Empresas
Hace unos días, en la radio, los representantes de la Cámara de Comercio de Sevilla realizaron una de esas jornadas de ‘puertas abiertas’ y allí que se fueron los de Onda Cero para entrevistar al presidente y dar a conocer los servicios que presta la institución. Lo normal, o sea. La sorpresa vino después, cuando se abrieron los micrófonos a la audiencia y, uno a uno, comenzaron a llamar los comerciantes para denunciar la inoperancia absoluta de la Cámara, que se limitaba a cobrarles una cuota obligatoria sin ningún servicio o utilidad a cambio. Eso decían. Todos.
La unanimidad fue tan apabullante que ni uno solo de aquellos pequeños empresarios dijo algo distinto a que la Cámara de Comercio les cobraba un «impuesto revolucionario» que no podían cuestionar ni dejar de pagar porque, «de forma inmediata, llega un embargo de Hacienda».
La resistencia a pagar cuotas e impuestos es algo consustancial a la especie ibérica, es verdad, y los hay que se resisten a pagar hasta la comunidad de vecinos. Para qué hablar del IVA o del IRPF. Menos los plazos de la caseta de Feria, casi todo se apura hasta el último día. No es de extrañar, por tanto, que cuando llega el recibo de estas organizaciones patronales, a la que se pertenece por Ley, el personal acabe rebelándose. No hay nada que subleve más que financiar una inutilidad, y así lo veían.
La patronal, vamos a ver, siempre ha tenido un déficit de representatividad importante. ¿A quién representa, en realidad, la Cámara de Comercio o la Confederación de Empresarios si de la primera se participa por Ley y en la segunda no suelen ingresar los pequeños y medianos empresarios, que suponen la mayor parte de las sociedades andaluzas? A diferencia de los sindicatos, no hay elecciones generales entre las empresas o entre los comerciantes y, por ese motivo, a las votaciones como las de ayer en la CEA siempre acaban criticándole su impostura democrática.
En cualquier caso, siendo así, también es cierto que la existencia de interlocutores sociales es esencial en cualquier democracia. Pese a los defectos, nadie podrá representar mejor la voz de los empresarios andaluces que la CEA o las distintas Cámaras de Comercio. Y es por ese motivo, porque son imprescindibles a pesar de su déficit de representatividad, las organizaciones patronales deberían hacer un esfuerzo por legitimarse, al menos, con el discurso.
¿De qué sirven las organizaciones patronales si acaban copiándole el discurso al Gobierno? ¿Cómo es posible que alaben naderías y despilfarros como las modernizaciones? ¿Es que no le afecta a las empresas la evidencia de que la autonomía haya perpetuado a Andalucía en el último puesto de todas las estadísticas económicas? Lo que se pide, en fin, es independencia. Como en las leyes del mercado, la patronal, como agente político, sólo sirve si nos ofrece un producto diferenciado. Su producto: la voz de las empresas.
3 Comments:
En el supuesto de que la Junta de Andalucía mantenga callados a los empresarios con "la pasta gansa" que reciben, como dice el Robinsón de arriba, lo fácil es criticar a la Junta socialista, pero claro se olvidaría entonces que también esos mismos acuerdos de concertacion social existen a nivel nacional y que, se recuerde, ningun Gobierno del PP los ha suprimido. Es más, estoy seguro que lo que haría es aflojarle un poco más de esa pasta gansa a los empresarios españoles para tenerlos mas contentos y que se notara que estaba gobernando la derecha. Por lo tanto, si tanto el PP como el PSOE hacen lo mismo, la culpa habra que echarsela exclusivamente a los empresarios que hacen lo de siempre, poner la mano.
Atentamente,
Honorato.
A los empresarios, a los sindicatos, a las Asociaciones de Vecinos, etc. A todos aquellos que renuncian a la independencia por una pequeña, algunas veces muy pequeña, cantidad de dinero. Y mientras los ciudadanos sin voz, sin pulso. Lo peor de esta ausencia de la sociedad civil en Andalucía es que se están perdiendo demasiadas oportunidades para el, absolutamente imprescindible, "Progreso". Por eso Sr. Honorato duele tanto que sean los denominados "progresistas" los que estén poniendo tantos "frenos". Quizás merezca la pena una vez más recomendar el magnífico libro de Don Francisco Robles, "El Mester de Progresía".
Las Cámaras de Comercio tienen sentido en algunos países de Europa, tanto en el modelo anglosajón como en el llamado "Continental", al que pertenece el español, pero aquí las Cámaras tienen tres problemas graves: el primero es que las cámaras han perdido la batalla frente a las organizaciones empredsariales (CEOE, CEA, etc.) y hoy son mas o menos instituciones sometidas, tanto al gobierno, que las tutela, como a la patronal, que las controla y relega a un segundo plano. El segundo es que los servicios que presta son generalmente inútiles, proque están duplicados o triplicados y los prestan tambien los ayuntamientos y las confederaciones. El tercero es que el gobierno optó en su día por convertir las cuotas de las cámaras en tributos obligatorios, los uales son pagados por comerciantes y empresarios sin ganas, obligados, como si se tratase de un impuesto revolucionario, que, de hecho, lo es.
Pero el mayor problema es que las cámaras suelen ser nidos de aprovechados y de gente sin escrúpulos. Por ejemplo, gente que ahora esta en el puesto de mando de la actual cámara de Sevilla estuvo implicada en escándalos de gastos de todo tipo, incluso sexuales, sin justificar, en un viajo a Rusia y a otros países. Son Cámaras de Comercio y de Bebercio, instituciones que exprimen y oprimen a los empresarios porque el gobierno así lo ha decidido. Eso las convierte en cargas que se soportan y que eliminaremos cuando podamos.
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