El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

21 enero 2006

Comisarios


Los europeos parecen haber perdido ya toda esperanza en un futuro más seguro. Contemplamos el terrorismo y el vandalismo callejero con la certeza de que, si algo cambia, será para peor. Pesimismo antropológico, que diría el otro. De hecho, los europeos son los más pesimistas del planeta. Mucho más que los norteamericanos, por ejemplo, y eso que el impacto que tuvo allí el atentado del once de septiembre fue mucho mayor que cualquier otra conmoción por este motivo que se haya padecido en Europa y de que la criminalidad y la violencia de estos días no parecen sino un reflejo tardío de los suburbios neoyorquinos. Pues, a pesar de todo, dos de cada tres europeos han contestado a la encuesta de Gallup para el próximo foro económico de Davos que el horizonte de seguridad que atisban está cada vez más negro. Sólo un europeo de cada diez se cree que el futuro será mejor.

En esto, claro, la percepción de los ciudadanos no tiene nada que ver con la de la clase política dirigente, que parece tener asumido por defecto en los discursos, como si se tratara de un programa de ordenador, la obligación de presentar una realidad distinta a la que viven sus ciudadanos. Quizá por eso, en fin, en la misma encuesta de más de cincuenta mil entrevistados en todo el mundo se tacha a los políticos de “incompetentes”, “acaparadores”, “deshonestos” y “faltos de ética”.


Hace unos días, por ejemplo, tomó posesión en Sevilla el nuevo comisario provincial, Juan Rojo. Quizá porque Rojo es periodista además de poli, su discurso tuvo la extraña virtud de estar cargado de realidad, de contenido, de propuestas, de desafíos, de compromisos y de ilusiones. Cuando acabó el comisario, sólo hubo que esperar unos minutos para comprobar la vacuidad de los discursos oficiales. Tomó la palabra el delegado del Gobierno y volvimos a lo mismo. Nada, o sea.

Y eso que el comisario Rojo se limitó a constatar que “cada vez es más preocupante la desmesurada agresividad y violencia” juvenil; que “el vandalismo callejero ha pasado de una mera circunstancia social a convertirse en la actualidad en un fenómeno casi cultural” y que es “inquietante la precocidad con la que se adentran los jóvenes en el mundo de la delincuencia”. Convendría reflexionar sobre ese concepto de Juan Rojo, la violencia callejera como fenómeno cultural. Porque esa sí es la realidad que vivimos, la que se palpa a diario y que no surge de la nada, sino de desequilibrios caseros, como “el desarraigo familiar, el absentismo escolar y el rechazo y carencia de valores”.

La conocida encuesta del Foro de Davos lleva el significativo título de “The Voice of the People”. Con los resultados en la mano, el fundador del Foro, Klaus Schwab, afirmó que los líderes políticos “no pueden ignorar el ánimo de la gente”. Escuchar al pueblo. Como no parece previsible que suceda de inmediato, sugiero que, en esto, oigamos entre tanto a los comisarios.

6 Comments:

At 23 enero, 2006 09:37, Anonymous Anónimo said...

El europeo optimista era, casi seguro, un ciudadano "español".

 
At 23 enero, 2006 11:19, Anonymous Anónimo said...

Yo mantengo que no hay que ser ni optimistas ni pesimistas, sino realistas. Por eso hay que reconocer que la violencia callejera de la que habla el autor del blog no es algo español (seguro que algunos tambié le echan la culpa al gobierno socialista) sino que se trata de un fenomeno mundial, que en muchos casos puede caracterizar este nuevo comienzo de milenio. Yo no me atrevo a adelantar como sera el futuro, pero tengamos confianza. No optimismo o pesimismo, confianza.

Atentamente,

Honorato.

 
At 23 enero, 2006 17:55, Anonymous Anónimo said...

Querido Honorato, la mejor forma de evadir un problema es ocultándolo, ya sea por deformación (aumentando la lente hasta la globalidad); ya sea jugando con el lenguaje (ni optimismo, ni pesimismo, confianza en el futuro). Desgraciadamente mi rudimentario pensamiento no alcanza a distinguir, nítidamente, entre una persona que confia en el futuro y un optimista, ¿puede un pesimiesta confiar en el futuro?. Siempre supuse, craso error, que el futuro se construye por los seres humanos, que depende de sus actos. Puede que otros confien el futuro a la llegada del rey arturo, excalibur y la reina del lago; particularmente prefiero confiar, con un consciente optimismo, en la capacidad de mi especie para transformar la realidad de un mundo que sufre. Yo si aspiro a que los hombres y mujeres de hoy podamos decidir como será el futuro, un tiempo que depende de nuestra capacidad para trabajarlo. Me agrada tu concepción cristiana del tiempo, una linea recta que nos dirije, confiada y ciegamente, al reino de Dios.

 
At 23 enero, 2006 18:18, Anonymous Anónimo said...

Gorgias, no me vengas con las concepciones cristianas y del rey arturo, porque ni se trata de eso. Lo unico que intentaba decir antes es que cada tiempo tiene sus problemas, y parece bastante evidente, salvo para los que intentan sacar partido politico de todo, que uno de los males de estos tiempos, de este nuevo milenio, es la violencia callejera. ¿Podrías tu afirmar que se trata solo de un problema de España, de Andalucia o de Sevilla? Creo quew diras que no y, en consecuencia, deberias estar de acuerdo conmigo.

Atentamente,

Honorato.

 
At 23 enero, 2006 18:18, Anonymous Anónimo said...

Gorgias, no me vengas con las concepciones cristianas y del rey arturo, porque ni se trata de eso. Lo unico que intentaba decir antes es que cada tiempo tiene sus problemas, y parece bastante evidente, salvo para los que intentan sacar partido politico de todo, que uno de los males de estos tiempos, de este nuevo milenio, es la violencia callejera. ¿Podrías tu afirmar que se trata solo de un problema de España, de Andalucia o de Sevilla? Creo quew diras que no y, en consecuencia, deberias estar de acuerdo conmigo.

Atentamente,

Honorato.

 
At 23 enero, 2006 21:05, Anonymous Anónimo said...

Los problemas complejos no tienen soluciones simples.

 

Publicar un comentario

<< Home