El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

23 octubre 2007

Autocensura (Serenidad y 2)


En la sobremesa de un sofocante día de este otoño caluroso, un conocido ex militante socialista que en su día ocupó cargos de relevancia y que acabó dejando el partido con cara de klinex, revela que, por primera vez en su vida, en las próximas elecciones, generales y autonómicas, va a votar al Partido Popular. Llegar a esta determinación, tomar esta decisión le ha costado lo suyo porque ni siquiera es fruto de la venganza sentimental hacia su ex partido, que sería acaso una reacción esperada y no provoca debates internos. No, sencillamente ha llegado a la conclusión de que lo peor que le puede ocurrir a España y a Andalucía es que sigan gobernando los suyos. Ni Chaves ni Zapatero, dice tras enumerar con los dedos un puñado de razones económicas, políticas, sociales.

Es tan firme su decisión, cuenta el hombre, que se ha permitido imponer una orden estricta en su casa a la hora de ver la tele. Se cambia de canal cada vez que aparezcan ciertos dirigentes políticos. Están rigurosamente prohibidos. «Claro –dije yo–. Es normal que, con tu trayectoria, se te atraganten ahora las intervenciones de Pepiño Blanco, Chaves o Zapatero». «Ah, no, no, en absoluto», respondió al instante. «Lo que está prohibido en mi casa son los programas de televisión o de radio en los que sale Acebes o Zaplana, porque yo me conozco y esos dos son capaces de torcer mi voluntad y provocar que, al final, acabe votando otra vez al PSOE». Fue difícil evitar la carcajada de sorpresa, claro.

Lo interesante de la anécdota, en cualquier caso, es pensar cuánta gente se sitúa en este momento en esa franja electoral, tierra de nadie, a la que han llegado por el desencanto del Partido Socialista y la aversión, el repelús, a votar por el PP. El cálculo es interesante porque, en definitiva, de lo que hablamos es del centro electoral en España, el espacio político decisivo en todas las elecciones. Y lo que parece demostrado es que el elector de centro hace con más frecuencia el trayecto que lo lleva de la derecha a la izquierda que el inverso. Por muchas razones, haber votado al PP y confesarse luego votante socialista parece que tiene más caché social que lo contrario, haber sido votante de izquierda y confesarse ahora votante del Partido Popular. Prejuicios sociales, sociología política que tienen mucho que ver con la historia de la derecha en España y su coqueteo con los fascismos de principios de siglo pasado, frente a la de otros países europeos, como Gran Bretaña o Suecia, por ejemplo.

Volvemos, por tanto, al epicentro de la que, sin duda, será una de las mayores claves de las próximas elecciones, la abstención. Volvemos para retratar la paradoja de que el factor determinante en la movilización del electorado del PSOE no son tanto sus políticas, como la reacción que provoque en el Partido Popular. Porque, a diferencia de aquel ex militante socialista, el problema de muchos líderes razonables del PP es que ellos no pueden desconectar, con el mando de distancia, la espesura rancia de sus colegas. Ya les gustaría.

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