El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

15 enero 2008

Mentiras


Entre las tolerancias equivocadas, perniciosas y enquistadas de la sociedad española se encuentra la mentira. Se le concede tan poca gravedad, que hasta se valora el refinamiento del mentiroso como una virtud. Sinónimo de astucia. Se justifica, se valora y, finalmente, se asume como una excelencia. Podríamos abrir un debate interesante al respecto sobre si la consideración de la mentira nos viene de herencia romana o por tradición árabe, pero parece claro que en los países anglosajones la percepción de la mentira es distinta. Y allí, como socialmente a la mentira no se le concede ningún plus de ingenio, como no se le otorga ningún justificante de inteligencia añadida, cuando se descubre a un político mentiroso no existe debate: Se desprestigia. Aquí, ya ven, no sólo no ocurre sino que, cuando pasa, el debate se resuelve de un plumazo con un lapidario callejero: «Todos mienten». Y en paz.

De todas formas, que éste sea el paisaje, no presupone que se tenga que aceptar que la mentira se incluya entre los derechos constitucionales de los españoles, mucho menos de la clase política. Más bien al contrario, es necesario declararle la guerra abiertamente a la mentira y repetir, hasta la saciedad, que un mentiroso no puede permanecer en responsabilidades públicas. Porque una cosa es el error, la equivocación o la torpeza, y otra muy distinta es la mentira, deliberada, consciente. Esos son los límites, el respeto de las reglas del juego de una democracia. Lo expuso bien Julián Marías hace años, apuntando a la política: «El único remedio conocido para esta lacra, que perturba y corrompe una parte considerable de la vida pública, muy especialmente de la política, es detectar, reconocer, retener la mentira allí donde aparezca. La mentira deliberada y comprobable no puede aceptarse, porque vicia toda la discusión, pervierte el uso legítimo, absolutamente necesario, de la palabra».

En esta historia del espionaje, como quizá habrán observado, existen dos versiones bien distintas. Lo que publicó EL MUNDO ha sido después ratificado por sus protagonistas, se respaldó desde el principio en pruebas documentales y, finalmente, lo ha ratificado la Justicia en una sentencia. Pero, ¿y la otra versión? ¿Qué pruebas ha aportado hasta ahora el presidente Chaves de que todo lo ocurrido es «un montaje mafioso», en el que incluye a este periódico? Ninguna. Por eso ha perdido el juicio. Porque su mentira es comprobable.

Cuanto un dirigente miente y persiste en el engaño, la desolación es un sentimiento de proximidad porque las mentiras del poder, difundidas y reiteradas con fuerza imparable, provocan impotencia y miedo. Una vez superados esos sentimientos, ya sólo queda la duda de por qué. ¿Por qué, tantos años después, Chaves sigue empeñado en lo que él mismo sabe que es mentira? Que no inventamos nada, que no falseamos nada. ¿Por qué? Vayamos a Juan de Mairena: «Se encargan de mantener en el mundo el culto de todas las mentiras porque piensan que, fuera de ellas, no podrían vivir».

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2 Comments:

At 15 enero, 2008 20:08, Anonymous Anónimo said...

Lo de Chaves contra El Mundo y otros, tiene varias lecturas posibles. Está la que se ha escrito tantas veces: acabar con el actual discurso de ese periodico y que sirva de escarmiento al resto si es que alguien lo intenta.

Pero hay otras lecturas posibles:

En el audio video se habla de una sociedad de subasteros, de la que nunca se ha vuelto a saber nada y que se sepa nadie, ni persona ni institucion ha investigado nada.

Esta la vertiente politica, en la que en pleno periodo electoral Rodriguez Zapatero, sacando pecho en la defensa de las libertades y cualquiera, de cualquier partido le va a recordar el comportamiento de Chaves, presidente del PSOE y de la Junta de Andalucia.

Está el propio comportamiento de Chaves en este asunto judicial. Hay que recordar que ya recibio un primer no por parte del Ministerio Fiscal, al no asumir "la proteccion a su honor", que el presunto ofendido le pedia; pero es que ahora ha recibido un segundo NO rotundo por parte de un organo judicial unipersonal, en una sentencia tan rotunda como ejemplarizante. El "ofendido" ha recurrido, - esta en su derecho- y es cierto que administrar justicia es tarea harto compleja, pero no quedaria mal, si ademas de no darle la razon, le condenaran al pago de las costas por temeridad procesal.

Por último y por poner un simil historico, el ejercito aleman, fue invicto batalla tras batalla, hasta que él sólito, se metio en el agujero de Stalingrado. Todos sabemos el final de la historia.

A ver si resulta, que de tanto empecinamiento, este asunto contra El Mundo se convierte en el Stalingrado del Sr. Chaves.

 
At 16 enero, 2008 16:25, Anonymous Anónimo said...

Hola:
navegando por la red he visto tu blog, me he parado para descansar y lo he explorado, me gusta mucho. Ahora continuo mi viaje. Cuando quieras ven a ver mi blog.
Ciao.

 

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