El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

15 junio 2008

El pero


La situación política de Andalucía es tan peculiar que, en medio de la canícula económica, el presidente Chaves fue el otro día al Parlamento para tranquilizar a la gente con “un paquete de medidas para acabar con el pero”. Una más del hombre que inventó un deporte, “el espí alquino”; que incorporó a la estadística un decimal indefinido, “el tres coma por ciento”; que renovó el vetusto refranero español el día que le salió “el tiro por la cuneta”; y que revolucionó los transportes públicos anunciando un tren que conectará Cádiz y Madrid “en tres minutos once”. Ahora ni Trichet ni Bernanke ni Carlos Marx que resucitara, abran paso que Chaves quiere “acabar con el pero”. El pero y la pera, para ser correctos con el lenguaje que le gusta al presidente. El pero es el paro y la pera es Chaves.

De todo esto se puede hablar ya con normalidad, sin temor de que el baranda socialista se ofenda, porque él mismo se refirió en el Parlamento con orgullo a su emblemática torpeza. Ocurrió cuando, en una de esas intervenciones de Chaves en las que lo difícil es no soltar una carcajada que retumbe en la bóveda de aquella antigua iglesia hoy convertida en Parlamento andaluz, el presidente confundió a Diego Valderas, de Izquierda Unida, con Javier Arenas, del Partido Popular. “Me confunde usted con Arenas. No sé si lo hace por estrategia parlamentaria, pero yo nunca lo voy a llamar Arenas en esta Cámara”, replicó Valderas, ofendido, pensando que el presidente lo hacía para minar su moral, para desconcertarlo. Juego sucio. Pero no. Cuando tomó de nuevo el micrófono, Chaves le explicó que no lo hacía como estrategia, sino por equivocación. “Son mis famosos lapsus de los que no me avergüenzo”, aclaró Chaves. En fin, que cada cual es libre de sentirse orgulloso de lo que quiera. Como en ese refrán tan abrupto, tan castizo, tan español, dejemos que cada perro se lama su cipote.

Lo importante, en cualquier caso, es que una vez que Chaves nos ha desvelado que no se avergüenza de sus famosos lapsus, podemos abrir una reflexión sobre las características políticas de este hombre que ha jubilado a casi todos los de su generación a pesar de ser, objetivamente, el más limitado. Chaves no tiene carisma, no es un líder populista, no sabe hablar en público, ni siquiera tiene una idea de Andalucía y, sin embargo, es quien más elecciones ha ganado. Gobierna con mayoría absoluta una comunidad que sigue en la cola de todo y hasta se permite colocar a su parentela sin que le cueste nada, sin que nadie le rechiste siquiera. Para que te enteres, Alfonso Guerra.

Desde Cicerón, la oratoria se ha considerado un arte que nace ligado a la política; es el arte de hablar con elocuencia, la capacidad de los líderes para convencer a los demás por medio de la palabra. Chaves es a la política lo contrario, el envés del arte. El poder, sí, el poder desnudo de oratoria. El poder como valor absoluto, el poder como único objetivo. El poder trabucado. El poder del pero.

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3 Comments:

At 16 junio, 2008 07:36, Blogger Panduro said...

En fin... Y del paquete de medidas ¿algo que comentar, o más de lo mismo?

(¿Qué cogno está haciendo Chaves en la foto, rapeando?)

 
At 16 junio, 2008 11:37, Blogger Pablo Rodríguez Burón said...

Encantado de leer tu blog (me ha gustado la foto con la pipa).
Un saludo!

 
At 17 junio, 2008 00:37, Blogger Pasión said...

Andalucía es un pueblo Antiguo y Noble.

Pero ahora estamos sometidos al clientelismo y a la falta de Oposición de Energías Ilusionantes.

Un caciquismo, señoritismo clientelar, que no han vencido los miedos a perder sus status, su paga y acomodo, si no vota a los que mandan.

La curiosa rutina de la Junta, curiosa anomalía democrática.

 

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