Patitos de goma
Hay veces que la actualidad se congela, como la escarcha helada con la que amanecen estos días de invierno. Incluso antes de salir de casa, ya se intuye al mirar por la ventana que el paisaje permanece inmóvil, detenido; las ramas desnudas de los árboles, la calma aparente de una mañana soleada, el cordón de humo que sale de las chimeneas, los hombres que avanzan por las aceras acurrucados, lentamente. Hay días así, detenidos, congelados, en los que las radios repiten las mismas noticias de ayer, los periódicos plagian sus propias crónicas y las televisiones difunden las mismas imágenes. Nada nuevo sucede porque todo permanece inmóvil, como el frío de los cristales de tu habitación.
Pasa la mañana detenida porque también la actualidad se ha congelado; las mentiras de Grecia, las limitaciones europeas, el vaivén de los mercados, las frustraciones europeas, las advertencias de Merkel, las incongruencias europeas. La sangre de Siria, los planes secretos en Israel, las bombas ocultas por fanáticos musulmanes; otra vez el aborto, otra vez los matrimonios gays, otra vez las disputas de educación, otra vez el Congreso, otra vez las mismas frases para justificar los mismos debates. Sonidos repetidos, imágenes calcadas. Esta foto de Garzón, por ejemplo, cuando abandona los juzgados, engominado y cabizbajo. ¿De cuándo es esta foto? ¿Cuántas veces se ha repetido? Ahí está el juez, cabalgando entre pancartas, con su falsa pose de hombre apenado, modesto, ajeno a las protestas encendidas que lo apoyan con insultos a sus compañeros. «España al revés, corruptos y fascistas hacen juzgar al juez». «El juez», dicen los manifestantes, en singular. Sólo un juez, Garzón. Todo lo demás, todos los demás, «corruptos y fascistas». La foto es de ayer, de la última sesión del segundo de los juicios al que se enfrenta el juez procesado, pero se trata, en realidad, de una imagen congelada, que nada aporta ya porque nada nuevo ofrece. Son los de siempre, con la vieja retahíla de siempre. Y ya produce hastío.
¿Y este recorte de prensa, cuántas veces lo has leído? Dicen en la ejecutiva del PSOE andaluz que ellos, los socialistas, «hemos sido los primeros en investigar, en denunciar, en colaborar con la Justicia y en conocer la verdad caiga quien caiga» y que «la política tiene que recuperar la dignidad perdida». Forma parte de un documento nuevo, sí, el futuro programa electoral, pero cuántas veces se ha machacado con el mismo falso argumentario. Falso porque nunca el PSOE denunció la trama de los ERE; ni el PSOE ni nadie del Gobierno andaluz. Corroborarlo sería tan fácil como mostrar en público el texto de la denuncia, cualquier día, en cualquier rueda de prensa. Pero no existe. Sencillamente, esa denuncia no existe, jamás se produjo. «La política tiene que recuperar la dignidad perdida», dicen quienes mienten en el enunciado de su programa y hasta la mentira sostenida, mantenida con desdén, provoca ya cansancio antes que irritación. También la mentira aparece esta mañana congelada tras los cristales.
Hace frío. Todo se repite hoy. Por eso, tendríamos que haber consagrado este día a las memorias de la becaria que Kennedy desvirgó en la Casa Blanca. Retozaban desnudos en la bañera, entre patitos de plástico y espuma de sales. Él le contaba historias de la Guerra Fría, y ella le sonreía con timidez. «Nunca le llamé por su nombre y nunca nos besamos». Era el presidente. Ahora pienso que ningún relato, ninguna noticia, ha retratado tan bien como esa becaria la fría distancia del poder. Esa rutina de cada día...
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