Estepona
Estepona es la capital política de España. No hay otra ciudad en la que se reflejen mejor los males profundos de la política española, los vicios que la consumen, la podredumbre que la carcome, el cainismo que la destruye. El absurdo de estos días, el esperpento cínico de los concejales del Partido Popular camuflando de planes de austeridad la estrategia de estrangulamiento del gobierno local, es el final, el acabose, pero si Estepona es hoy el símbolo de los peores vicios de la política española, no es sólo por estos estertores, sino por lo sucedido allí en los últimos cuatro años. Un despropósito del que pocos se libran.
Primero, quien gobierna de forma hegemónica en Andalucía, quienes dirigen aquí el Partido Socialista y han convertido el poder en su única ideología. Sólo si se considera que el PSOE andaluz está gobernado por la falta de escrúpulos se entenderá que hace cuatro años, cuando unos militantes de este partido en Estepona se dirigieron a la sede regional para denunciar la corrupción del alcalde Barrientos, la decisión fue silenciarlo, ignorarlo y volver a presentarlo en las elecciones municipales. La corrupción es responsabilidad exclusiva de quien la comete, y aun en el caso Astapa serán los tribunales quienes decidan si Barrientos y su pandilla cometieron algún delito. Pero la política se guía por parámetros distintos, exigencias éticas más elevadas que no se miden por el Código Penal, y la permisividad y la negligencia de las ejecutivas regional y provincial del PSOE en la corrupción de Estepona exigían la única respuesta democrática, disculpas públicas y dimisiones. Ni lo uno ni, por supuesto, lo otro.
Por esa razón, por la quiebra de ese principio elemental de transparencia y limpieza democrática, el ingreso en prisión de Barrientos, su salida del Ayuntamiento, no podía presuponer jamás la normalización del municipio: nada estable puede construirse sobre la ocultación, la complicidad y el engaño. Y es lo que ha ocurrido. Por muy buenas que fueran las intenciones del nuevo alcalde, David Valadez, el Partido Socialista no podía seguir gobernando Estepona como si nada hubiera ocurrido; no, la corrupción de Estepona implica penalmente sólo a los imputados, pero políticamente todo el PSOE es responsable por lo apuntado antes. Por muy buenas que pudieran ser las intenciones del nuevo alcalde, es una marioneta en manos de quienes antes apoyaron a Barrientos en el PSOE y ahora lo usan como parapeto de sus culpas.
Sostiene el Partido Popular, desde el principio, que la única salida razonable es la disolución del Ayuntamiento de Estepona, como ocurrió en Marbella, y la creación de una gestora municipal hasta las próximas elecciones municipales. Es así, es verdad, es, quizá, la única salida. Pero ante la negativa del Gobierno, la respuesta no puede ser lo de estos días, este frenesí de barbaridades plenarias, esta detestable conjunción de intereses entre concejales del Partido Popular, con imputados y expulsados de todas los procedencias, para asfixiar al alcalde suprimiendo hasta la tasa de basura, que debe ser el único impuesto asimilado por los ciudadanos. Qué imagen, qué triste espectáculo. Sí, no debe haber hoy otra ciudad en España en la que se reflejen mejor los despropósitos de la política. La corrupción, la mentira, la ambición desbordada, el cainismo… Estepona.
Etiquetas: Partido Popular, Política, PSOE
1 Comments:
Me gustan los artículos de Javier Caraballo , pero en este estoy en profundo desacuerdo, y creo que el autor se equivoca en lo mismo que otros, juzga la situación local con unos clichés que no se corresponden con la realidad
La palabra clave de la distorsión es cainismo, quizás muy apta para obtener partidarios entre los lectores, pero que induce a confusión.
. La actitud del PP no es de cainismo. El desastre de Estepona es responsabilidad absoluta del PSOE y la situación no se arregla con parches y voluntariosas llamadas a compartir el poder. Son cantos de cisne, el gran problema actual de Estepona es el plan de saneamiento, no realizado a pesar de los engaños de Valadez. ¿En que puede colaborar el PP, en llenarse de una mierda que no es suya?. La actitud del PP puede parecer sospechosa, como le parece a Caraballo, pero realmente solo ha hecho lo que defendía en las manifestación es de la plataforma vecinal, bajar los impuestos. ¿Es esto cainismo?. La otra medida, bajar lo sueldos al equipo de gobierno, me parece una medida ejemplar para evitar el bochorno de tránsfugas vendidos al mejor postor.
. Probablemente en Estepona en clientelismo y el despilfarro no sea superior al de otros muchos ayuntamiento, pero Astapa ha dejado a todos con el culo al aire, en este caso al PSOE. Tras Astapa se exigía al PSOE pedir perdón e intentar solución el estropicio, y solo hemos tenido un alcalde vesánico contras los imputados y nulo en la gestión económica. La mayoría de los socialistas de Estepona tienen como objetivo destrozar en lo político a Valadez. Quinas esto si sea cainismo, pues antes eran en teoría hermanos
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