El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

03 enero 2008

Sotanas



Debe haber pocas estampas más patéticas que la de un cardenal, vestido de cardenal, en lo alto de una tarima, micro en mano, al final de una manifestación. Como Rouco Varela el domingo pasado. Hasta un sillón repujado, que parecía de un altar, y una alfombra roja le llevaron al cardenal, para colocárselo detrás del atril. Es tan incompatible la dignidad eclesiástica y la estética de las manifestaciones que cuando un obispo acude vestido de obispo a la cabecera de una manifestación, no tiene más remedio que acabar convertido en un ente extraño, chirriante, un postizo inadecuado. Una caricatura, una deformación.

Fuera de la caoba del coro, lejos de las piedras centenarias de las catedrales, alejados del incienso mitológico de una celebración, las mitras parecen siempre de carnaval. Y tendrían que ser, sobre todo, los propios jerarcas de la Iglesia los que cuidasen estos detalles porque no conviene frivolizar con estas cosas. Cualquier ceremonia de la Iglesia, cualquier celebración tiene la esencia de los protocolos eclesiásticos, posiblemente el mejor ritual ideado por el hombre. Lo mismo que jueces, fiscales y abogados saben que las formas en la Justicia, el ritual de las togas y las puñetas, son tan importantes como las leyes, los cardenales tendrían que aprender lo mismo. La apariencia forma parte de la esencia. Les suele ocurrir a quienes administran las cosas que no son de este mundo, como la Justicia y la Eternidad.

Ocurre, sin embargo, que aunque esos cardenales (no todos, por cierto, que algunos cardenales como el de Sevilla no se han manifestado) caigan en el ridículo de esas fotos, nada ni nadie puede impedirles que se manifiesten. Con sotanas, clériman o con un jersey de cuello vuelto al estilo de aquellos que utilizaba Marcelino Camacho... El derecho a manifestarse, el derecho a protestar, a decir lo que se piensa es lo primero que se aprende en una democracia. La primera lección. Y no aparece en ningún artículo de la Constitución que los curas no puedan manifestarse contra un Gobierno.

¿Quién es José Blanco o Manuel Chaves para, como ocurrió ayer, lanzarle una advertencia a los obispos? ¿Qué es eso de decir que, para opinar del Gobierno, hay que presentarse a las elecciones? ¿Qué esconde esa limitación de resonancias franquistas, de ‘la política para los políticos’? No, no, eso es lo que quisieran esos tipos, manejar la política a su antojo, como si jugaran al monopoly, en la mesa de camilla de partido.

Muchos en la Iglesia no comparten estas protestas rancias, el rosario de valores y principios, como bolitas de alcanfor, de cardenales como Rouco. Incluso cuando se comparte que existe la necesidad de una reflexión profunda sobre las consecuencias que tiene en la sociedad la degeneración progresiva de la familia, sencillamente porque ése ha sido el pilar sobre el que se ha sustentado la civilización que conocemos. Pero estos que casan a sus hijos en la catedral y luego mandan a callar a los obispos para buscar votos, que no nos hagan comulgar con sus gastadas ruedas de molino.

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5 Comments:

At 03 enero, 2008 20:37, Blogger Salvador said...

Obispos, Cardenales, Curas, laicos, que mas da. Opinar opina todo el mundo, mentir miente todo el mundo y medias verdades (mas peligrosas que las mentiras) las dice todo el mundo, en este caso Sus eminencias también. Para mi ese es el único hecho relevante de una "Convivencia de Familias Cristianas", en la que no se iba a hacer ninguna declaración institucional y acabo siendo un "meeting" como la copa de un pino. Opinar si, señalar con el dedo no, opinar si, culpabilizar al gobierno por garantizar derechos cívicos no, aunque choquen con los derechos "teologicos". No olvidemos, y ya va siendo hora, que las leyes son para todos y no solo de uso exclusivo de los cristianos y estas deben garantizar la igualdad de derechos al margen de las creencias. Resumiendo Aborto si y los cristianos, como yo, obraremos en consecuencia y acorde a nuestra fe.

 
At 03 enero, 2008 22:15, Blogger Lopera in the nest said...

Y que hace un tipo como yo que está en contra del aborto, y no es cristiano, que está a favor de la familia en la forma en que la define nuestro anfitrión, y no es cristiano. Que en la reunión de esta gente en Madrid le pareció muy bien desde la indiferencia, pero eso sí, me cabreó que el tal José Blanco saque su inculta artillería más pesada contra esta gente y a los de ETA los trate como los trata, o ¿me he perdido algún comentario tan duro como los que ha hecho contra los obispos cuando su "jefe" llamó "accidente" a la bomba de Barajas donde murieron dos seres humanos?.
Para mí que tienen que montar todo este "pollo" para ocultar el crecimiento del apro y de la inflación. O sea...

 
At 04 enero, 2008 00:29, Anonymous Anónimo said...

"Debe haber pocas estampas más patéticas que la de un cardenal, vestido de cardenal, en lo alto de una tarima, micro en mano, al final de una manifestación."

Pues las hay, fíjese: la de un periodista, redactor jefe de periódico de gran tirada para más inri, intentando jugar a dos bandas e intentando juzgar lo que desconoce. Caricatura de la investigación que pretende abanderar el medio que le paga, carnaval de la información, frívola ceremonia de la opinión, las formas perdidas de saber de lo que se habla, de conocer, de interpretar con mediana decencia... Debe de haber pocas, pero las hay: su patética intervención, sin ir más lejos.

 
At 10 enero, 2008 18:22, Anonymous Anónimo said...

Resumiendo, parece que lo mismo el bloguero que sus comentaristas no llegan a entender que muchos, muchísimos, estamos hartos, no de que se manifieste la iglesia, sus acólitos, los kikos, sus simpatizantes y/o amigos y familiares, o simples alegres visitantes gratis total de la capital del reino este; no de que digan a sus fieles donde les pete lo que les parezca, sino de tanto privilegio de que sigue gozando esta recua de ambiciosos e hipócritas, amparadores que fueron (siguen siendo en otros muchos países) de un largo período de poder militar, fascista y genocida en España.
O sea, es hora de poner a la Iglesia en su sitio, como ustedes están en el suyo y yo en mi casa.
¿Ellos, cuyo reino no es de este mundo, pueden decir, opinar, y Pepe Blanco, no?
Ah, ¿y por qué? Pues eso. Pepe Blanco sí es de este mundo, de El Mundo no sé pero no creo, es político, forma parte del gobierno, no me simpatiza -dato que debería borrar seguramente-, pero está más en su papel, se han pasado tres pueblos estos curitas, siempre se pasan, fueron precisamente quienes achacaron, y públicamente, todos los males y catástrofes al Gobierno, incluida la advertencia de pérdida de valores democráticos o de democracia sin más por curpita del partido en el Gobierno. Pues han recibido respuesta, solo respuesta. Personalmente, me gustaría que fuéramos capaces de salir a la calle exigiendo la separación real de la Iglesia, que disfrutara de subvenciones similares al resto de comunidades religiosas o culturales, si es que hay de eso.

He caído aquí por azar, comencé a leer con cierta ilusión, prometo volver a ver cómo siguen, a pesar de que algunas cuestiones me producen cierta fatiga.

 
At 11 enero, 2008 23:33, Anonymous Anónimo said...

Pompeyo, confieso que ayer no llegué a leer tu comentario. ¡Excelente! Mis disculpas. Es que hay tan poquito que nos produzca satisfacción que, cuando lo hay, soy incapaz de estarme calladita.

 

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