El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

28 noviembre 2005

Inopia


Algunos periódicos abrían ayer sus ediciones con un titular grandioso que buscaba el mármol de la trascendencia histórica: «Zapatero abre hoy la Alianza de Civilizaciones». Dicho así, sonaba a Gila, o sea: ‘Queda inaugurado el entendimiento en el mundo’. De todas formas, la verdad es que, con su formulación actual –ya estuvo en vigor en la ONU en el 2001, el año de las Torres Gemelas–, la Alianza de Civilizaciones es una idea con la que nadie puede estar en desacuerdo. ¿Quién no está a favor de «contrarrestar la influencia de los grupos que fomentan el extremismo y la exclusión de los que no comparten sus visiones del mundo»? Nadie, claro. Absténganse iluminados y fanáticos.
Con conceptos tan genéricos como estos, no será raro que al cabo de unos meses se apruebe un documento de consenso. Es más, lo difícil de entender es que se precisen varias reuniones para ello. De hecho, en esta Alianza de Civilizaciones no está previsto que se propongan medidas políticas o económicas concretas, porque eso pertenece a otros foros, como la Cumbre Euromediterránea contra el terrorismo y la inmigración ilegal que se celebra en Barcelona. Y ahí es donde el desacuerdo no sólo se hace patente a cada paso que se da, sino que se observa la peligrosa tendencia de algunos dirigentes políticos, entre ellos el presidente Zapatero, para no trascender de la generalidad de su Alianza de Civilizaciones.
Para apreciar el contraste entre la nada de estas cumbres y la realidad, conviene muchas veces mirar fuera. Por ejemplo, al rey de Jordania, Abdalá Bin Hussein, uno de los grandes ausentes de la cumbre de Barcelona. Hace unos días, tras el atentado de Ammán, afirmaba: «El problema está dentro del Islam. En las escuelas y en las mezquitas debe decirse que la ideología takfir –base ideológica de Al-Qaeda, la condena a muerte de los no creyentes– no representa al islam. Se trata no sólo de educar a los niños en las escuelas, sino de entrar en la sociedad en su conjunto». Eso, por ejemplo, no lo dirá jamás Zapatero. Ni la Alianza de Civilizaciones.
Lo malo de esto último es que, cuando un dirigente político se escuda en el consenso que suscitan las declaraciones de amor, sin implicarse más allá, lo que provoca es que los problemas se eternicen y se agraven. Que no basta decir que hay que luchar contra el hambre en el mundo, la inmigración y la pobreza. O contra el terrorismo, que es malo. Eso ya lo sabemos. Se trata de decir cómo, exactamente. Y da la impresión de que al presidente Zapatero, como a otros dirigentes políticos, le interesa estratégicamente mantenerse en esa inopia. Más cómodo, digamos.
La inopia, por ejemplo, de iniciar una Cumbre como la de Barcelona sobre inmigración sin pronunciar ni una palabra sobre esa patera que ha dejado una marea de muertos en Almería. Ni una mención, ni un minuto de silencio. Nada. Inopia. Como cadáveres flotando en el mar.


Publicado en EL MUNDO de Andalucía el 28 de noviembre de 2005

1 Comments:

At 29 noviembre, 2005 09:28, Blogger Canal Rancio Blog's said...

No se puede estar en desacuerdo con estas declaraciones aunque no digan nada. He aquí la clave del pensamiento progre de ZP. Todo muy de pegatina y de prosodia esdrújula. "La álianza de las cívilizaciones". Se pone el acento en dos sílabas para remarcar la nada. "Hay que sacar un acuerdo como sea". Eso es. Como sea. Lo demás es, como diría el también esdrújulo Góngora, humo, polvo, sombra, nada...

 

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