Cansancio
Oigo decir a unos periodistas catalanes, arte y parte en la cosa del Estatut, que los españoles no deberían desaprovechar la oportunidad que hoy les brinda el Congreso para «oír a Cataluña». Que todo el debate sobre las propuestas catalanas está distorsionado, que nadie se ha parado a entender las razones de Cataluña. Oigo decir a esos periodistas que en Cataluña existe «un sentimiento transversal» que nadie atiende. Un «cansancio fiscal» que es perceptible en toda la sociedad, en todos los partidos, en todos los sindicatos y en todos los empresarios. Que la solidaridad «tiene un límite en el tiempo».
Cansancio fiscal. Hace poco lo llamaban déficit fiscal, que eran términos más técnicos. Esto es más sentimental, denota ya hartazgo y agotamiento. Desgana. Después de 25 años de autonomía, Cataluña cree que ya está bien de financiar el subdesarrollo de los vecinos.Los oigo hablar y concluyo que será inevitable que hoy, en el Congreso, los andaluces salgan mal parados del debate. Otra vez estamos en lo mismo. El sino de Andalucía es el de tener que repetirse que no es verdad que sea la más torpe, la más vaga.Como dijo Arzalluz en 1993, cuando Cataluña reclamaba, entonces, la primera modificación del sistema de financiación para que se le cediera el 15% del IRPF: «Andalucía y Extremadura viven por encima de lo que fiscalmente producen. Eso se llama solidaridad cuando ayuda a desarrollarse, pero se llama egoísmo cuando lo que se quiere es vivir a costa de otros».
Los oigo hablar. Dicen que ha llegado la hora de oír a Cataluña y el ruido más atronador, sin embargo, es el silencio andaluz.Que la vocación andaluza nunca ha sido la de comunidad subvencionada.Deberían saber, por ejemplo, que la revolución industrial entró en España por Andalucía. El 6 de septiembre de 1826 se fundó en Málaga la primera industria siderúrgica de España. El empresario se llamaba Manuel Agustín Heredia y su fábrica, La Constancia.O sea, que ya le costaría.
La Constancia fracasó. Como los sucesivos intentos de industrialización en Andalucía. Todo lo contrario ocurría con el desarrollo industrial de Cataluña y el País Vasco. ¿Por qué? Numerosos estudios y publicaciones documentan cómo desde el siglo XVIII los planes de desarrollo van configurando a Andalucía como una «colonia interior» mientras se protege y refuerza los hierros vascos y los textiles catalanes.La existencia en Andalucía de una burguesía rentista y el arraigo, hasta nuestros días, de una clase dirigente caciquil, se han encargado del resto.
¿Cansancio fiscal ahora, después de tres siglos de reparto de papeles entre regiones ricas y regiones pobres? Dicen que ha llegado la hora de «oír a Cataluña». Y uno se pregunta, sin embargo, cuándo llegará la hora de que Cataluña o el País Vasco escuchen a los demás. Que tiene que acabarse este monólogo decimonónico que, hoy mismo, en el Congreso, volverá a llamarse diálogo.
Publicado en EL MUNDO de Andalucía el 2 de noviembre de 2005
2 Comments:
Caraballo:
Bienvenido a la blogosfera. Es un honor para mi estrenarla con el primer post.
Queda inaugurado este blog, todo un hito de la segunda modernización y de todas las modernizaciones que vengan, siempre y cuando, como es de rigor, vayan acompañadas de un ordinal.
Un abrazo.
Mi enhorabuena.
Seguiré esta bitácora andaluza con atención.
Saludos desde Granada
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