Mismidad

Con la letanía pastelosa de la sostenibilidad y las puestas en valor, llega pues el presupuesto número dieciocho que se aprueba en Andalucía bajo la presidencia de Chaves. Esta vez, casi treinta y cuatro mil millones de euros. ¿Cuantos billones de pesetas ha empleado Chaves desde que llegó a la Junta y cuán ha sido el resultado? Dirán, como suelen, que Andalucía ha cambiado mucho en esos años. Pues claro, en veinte ha cambiado Andalucía y hasta Vietnam, como replicó un día Pacheco. Pero la cuestión es dividir en la mejoría experimentada en los servicios debidos a la Junta de Andalucía (colegios, hospitales, carreteras, juzgados...) y dividirlo por la billonada impresionante de la que se ha dispuesto.
La mismidad, en fin, además de un concepto filosófico, debería estudiarse como una estrategia política, o como una deriva de régimen. Sería como teorizar sobre los triunfos electoral a cambio de mantener al personal expectante, con la zanahoria de las promesas que se eternizan y la sensación placentera de la propaganda.
La mismidad como la cobertura aparente de la falta de proyecto, que es lo que le ocurre a Chaves, que no se le conoce la inspiración de estadista. Le pasa como a Serrat, cuando se quedó sin musas y miraba al cielo y soló veía desconches. «Hoy las musas han pasao de mí/ andarán de vacaciones». Las musas de Chaves quizá se le quedaron pilladas en su época de dirigente sindical, cuando tenía fama de negociador tenaz, culo de hierro. O en el Ministerio de Trabajo, igual las musas dimitieron entonces, cuando se le desbocó el paro en el Gobierno que había prometido ochocientos mil puestos de trabajo. Chaves como Dyango.
Coda desolada: «En conclusión: estas colonias no cuestan dinero, son más fieles y ocasionan menos perjuicios, y los ofendidos no pueden ocasionar daño alguno al quedar, como ya hemos dicho, pobres y dispersos». (‘De los principados mixtos’. El Príncipe. Nicolás Maquiavelo)
Etiquetas: Crisis, Junta de Andalucía
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