El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

14 octubre 2007

La Universidad de Sevilla 'despide' a Olivencia

Uno de los incidentes académicos más humillantes que se recuerdan acaba de ocurrir en la Universidad de Sevilla que, ajena a cualquier otra consideración que no sea el imperio burocrático de la mediocridad, ha ‘despedido’ de la peor forma al catedrático Manuel Olivencia, propietario de una de las biografías más sobresalientes de la Sevilla contemporánea. Todo comenzó a mediados de septiembre pasado cuando Manuel Olivencia recibió en su domicilio una carta de cuatro líneas: “De conformidad con lo establecido en el R.D. 2720/1998 de 18 de diciembre, le comunico que con fecha 30/09/2007 finaliza el contrato laboral que tiene vd. suscrito con esta universidad como profesor emérito, adscrito al departamento de Derecho Mercantil, por lo que deberá cesar automáticamente dicho día en la prestación de sus servicios”.

Puede calcular el lector el efecto que tuvo una carta así en Manuel Olivencia, socio de uno de los despachos de abogados más influyentes del país (Cuatrecasas-Olivencia Ballester) y autor del ‘código Olivencia’, un código ético, elaborado por una comisión de expertos presididos por Manuel Olivencia, que establece las normas del buen gobierno de las empresas y sus consejos de administración. La reacción deOlivencia fue una carta memorable, no de tres líneas sino de tres folios: “La ‘burocratización’ es el mal de la Universidad que inspira el tenor literal de este ‘oficio’. De la misma raíz es ‘oficina’, voz que expresa fielmente aquello en lo que se ha convertido nuestra Universidad, al dejar de ser ‘ayuntamiento de maestros y escolares’ y ‘alma mater’ (…) El oficio de referencia falta a las más elementales reglas de las relaciones humanas y, además, las quebranta innecesaria e inútilmente, lo que hace más penoso su contenido (…) Todo toca a su fin, bien lo sé, pero ¿merezco que mi expediente personal en la Universidad de la que fui alumno, por la que me licencié y a la que he servido con vocación como ayudante, catedrático y profesor emérito se cierre con un papel del tenor literal de ese ‘oficio’? Lo que censuro no es la finalización de un contrato, sino el tono desconsiderado de la comunicación (…) Daré cumplimiento automático a esa orden y me abstendré de prestar mis servicios a la Universidad. Por cierto, como sigo trabajando en actividades científicas y comparecencias públicas, evitaré, desde el próximo día 30, hacer constar mi condición de catedrático o profesor emérito de la Universidad de Sevilla, como hasta ahora he venido haciendo con orgullo”.

Fue tal el revuelo interno que se organizó en algunos despachos de la Universidad de Sevilla que el rectorado y varios directores de departamentos se han visto obligados a enviar, con posterioridad, cartas de disculpa a Manuel Olivencia. Nada, en cualquier caso, podrá solventar el ridículo y el menosprecio que la Universidad de Sevilla se inflige a sí misma. Sencillamente, un acontecimiento así es impensable en cualquier universidad del mundo.

Etiquetas: , ,

5 Comments:

At 14 octubre, 2007 17:57, Blogger Unknown said...

Qué excelente respuesta la del académico. Y, por sobre todo, digna. Los procesos de "norteamericanización" de las universidades europeas -donde el trato es de empleador a asalariado- continúa, tal como denunción el viejo Weber en la "ciencia como vocación" hace un siglo.
atte,
Manuel Guerrero.

 
At 14 octubre, 2007 18:11, Anonymous Anónimo said...

Estimado Caraballo: a mi juicio la propia Universidad tiene mucha culpa de ello. El proceso de degradación académica es directamente proporcional al mandato del Rector Florencio, un tipo mediocre que lleva veinte años moviéndose por los despachos y por los pasillos. No me extrañaría que estuviera pensando presentarse otra vez, ya que en la Junta no lo quieren (ya hay que ser malo).La universidad no tiene remedio, los "maestros" ya se han terminado. Sólo queda política, envidias, endogamia y fastidiar al que trabaja. Un saludo.

 
At 14 octubre, 2007 19:09, Blogger Salvador said...

Es triste ver como se desprecia una carrera y una trayectoria de esa forma. So pena de parecer condescendiente haré un par de matices al artículo. El primero en relación al hecho en si, ya que, todos los dias ocurre cientos de veces y aunque no necesariamente afecta a gente de tanto renombre no deja de ser vergonzoso. Por habitual, nadie se acuerda de ello hasta que le ocurre a alguien con corbata. El segundo, se refiere a la última frase, no creo que se pueda hacer esa afirmación de una forma tan categórica, es público y notorio que hay por ahí muchas en las que ocurren cosas peores.

 
At 15 octubre, 2007 01:09, Anonymous Anónimo said...

Pongan en una mesa a Pizarro y a Olivencia. Y a ver si tienen cojones de encontrar un tema sobre el que puedan hablar.

 
At 16 octubre, 2007 00:47, Anonymous Anónimo said...

Conozco el contenido del oficio al que se hace referencia porque le ha sido enviado a todos los profesores eméritos que terminan su contrato con esa fecha.
El contenido es lacónico, pero se podía haber hecho con más delicadeza. No se puede esperar otra cosa de esta Universidad.
Lo digo como catedrático que ha querido jubilarse anticipadamente, porque la Universidad de Sevilla produce cada vez más decepción.

 

Publicar un comentario

<< Home