El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

21 agosto 2007

Demonios


La desmesura del contrario es un colaborador necesario en la estrategia socialista. Lo hemos visto durante toda la legislatura y se vuelve a repetir la jugada ahora con la Educación para la Ciudadanía. Se trata sólo de conseguir que, al final, el debate se ciña a un esquema mental tan primitivo como efectivo en España. Por ejemplo: Los obispos han establecido que «quien enseña Educación para la Ciudadanía colabora con el mal», como dejó dicho monseñor Cañizares y, desde aquel día, los gurús de la propaganda del PSOE brindan por el éxito anticipado.

Es decir, que otra vez estamos en las mismas. Como con la Ley de matrimonios homosexuales, la de Memoria Histórica o, incluso, durante el mismo ‘proceso de paz’ con ETA. Como la jugada es repetida, hagan el ejercicio de situarse fuera del debate. Piensen en el ruido estruendoso de estos debates en la radio, en la tele y observen al personal confundido, porque ve que la oposición tiene razones, pero también el Gobierno. Y unos esgrimirán un libro de Akal y otros un tratado de Marina. La duda se mantiene en el aire hasta que, de forma abrupta, la resuelve la desmesura. «Zapatero es ETA», «Zapatero es el demonio». Entonces, ya está claro. Porque la Educación para la Ciudadanía puede ser buena o mala, pero lo que está claro es que Zapatero no es el demonio, el Mal. Luego está claro quien miente. Batalla ganada por los gurús del zapaterismo.

Esta dialéctica tan elemental como irritante, tan absurda como correosa, la hemos visto repetida en Andalucía hasta la saciedad, porque el éxito aquí de la hegemonía socialista no es calculable sin el miedo a la derecha. Se trata sólo de evitar que el debate político se ciña a proyectos, a realizaciones del Gobierno o de la oposición, porque lo esencial es encontrar la piedra mágica, anatemizar a la derecha. Pensamiento binario. Azul y rojo, facha y progre, rico y pobre.

En el conjunto de males de la educación en España, el invento de la Educación para la Ciudadanía no va a ser más pernicioso que otros desastres del sistema que ya se han hecho comunes y patentes como el creciente fracaso escolar o el deterioro de la formación universitaria. En el peor de los casos, como creo haberle leído a Félix de Azúa, en realidad, no se trata de una educación en valores, sino de una educación de contravalores, «que esa es la ideología del presidente del Gobierno (...) una escasa preparación para el sacrificio, unida a la pereza intelectual que le impide analizar asuntos que exigen esfuerzo, trabajo, tesón, unidad y sacrificio». Pero nada de eso se puede considerar novedad en la educación, lo novedoso es que nada de ello se había convertido hasta ahora en aliciente electoral. Sugiero, por ello, que quienes objeten de la Educación para la Ciudadanía lo hagan en su propia casa, en los centros escolares y, si lo desean, en los tribunales. Pero sin estruendos, que al demonio no se le ha perdido nada en esta historia.

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15 Comments:

At 21 agosto, 2007 20:50, Anonymous Anónimo said...

Enlazando con el artículo de ayer, el relativismo y la modorra intelectuales han convertido el debate político en una estéril guerra de trincheras, donde los argumentos se usan como parapetos desechables, y según la ocasión se va saltando de uno a otro. Lo único que permanece fijo es el punto de mira: el adversario político.

(Me termino de leer bien el artículo y comento algo sobre EpC)

 
At 21 agosto, 2007 21:17, Blogger Salvador said...

Si la derecha es victima de su propio fanatismo, de su propio sectarismo, de sus propias mentiras, de sus dimes y diretes (pobre Gallardon) y de las consecuencias de demonizar a la izquierda, injusta e innecesariamente???. Por qué, reitero, repito y repregunto, por qué no veo en sus artículos y en su periodico cargas de profundidad contra el Sr. Rajoy y contra el partido popular Sr. Caraballo??? No contribuye usted mismo y el medio para el que trabaja con esa actitud a remar a favor de corriente para el PSOE???. Siga así.

 
At 21 agosto, 2007 21:57, Anonymous Anónimo said...

Educación en valores o en contravalores, galgos o podencos. A ver si el problema va a estar precisamente ahí. Se ha aceptado que en las escuelas hay que educar en valores -bueno, vale- pero claro, el problema está ahora en definir dichos valores: este sí, este no, este otro en tu casa... Por mi parte me conformaría con que se mejoraran la asimilación de contenidos y de urbanidad, para empezar, y ya luego hablamos.

(Salvador, ¿y si, en vez de reiterar, repetir y repreguntar, te relees el artículo?)

 
At 22 agosto, 2007 11:24, Blogger Lopera in the nest said...

Cuanta displicencia, cuanta arrogancia hay en esa frase: "Siga así". Dicha desde la superioridad, desde la absoluta prepotencia, desde la posesión de la verdad. Me recuerda tanto a los franquistas!.

 
At 22 agosto, 2007 11:24, Anonymous Anónimo said...

¿Y cuáles se supone que son los argumentos del PP en contra de la asignatura?

 
At 22 agosto, 2007 11:27, Anonymous Anónimo said...

Por cierto, informo que es mentira lo que dice el bloguero que habla del libro de Akal: no es un libro de apoyo a profesores, es un ensayo (lo dicen en el libro mismo, podría hacer el esfuerzo de leerlo de verdad) que surge a raíz de la creación de la asignatura. De hecho, lo dice hasta en la página web de Akal, pero hay que hacer el esfuerzo de informarse. Para rematar esto, se puede ver claramente que el contenido del libro no coincide con el temario de la asignatura ni que el gobierno lo pone en su lista de libros sobre la misma.

 
At 22 agosto, 2007 11:28, Anonymous Anónimo said...

Si lee esto el señor Carballo, me gustaría que actualizara esa información, y que nos contara cuáles son los argumentos reales en contra de la asignatura. ¿Ha leído lo que ha escrito Savater a favor de la misma?

 
At 22 agosto, 2007 14:35, Blogger Salvador said...

Lopera in de nest, creo que se basa usted en un argumento corto, tan corto como dos palabras, para juzgarme de displicente, arrogante, prepotente y fascista. Siga, siga dando palos, algún dia de estos acertará con la piñata. Hoy por hoy esta bastante lejos.

Saludos (con la mano izquierda).

 
At 22 agosto, 2007 18:14, Anonymous Anónimo said...

Estimado Caraballo: mi opinión sobre EpC es así de simple: que no sea obligatoria. Como padre soy yo quien moral y constitucionalmente debo educar a mis hijos. Los del PP impusieron obligatoriamente la Religión y los socialista imponen ahora obligatoriamente la EpC.Pues a objetar, a pelear, a no transigir. Ni los curas ni el Estado pueden ocupar mi dominio... a no ser que yo quiera. Por lo tanto NO a la imposición de valores y SI a la libertad. Un saludo, amigo.

 
At 22 agosto, 2007 19:55, Anonymous Anónimo said...

Sobre EpC
El artículo de Savater
El artículo de Ferlosio

El primero a favor y el segundo crítico.

En este caso estoy más en la línea de Ferlosio, aunque sin tener en principio graves objeciones al planteamiento de Savater. Creo, como apunta Ferlosio, que en la enseñanza es pertinente la distinción entre instrucción y educación. Lo es porque la educación sin la presencia de espíritu crítico sería más bien adoctrinamiento, y el espíritu crítico sólo puede surgir de la asimilación de contenidos, es decir, de la instrucción. No llego tan lejos como Ferlosio, que asegura que dicho espíritu crítico no puede ser objeto de enseñanza -digo yo que al menos se puede fomentar, entrenar- pero me temo que será esfuerzo baldío todo el que se dedique a la educación mientras la instrucción esté como está.

Les recomiendo la lectura de los dos artículos.

 
At 22 agosto, 2007 20:56, Blogger canalsu said...

Es cierto. El libro Educación para la Ciudadanía de Akal no es un texto de apoyo a profesores. Me disculpo por mi error sobre un tema en el que suelo estar a verlas venir. Me está bien empleado.

Dice José Antonio Marina: "¿Tienen razón los padres que reclaman su derecho a educar moralmente a sus hijos? Sin duda. Y si todos lo hicieran con una maravillosa eficacia, la escuela podría dedicarse a otra cosa. No es así, por desgracia, y el sistema educativo tiene que completar carencias sociales de enorme magnitud."

¿Quien es el que determina el baremo de la "eficacia" o qué se considera "eficaz"? ¿Qué es lo que ha hecho, entonces, la escuela hasta ahora y por qué habría de dedicarse a otra cosa si teóricamente se dedica a impartir conocimiento y a educar? ¿O no?. Si no han educado hasta ahora, mal. Si a estas alturas necesitan el impulso en forma de asignatura obligatoria, peor.

En los libros de primaria actuales ya hay información apropiada a la edad sobre el modelo de Estado y la división política del mismo, también sobre los derechos universales. Naturalmente no se puede estar en desacuerdo con "fomentar actitudes participativas, solidarias, con la necesidad de que los niños comprendan de que hay que establecer normas justas y acatarlas, de que respeten la convivencia", los padres o profesores que hasta ahora no hayan intentado fomentar estos valores en los niños no lo van a hacer con otra asignatura. Puede argumentarse que lo harán estos niños, futuros padres. Puede, porque como la nueva asignatura no se libre del auténtico cáncer que nadie parece afrontar del fracaso escolar vamos apañados.

En cambio, el mismo Marina admite que la asignatura puede ser fuente de adoctrinamiento. Parece una persona honrada y confía en que no. Yo no lo tengo tan claro. Ese puede ser el problema, por lo menos el mío como padre, el de la desconfianza. Hoy mismo he visto la noticia de otro libro sobre el tema que está contra la homosexualidad y el aborto. Marina dice que, de momento, las personas más adecuadas para impartir la asignatura son los profesores de filosofía. El libro de Arkal es sólo un ensayo, ¡gracias a Dios o Dios mío!. Uno de sus autores es Pedro Fernández Liria, doctor en Filosofía y profesor de Enseñanza Secundaria. Como no sé si impartirá esa asignatura, no tengo por qué pensar que utilice su libro con los alumnos. Además, cualquiera que haya sido estudiante sabe que eso de recomendar los libros propios es una cosa muy rara.

Educación para la Ciudadanía no debería ser obligatoria en una democracia. Sencillamente, no debería existir, o es asumir el propio fracaso democrático o es una artimaña al estilo de "no podemos conducir por ti, pero puede ser que lo hagamos, por tu bien".

 
At 23 agosto, 2007 00:39, Anonymous Anónimo said...

¿Asumir el propio fracaso democrático? No lo creo, se trata simplemente de que los alumnos salgan de las aulas conociendo los fundamentos del estado de Derecho, sus leyes, sus orígenes, sus problemas, sus deberes, sus derechos... De la misma manera que enseñamos Física porque no todos los padres saben Física, y así con todas y cada una de las áreas del conocimiento verificable, los niños tienen derecho a adquirir esos conocimientos. Lo que es desolador es constatar cómo no lo saben, cómo no tienen ni idea (y hablo ya de los adultos, por supuesto).

¿Miedo al adoctrinamiento? ¿En escuelas públicas en las que se lleva enseñando Filosofía, Ética e incluso (mayúsculo disparate, además por miembros de la secta en instituciones públicas) Religión desde hace años? No lo puedo entender, sinceramente.

 
At 24 agosto, 2007 21:05, Anonymous Anónimo said...

Eso, Javier, aquí todos calladitos, que no se note siquiera que pensamos, que existimos... que menosmal que los otros vienen a salvarnos. Y como son tan torpes, tan cobardes y tan lo mismo, encima hay que ayudarles.

A mí que manden los unos o los otros ya, la verdad, como que me da igual. Después de ver que son tan socialistas unos como otros, exactamente igual. El liberticidio me es indiferente quien lo perpetre. Lo que no quiero es que lo perpetren.

Y los que vengan, los ciudadanos, si vienen, tampoco creo que acaben siendo muy diferentes. Porque el problema en el fondo es querer mandar. He ahí la raíz de todos los males.

Pero será que como yo, por principios, no aspiro a heredar el chiringuito, ni a abrevar en las concesiones políticas, ni en los cargos públicos, parapúblicos o mediopensionistas de planificadores sociales que hoy ocupan los progres –siempre por el bien de la humanidad, eso sí, lo mismo los progres que los otros– , ni en las subvenciones al agro ni en los 2.500 euros (robados) por nacimiento ni en nada de eso, pues es lo que me encuentro. Que puedo decir lo que me da la gana. No me pasa, por ahora, lo que al periodista aquél que se atrevió a contar el absentismo brutal, de despelote, que había en Delphi, al que los que no lo han silenciado lo han amenazado y los que no las dos cosas.

Y, francamente, estoy hasta las narices de oír siempre chispa más o menos el mismo discurso. Que en Andalucía no salimos de lo mismo, y así nos va.

Salvador, ¿quién demoniza a la izquierda? Si aquí todo es izquierda, todo es socialismo, empezando por el PP –a esos les viene de la parte falangisto-anticapitalista, o de la democristiana, que es puro socialismo–. A la izquierda no la definen más que sus resultados (desastrosos) y sus métodos, que siempre consisten en obligar a los demás a hacer lo que la izquierda quiere... siempre por su bien. La izquierda es coacción y miseria básicamente. Ineficiencia, despilfarro, creación de expectativas que no pueden satisfacer; adormilamiento del individuo, incentivación de sus peores y más ancestrales instintos (eso del mundo moderno de tener que depender de uno mismo, de nuestras decisiones, da tanta pereza, ... con lo muelle que era lo de la tribu, que decidieran por ti y así poder rapiñar del esfuerzo ajeno... del dinero público ése que dice Pixie y Dixie que no es de nadie); introducción permanente de señales falsas, que distorsionan el orden espontáneo que es el mercado. Es la agresión institucionalizada, la invención constante de coartadas para ir recortando cada día más la libertad. No hace falta que nadie la demonice. Se demonizan solos. Pero, ah, la lírica de las buenas intenciones. A cuánto ingenuo se le lleva al huerto a base de lírica.

Sólo los totalitarios pueden pensar que ellos tienen el derecho a imponer a los demás sus propios valores por la fuerza, usando el aparato de compulsión y coerción estatal. Claro, que para eso básicamente, para adoctrinarnos en la mentalidad estatalista y poder así mantenernos como siervos desde la cuna a la sepultura, crearon la escuela estatal, mal llamada pública (porque público es un bar que, precisamente porque tiene un dueño que está intentando enriquecerse con él, sirve al público, y permanece atento y solícito a ver cuáles van siendo sus siempre cambiantes demandas, y consigue satisfacerlas sin despilfarrar recursos... o si no, desaparece).

Sepan estos señores tan envarados de la Junta, los que para justificar este nuevo liberticidio se dedican a invocar los pilares del sacrosanto Estado de Derecho –que ellos han pervertido hasta la naúsea, por cierto, transformándolo en un monstruo sedicentemente benéfico, el nuevo leviatán, que ya no sirve para lo que debiera servir pero que crece y crece como una metástasis-, y los supuestos derechos positivos del niño que según estos iluminados corresponderían a la colectividad y no a los padres... (qué gran excusa los niños para el liberticidio, como Javier Arenas con el CAC: no falla) y lo que haga falta con tal de poder aplastar una vez más la libertad individual, que muchos de sus congéneres no compartimos para nada casi ninguno de sus supuestos de partida. Y que además, ya nos han tocado tanto las narices, que algunos estamos incluso dispuestos a discutirlos uno a uno siempre que tengamos tiempo y ocasión, y a no permitir bajo ningún concepto que sigan colonizando con sus pamplinas ni nuestras conciencias ni las de nuestros niños. El monólogo, por lo menos, se acabó. Sus ingenieros de almas lo van a tener cada vez más difícil.

Porque yo –apunten, señores burócratas, beneméritos padres de la patria andaluza- de no creo en su falsario concepto de justicia social. Ni en su solidaridad por decreto (eso no es solidaridad, sino cinismo), ni en sus denodados esfuerzos por salvarme de mí misma, de mi capacidad para asumir riesgos, para acertar, para equivocarme... para probar, para decidir por mí misma si para mí es más importante A o B, la sanidad o la educación. Todos estos y su ciudadanía, con sus cuotas, su igualitarismo barato, su ecologismo de garrafón, su anticapitalismo rampante, su buenrollismo ridículo, su rousseanianismo de guardarropía, su preferencia por los delincuentes y los terroristas antes que por las víctimas, su estólida mentalidad del esclavo (tan poco diferente de la del salteador de caminos), su pretensión de sustituir a Dios por el estado, me dan arcadas. Además, me niego a tragarme sus anzuelos colectivistas... eso de que me van a dar de todo los políticos, como si la riqueza la echaran los árboles. Y de la misma forma que soy consciente de que no tengo ningún derecho a que me curen a expensas de otros, con dinero robado al contribuyente, sé que es no ya mi derecho sino -sobre todo si tengo hijos- mi obligación, resistirme con uñas y dientes a ese saqueo... lo que además redundará en creación de riqueza de la de verdad, de la capitalista, en vez de contribuir a engrasar las redes clientelares de los burócratas, los políticos y resto de parásitos, que viven a costa de quienes realmente producen.

Tratar de imponer moralidad por la fuerza –qué bien lo dijo Hayek- sólo puede desembocar en un régimen totalitario.

Y si quien sea es de otra opinión, yo estaré encantada de que pueda expresarla y de que pueda educar a sus hijos conforme al credo ideológico que tenga por conveniente. Y si quiere compartir con la humanidad ese tesoro, pues nada, que ponga un colegio y, vía cheque escolar, recabe la adhesión voluntaria de los padres que lo deseen, como, con todos mis respetos, pueden hacer Savater, Marina, los obispos o el que sea. Ahora, de intentar hacérnoslo tragar a los demás por la fuerza y con nuestro dinero, ni hablar.

Si se fijan, es que estos progres nos toman a todos los demás por idiotas. Ellos son los ungidos. Los padres no tienen ni idea de lo que les conviene ni a ellos ni a sus hijos. Por eso hay que colectivizarlos, crear pequeñas piscifactorias del estado, pagarnos por parir, lavarnos el cerebro desde la infancia, no dejarnos ahorrar por nosotros mismos para nuestra vejez.. En fin, libertad ¿para qué?, que decía Lenin.

 
At 26 agosto, 2007 18:34, Anonymous Anónimo said...

Os recomiendo la lectura de las reflexiones de Gustavo Bueno sobre los textos de la asignatura Educación para la ciudadanía:

http://www.nodulo.org/ec/2007/n066p02.htm

 
At 27 agosto, 2007 15:44, Blogger Salvador said...

monica, impresionante su definicion de lo que es la izquierda. Sereia de gran interes que hiciese lo propio con la derecha, mas que nada para saber donde situarme porque despues de leer su intervención estoy mas descolocado que Jimenez Losantos

 

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