dado en hueso. Hasta ahí normal, lo extraordinario es que, al poco, me vienen otra vez y me dicen que yo vería dónde me metía, pero que cualquiera de estos días me podían meter en la consulta a una niña gitana y que, cuando estuviera reconociéndola, empezaría a gritar como si la estuviera violando y que sus padres, en la puerta, entrarían de golpe y me llevarían directo al juzgado por abusar de una menor. ¿Te acojonas? Ya, ya, lo comprendo, yo también me atraganté porque nunca te imaginas hasta dónde pueden llegar ni qué están dispuestos a hacer. Y a mí me lo pusieron muy claro. Mi suerte es que supe reaccionar, no me bloqueé, y, en cuanto me lo dijeron, me fui a ver a una juez amiga a pedirle consejo. Le pregunté si le parecía oportuno poner el asunto en conocimiento de un notario, por si ocurría, que yo tuviera alguna defensa. Se quedó tan impresionada la juez que me dijo que, después de lo que me había pasado, no iba a permitir que me gastara dinero en notarías, que ella misma se prestaba a testificar a mi favor, y a dar fe de lo que le estaba contando en el caso de que ocurriera algo… Ha pasado el tiempo y me han contado que el directivo del que procedía la amenaza lo han trasladado. En fin, no he sabido nada más. Quizá se trataba sólo de eso, que descubriera la cabeza del caballo bajo las sábanas”.
Etiquetas: Junta de Andalucía, Sociedad
2 Comments:
Berta da fe de que lo que se cuenta en este artículo es verdad. Lo escribo porque razonablemente a alguien fuera de Andalucía le puede parecer exagerado.
¿Como de cerca estamos del stalinismo?, o del nazismo, me da igual.
Todos los días por los pasillos de los hospitales andaluces, caminan ¿enfermos/as?, la mayoría Sí.
Pero hay otros/as que se dedican, por los pasillos, a desprestigiar a los/as de Batas Blancas.
¿Quiénes son, quiénes los mandan?... a que van a ser sindicalistas liberados que cobran de todos/as y que nunca han TRABAJADO, pero les pagamos todos/as.
Publicar un comentario
<< Home