El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

17 octubre 2007

Serenidad (I)


La política española discurre siempre sobre los raíles gastados de una dialéctica antigua; dos vías intercambiables según el ritmo de la máquina. La serenidad o la crispación. De la una se pasa a la otra, luego al revés y vuelta a empezar. Lo que determina que un partido político se incline por una de ellas es, fundamentalmente, el resultado electoral. Si es un partido que gobierna, querrá transmitir a la ciudadanía mensajes de serenidad, de tranquilidad. Normalidad.
Frente a esos mensajes de serenidad, la oposición dispondrá del discurso contrario, pues querrá, al contrario que el Gobierno, que el personal se rebele. La crispación es un arma antigua de la oposición, y también es ajena a la ideología de quien en cada momento la utiliza. Agitación, inquietud, incomodidad. Los pasaportes para llegar al Gobierno siempre son los mismos, porque nadie se muestra interesado en cambiar lo que no le causa ni molestia ni preocupación.

De acuerdo a los arquetipos de la división ideológica, resulta además curioso observar que las llamadas a la estabilidad, a la tranquilidad, formarían parte de un lenguaje conservador, mientras el inconformismo, la agitación, se le adjudicaría a los movimientos progresistas. Pero se usan indistintamente. Desde los primeros Gobierno de la UCD, siempre ha sido así. Sólo hace falta repasar cómo eran González y Guerra en la oposición frente a UCD; cómo eran Aznar y los suyos en los últimos años de gobiernos felipista. ¿Qué hicieron Zapatero y Rubalcaba tras el atentado del 11 de marzo, llamar a la calma y a la serenidad, como ahora? La misma dialéctica, el mismo análisis, se podría trasladar a escala a otros niveles de la política española, los ayuntamientos o las autonomías, con la sola excepción de aquellos que consiguen consolidar un sistema de régimen político.

La cuestión, en definitiva, es que, por mucho que ahora nos puedan parecer nuevas las estrategias que se utilizan en el Gobierno y en la oposición, es más que evidente y constatable que se trata de raíles ya gastados de la dialéctica política en España. Siempre el Gobierno ha buscado métodos para narcotizar el cabreo social que siempre existe y siempre la oposición ha intentado espolear los ánimos del personal, exaltarlos. Siempre ha sido así, es verdad, pero las circunstancias electorales han ido cambiando.

Por ejemplo, el momento actual. Establezcamos un sencillo círculo de hipótesis encadenadas que nos llevan a una contradicción final: La clave principal del triunfo del PSOE en las últimas elecciones (en el Congreso por sorpresa y en Andalucía con holgura) fue la extraordinaria movilización que supuso el atentado del 11 de marzo. De ahí se infiere que la principal preocupación del PSOE en este momento no sea tanto el posible ascenso del PP como el incremento de la abstención. Ocurre, sin embargo, que para que el electorado socialista no caiga en la abstención, el PSOE necesita movilizar a la sociedad. Y la estrategia de la ‘España serena’ lo que invoca no es movilización, sino tranquilidad.

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2 Comments:

At 17 octubre, 2007 17:05, Blogger GFO said...

Oir a esta caterva hablar de serenidad, al os mismos que violaron la jornada de reflexión,a los que acorralaron y agredieron a los bizcochables peperos, a los que cercaron y atacaron las sedes del PP,da grima, asco y pena.
Por que esta tropa no quiere serenidad,cosa por otra parte imposible, cuando lo que siembran es discordia,enfrenatmiento,hasta cuando se trata de remover tumbas de hace setenta años;lo que pretenden con esa "serenidad" es la anestesia,el aborregamiento,una especie de alzheimer que se inocule en la ciudadanía y se olvide lo hecho en esta legislatura.

 
At 19 octubre, 2007 16:08, Anonymous Anónimo said...

1ººº para combatir la serenidad en elconfidencialdigital se dice cosas como la siguiente:

-Dar un golpe de Estado sería, por ejemplo, pagar a unos marroquíes soplones de unidades de miembros de las FFSeguridad, implicados en guerra sucia en los 80, para que volaran unos trenes antes de unas elecciones y culpar, por ejemplo al gobierno legítimo de dicha voladura. Pero vamos eso en nuestro país es imposible que suceda... ¿no?

2ººº
y para favorecer la calma cuando alguíen escribe sobre culos, deditos en el culo, o sobre lo que entra o sale del ano del conocido periodista amigo de cachete, te censuran

 

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