Sustratos
En pocas ciudades de España se roba tanto y tan bien como en Sevilla. Tiene la capital andaluza, en su abanico de suspiros y repulsas, una antigua fama de ciudad de pícaros y ladronzuelos que no ha variado desde Cervantes. El patio del Monipodio y el despacho de Juan Guerra. Los muros platerescos de su Consistorio. La picaresca, de tantos siglos como han pasado, se ha convertido en sustrato y hasta los arqueólogos se toparán con sus huellas cuando excaven en una iglesia, un mercado o una casa de citas. La picaresca es aquí otra cosa, y de eso se percató Cervantes; aquí es piadosa cofradía.
–¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón?
– Sí, para servir a Dios y a las buenas gentes, aunque no de los muy cursados; que todavía estoy en el año del noviciado.
Los aires del Arenal y de la calle Sierpes, el incienso de hojana de la cofradía de Monipodio se respiraba el otro día, cuando el juicio de las facturas falsas. Porque los tipos que se sientan en el banquillo son de esa otra cofradía que sirve a los intereses de un partido, el Partido Socialista, y hasta estaban dispuestos, a cambio de que el juicio no se celebrase, a pagar, con el correspondiente interés, el importe total de las facturas falsas que le cobraron al Ayuntamiento de Sevilla. Lo cual, que a la misma pregunta, los tres acusados contestarían igual que en la novela de Cervantes.
– ¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón?
– Sí, para servir al PSOE y a las buenas gentes de Sevilla.
«Profesionales de la difamación y la mentira». ¿Cuántas veces lo habrán repetido los dirigentes del PSOE tras cada noticia, tras cada denuncia, tras cada revelación sobre las facturas falsas? Y ahora que los acusados lo que buscan es pactar un final sin juicio, ahora, dirán que lo ocurrido en Sevilla era cosa de tres, que actuaban por su cuenta, tres aprovechados de la buena fe del concejal, del alcalde, del partido …
En fin, a partir de la disposición de los procesados a devolver el dinero de las facturas falsas, ya no hace falta la celebración del juicio para sacar conclusiones políticas y, como en el lenguaje procesal, elevarlas a definitivas. La trama de las facturas falsas del Ayuntamiento de Sevilla es el último episodio conocido de la financiación ilegal del PSOE de Andalucía, tan persistente como los treinta años de historia de este partido. Habrá quien se excuse y, como en tiempos de Filesa, diga que cobrar comisiones para el partido no es robar. Pero tampoco esto tiene menos de cinco siglos. Ya ven.
– Cosa nueva es para mí que haya ladrones en el mundo para servir a Dios y a la buena gente.
– Señor, (…) Monipodio (…) tiene ordenado que de lo que hurtáremos demos alguna cosa o limosna para el aceite de la lámpara de una imagen muy devota que está en esta ciudad. (…)
– Y ¿con sólo eso que hacen, dicen esos señores -dijo Cortadillo- que su vida es santa y buena?
– Pues ¿qué tiene de malo? ¿No es peor ser hereje o renegado, o matar a su padre y madre?
Etiquetas: Corrupción, Política, PSOE, Sevilla
1 Comments:
Javier no sé en que "sustrato" está la afirmación que leí ayer en El Mundo:
"A medida que se acerca el tramo final de la campaña, crece cada día la opinión de que sólo un cataclismo (un atentado, una bomba... o la captura de Bin Laden!) podría cambiar la tendencia de la intención de voto".
Autor: Juan Fernando López Aguilar, diputado socialista y ex ministro.
Debo aclarar que se refería a las elecciones en USA, y no a las españolas de Marzo de 2004.
Como te decía: En que sustrato de los socialistas está el que unas eleccciones se pueden cambiar con una bomba o un atentado?.
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