El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

03 noviembre 2008

Ruinas


Dice el presidente Chaves: «Si no se reforma el Palacio de San Telmo, se cae porque estaba prácticamente en ruinas»». Esto, en fin, no es verdad. O, por lo menos, no era el objetivo de las obras de restauración. Es más, todos los que hubieran podido visitar San Telmo hasta el verano de 2005 se extrañarán de la afirmación del presidente porque, ciertamente, San Telmo no tenía la apariencia de un edificio en ruinas; decenas de personas trabajaban allí a diario y no parecía que estuviera a punto de derrumbarse aquel palacio magnífico del barroco sevillano en el que conspiraba el duque de Montpensier, aquellos jardines en los que suspiraba su hija, María de las Mercedes, la dalia que cuidaba Sevilla.

Al arquitecto de la reforma, Guillermo Vázquez Consuegra, le preguntaron entonces y dijo: «Mi tarea es introducir una arquitectura invisible que sea capaz de sumar distintos episodios que son de épocas muy diversas». De hecho, la principal polémica de la obra se estableció porque las asociaciones conservacionistas de Sevilla se opusieron frontalmente a que el edifico se reformara para aumentar el número de oficinas y funcionarios y, sobre todo, se escandalizaron con el proyecto de construir en los jardines un aparcamiento subterráneo. «En cuanto a la propuesta del aparcamiento subterráneo, lamentamos que no se realice una propuesta menos agresiva y confiamos en que los restos arqueológicos que se puedan localizar tras una excavación sistemática, y no de urgencia, sean valorados convenientemente», alertaba la asociación Ben Baso en diciembre de 2004. Ahora, ya ven, aquellas advertencias, entonces ignoradas, se han transformado en los ‘imprevistos’ que provocan que la obra se haya disparado de presupuesto y de fecha. «Cuando San Telmo abra sus puertas a finales de 2008 se habrá convertido en un edificio completamente distinto al que se conocía en agosto de 2005, tras la inversión de 34,2 millones de euros», decía la propaganda de entonces. Pues ni una cosa ni otra.

Por eso, ahora, cuando el presidente Chaves se pone a acusar de demagogia a todos que critican esa reforma, lo único que se demuestra es que Chaves tiene un problema de conceptos o de personalidad. Le pasa lo mismo que con su patrimonio, que por narices quiere aparecer como el más pobre del Gobierno aunque haya consejeros que, con un origen más humilde, el mismo tiempo en política y un sueldo más bajo, multipliquen por mucho su exiguo capital de tres mil euros en el banco.

En el palacio de San Telmo, quiere aparentar lo mismo, que tenía el despacho en un edificio en ruinas, ay que pena, que ya lo vemos con cubos en el despacho para coger las goteras de la techumbre derruida. Y no. Todo es tan normal como la necesidad de restaurar un edificio valioso y, en su caso, si lo aprueba el Parlamento, edificar una vivienda para el presidente. Claridad, control del gasto y transparencia. Normalidad. Que todo sería más fácil si, alguna vez, el presidente no quisiera, al menos por una vez, ser ejemplo de humildad y sacrificio. La soberbia, presidente, eso sí que es una ruina.

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3 Comments:

At 04 noviembre, 2008 12:25, Blogger esceptika said...

Tiene unos antecedentes esta tropa como para echarse a temblar. El malevo ministro de Justicia y sus arreglitos del ático, Pepiño y su casoploncito en terrenos que, los dos kilos -de leuros, no de pelas- que se ha gastado el presidentillo gallego, los tuneos del otro nacionalista, el pisito zen de la ministra lerda...

Tiran con pólvora del rey. Lo der Chave ya es contumacia. Yo, porque no me cruzo con él, si no, cada vez que me lo encontrara echaría mano al monedero para darle cinco euros pa café. Ahora hay un pequeño, muy pequeño agravante y es que Expaña y el pueblo andaluz en particular andamos tiesos. Pero como él está acostumbrado a sus tres mil euritos en el banco, ya está acostumbrado a recortar gastitos los fines de mes.

Le digo a usted, guardia...

 
At 05 noviembre, 2008 07:57, Blogger Panduro said...

Que es por la dignidad del cargo, que no os enterais. Si por ellos fuera, se apañaban con cualquier cosilla, pero tienen que mirar por la dignidad del cargo. Aunque ello suponga sacrificar sus gustos sencillos y austeros.

¡Ay...!

 
At 05 noviembre, 2008 20:08, Blogger arquitectomirobenito said...

El mismo arquitecto que en la transición y los primeros años ´80 se erigía como defensor del patrimonio y criticaba los destrozos y atropellos del desarrollismo de los ´60 ...
Vivir para ver...

 

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