El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

13 agosto 2008

Carnés

He contado alguna vez aquella broma sublime, histórica, que se ideó en Diario 16, en pleno felipismo, cuando un Día de los Inocentes se publicó en portada que el PSOE, ante la demanda existente, comenzaría a vender los carnés de militancia en los estancos. El cabreo sordo de los barandas sociatas es fácil de calcular: si hubieran podido cerrar aquel mismo día el periódico, lo hubieran hecho. Lo consiguieron unos años más tarde, es verdad, pero luego les nació EL MUNDO. En fin, que el cabreo aquel no era por la broma en sí, sino porque la gente lo entendió como una noticia cierta. A nadie le extrañaba que el Gobierno socialista comenzara a vender los carnés en los estancos, como el tabaco, el bonobús, los sellos y las pólizas.

—‘Déme un cartón de ducados, tres carnés del PSOE y dos sellos para provincias’.

Nadie creyó que aquella noticia era una broma porque hacía ya mucho tiempo que el carné del PSOE era un trámite más para conseguir un contrato en el Ayuntamiento, para ascender en el hospital o en la Administración, para entrar de interino en una Diputación y ganar, muy pocos años después, unas oposiciones restringidas de funcionarios. El carné del PSOE como salvoconducto ante un gobierno que entendió desde el primer día que las redes clientelares eran una malla de seguridad electoral, una garantía para afrontar las elecciones sin temer la derrota.

Ahora, el ejemplo del antiguo presidente del comité del empresa de Delphi, Antonio Pina, nos recuerda la importancia que sigue teniendo en España el carné del PSOE. Se cierra la fábrica, se quedan todos en paro y lo que hace el representante de los trabajadores es sacarse el carné del PSOE.

Con ese gesto de Pina se redondea de forma espectacular la estrategia que ha seguido el Gobierno andaluz para anular cualquier efecto negativo de la crisis de Delphi. La trayectoria descrita en este año comienza con la ocultación del cierre. Como se supo después, la multinacional Delphi comunicó al Gobierno andaluz su decisión de cerrar su factoría de Puerto Real y, ante el impacto de la medida, por lo que se optó es por el silencio. ‘La crisis no existe’, primer precepto del manual.

Luego, cuando la fábrica se cerró, el Gobierno andaluz se comprometió a aprobar –segundo precepto– un plan de choque. Se aprobaron planes especiales en el Consejo de Ministros y en el Consejo de Gobierno andaluz y se prometieron abultadas cifras de inversión en la deprimida Bahía. «Paciencia», clamaba Zapatero y la Junta anunciaba la llegada inminente de de tres, cuatro o cinco empresas dispuestas a instalarse en la Bahía. Para la antología de la contradicción, dejaron dicho que «el cierre es una gran oportunidad para Cádiz». Y que los despedidos de Delphi no eran desempleados, sino «parados con perspectiva».

No han llegado las empresas, como puede verse, pero sí las ayudas al desempleo que cobran todos los despedidos. Cuando el conflicto esté lejano, las ayudas dejarán de llegar y cualquier protesta por lo ocurrido se habrá convertido en un anacronismo, lamentos a destiempo. Quizá por eso se anticipa Antonio Pina: «Déme tres carnés del PSOE y dos paquetes de pipas».

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5 Comments:

At 13 agosto, 2008 14:06, Blogger esceptika said...

Por repetido no es menos cierto lo de convertir la facción andaluza de un partido , hoy casi descoyuntado en España, en un régimen, que curiosamente ya no terminaría en OE, sino en A: P.R.I.S.A. (Partido Recurrente Inamovible, Sociedad Anónima).

Su Consejo de administración es potente y sus accionistas viven en "Un mundo feliz", en que solo ellos son alfa.

Los betagaviotas y las últimas tablas de los dos naufragios menores son solo los espectadores mudos de un bergantín, ojo al dato, bergantín, que surca airoso en soledad la mar serena. Mecachis.

 
At 14 agosto, 2008 00:04, Blogger Anaroski said...

Viví en primera persona la pesadilla de Delphi, gracias a Dios mi marido trabaja, no se fió, luché, para ser insultada, llamada facha, ridiculizada, al final el tiempo me ha dado totalmente la razón, ojalá me hubiera equivocado.

Buenas noches.

 
At 14 agosto, 2008 02:26, Blogger Pasión said...

Somos muchas mujeres que por defender nuestros intereses familiares, nos han llamado fachas.

Mujeres, por cierto, sencillas, simpáticas y muy liberales, pero en España, y ¡qué podemos decir en Andalucía!, es todavía muy difícil. A ver si un día nos quitamos esta Loza que ya nos pesa.

 
At 16 agosto, 2008 13:15, Blogger esceptika said...

Dios, qué satisfacción, tres comentarios hechos por mujeres...

Sobre tus insultos, Anaroski -mucha salud para ver crecer a esos tres preciosos pimpollos- lo de facha es un insulto que solo usan quienes todos sabemos.

Salvo muy pocos extremistas, por fortuna hoy en España no quedan fachas ni rojos, aunque los rosas muy pálidos presuman de tales.

Si se precisara un calificativo para más de tres y más de cuatro que yo me sé, les llamaría ¡bolcheviques! porque han suprimido muchas libertades.

Y perdona, Pasión, pero lo mío por la ortografía es una pesadilla. Loza y losa. Losa es la que cubre allá en el valle de los caídos la tumba de quien dijimos. Loza es la filigrana que sale de la Cartuja ex Pickman o de tantos alfareros anónimos.

Un beso para tod@ quien lo quiera.

 
At 17 agosto, 2008 03:00, Blogger Pasión said...

Amiga esptika: si para usted es una pesadilla, para mí, sólo representa una PROFESORA, que todos los días me corregía.

Loza y losa: ¡ay!. Yo, no he vivido el franquismo. Como tantas Mujeres. Éso deberíamos OLVIDARLO.

Pero nunca olvidaré a mi Padre que TRABAJABA, en LOS ASTILLEROS ESPAÑOLES, que se casó: "con una burra, que venía de los Pueblos", y ésta Burra sigue ERRE QUE ERRE.

 

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