El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

30 enero 2006

Asesinados



Fue un sentimiento disparatado. Un sinsentido que tendría que ver más con la perplejidad que con cualquier otra cosa. Fue aquella madrugada de enero, cuando el teléfono sonó para decir que habían encontrado los cadáveres de Alberto y de su mujer, Ascen. Ocurrió entonces que la primera angustia fue la de pensar en el frío de aquellos cuerpos, tirados en el asfalto, desde hacía horas, mientras llegaba el juez de guardia. Será la conmoción la que nos refugia en esas divagaciones absurdas. Treinta de enero de 1998. Llovía, como estos días. Agua helada y asfalto negro. La noche asesina dejó aquellos cuerpos tirados en la calle y ya nadie pudo detener el amanecer para sus tres hijos. Dos niñas y un niño, Alberto, como su padre. La mayor, ya es una adolescente.

He vuelto sobre mis pasos, para ver las crónicas de aquellos días. «Jiménez-Becerril y su esposa se despidieron como otros tantos jueves del mes, el único día que elegían para salir. Poco después de la una y media de la madrugada, se despidieron y se dirigieron solos a su domicilio. Dos disparos en la nuca, según reveló la autopsia. Los vecinos oyeron unas detonaciones, pero cuando se asomaron a la calle sólo había dos cuerpos sobre el asfalto».
Repasar los periódicos de otros años es como mirar las pisadas que vamos dejando en el camino. Mirar hacia atrás es tragar saliva para luchar contra el olvido. Mirar atrás es un rearme de argumentos contra esos que dicen que no se puede hacer política mirando a los muertos, que nada importa si se consigue la paz.

Hace poco, Joseba Arregi, que fue militante del PNV, descubrió a Teresa, «una abuela de Sevilla, y escuchándola hablar de su hijo Alberto, de su nuera, de sus nietos, uno se pregunta qué sentido tiene la tan traída y llevada frase de la política vasca según la cual el proyecto de ETA, de los asesinos de Alberto y Ascen, puede ser llevado a cabo por medios pacíficos. Uno se pregunta por el sentido de la frase tan contundente que se escucha en la política vasca de que, sin violencia, todos los proyectos políticos son igualmente legítimos. ¿Quién puede decir a esos tres hijos, que están creciendo sin padres porque fueron asesinados por ETA, que no importa?».

No hay paz sin justicia, claro. Ni la reinserción es posible sin perdón y arrepentimiento. Que la entrega de las armas no convierte a ETA en una organización ejemplar. Que un etarra excarcelado no es un ciudadano más. Que no se puede premiar a nadie por dejar de matar.
Yo entiendo a las familias de las víctimas del terrorismo porque, desde aquella madrugada fría de enero, hablar de ETA es recordar la vitalidad de Alberto, la sonrisa de su mujer, el despertar de sus tres hijos. No, claro, eso no se puede olvidar. Mucho menos este día. Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García Ortiz. Sus nombres deberían figurar hoy en una pancarta grande: Asesinados.

4 Comments:

At 31 enero, 2006 18:05, Anonymous Anónimo said...

Caraba, deberías ver un programa de la tele vasca que se llama Vaya Semanita, en serio, es divertido y te saldría un artículo cojonuda porque jamás aquí sería posible hablar de cachondeo del PSOE como allí lo hacen del PNV.
Calle Larios

 
At 31 enero, 2006 18:30, Anonymous Anónimo said...

Igual lo que voy a decir le sorprende a mas de uno en este Blog, pero me ha parecido bochornoso el espectaculo del alcalde de Sevilla con lo de dejar sin tomar la palabra a la hermana del concejal del PP que asesinó ETA. En serio, lo de este hombre no parece que sea normal. Me consta que son muchos en el PSOE los que critican al alcalde de Sevilla porque parece que se ha decidido a pisar todos los charcos, sin explicacion. Respaldo al presidente Zapatero en su intento por conseguir la paz en el País Vasco, por muchos que lo critique la derecha, pero la torpeza del alcalde de Sevilla, Monteserrín, no tiene ningún pase.

Atentamente.


Honorato.

 
At 31 enero, 2006 19:07, Anonymous Anónimo said...

Es lo que ocurre cuando el afan de servicio al amo no se adorna con la suficiente inteligencia. La acción de nuestro Alcalde muestra la altura intelectual y libertad de criterio que tienen algunos, normalmente los mejor situados, de los burocratas que estructuran los cuadros de los partidos, obsesionados con mantener su posición de privilegio.
El comportamiento criticado hoy por caraballo es una clase práctica de la teórica sobre el comportamiento de las élites en Andalucía.

 
At 01 febrero, 2006 18:27, Anonymous Anónimo said...

Es gratificante comprobar que a pesar de las diferencias ideologicas que se perciben en este blog, todos estemos de acuerdo en la defensa de la vida; en la defensa de la Democracia y de que las diferencias se solventan en las urnas,y no con la dialectica de las pistolas, el asesinato y el terror.

 

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