Río Grande
«No sé si has visto Río Grande, la impresionante película de John Ford. ¿No te acuerdas? En fin, es un clásico que se me ha venido a la cabeza cuando me has preguntado por la transferencia del Guadalquivir, nuestro río grande. En esa película, hay un diálogo algo cómico cuando Maureen O’Hara, al pasar junto al actor Victor McLaglen, le dice a John Wayne: «ya veo que el pirómano sigue contigo». La cuestión es que no sé por qué se me ha venido a la cabeza esa escena de la película de Ford cuando me has preguntado. O tal vez sí, porque ahora que lo pienso podemos encontrar muchas similitudes con esas batallitas del oeste y, sobre todo, con los pirómanos dirigidos por los comandantes. Para mí, en definitiva, hoy es un día triste porque se va a trocear una Confederación Hidrográfica que era modélica en su funcionamiento».
«No he encontrado a casi nadie aquí dentro que esté contento con esa transferencia, con que el poder pase a manos de la Junta de Andalucía. Las autonomías siguen haciendo de pirómanos del Estado, de las cuestiones comunes que tendrían que reservarse para el Estado, y que se transfieren sin pensar en lo elemental: ¿Se va a mejorar la gestión de la cuenca? A la vista de lo que ha ocurrido hasta ahora, lo tengo claro: No. Fíjate en las cuencas que ya están transferidas; se está convirtiendo en un caos hasta el cobro de los cánones del agua».
«Que no es hablar por hablar, que lo que nos tememos es que, de forma más o menos inmediata, la Confederación comience a politizarse en detrimento de la calidad de la gestión. Lo uno lleva a lo otro, los políticos de la Junta van ocupando los puestos técnicos y el modelo de gestión se convierte en otra cosa. Eso sí, lo primero para la Junta es la estrategia de comunicación. Asume las confederaciones, las cambia de nombre, coloca a los suyos y, cuando necesita hacer inversiones, sigue pidiéndole dinero al Estado. Y si antes se llamaba, por ejemplo, ‘Confederación del Sur’, ahora se llama ‘Confederación Mediterránea’. Y la otra, Confederación Atlántica. A la del Guadalquivir igual hasta son capaces de cambiarle el nombre. ‘Confederación Vehicular’, les sugeriría yo. Igual les gusta».
«Que no es hablar por hablar, que lo que nos tememos es que, de forma más o menos inmediata, la Confederación comience a politizarse en detrimento de la calidad de la gestión. Lo uno lleva a lo otro, los políticos de la Junta van ocupando los puestos técnicos y el modelo de gestión se convierte en otra cosa. Eso sí, lo primero para la Junta es la estrategia de comunicación. Asume las confederaciones, las cambia de nombre, coloca a los suyos y, cuando necesita hacer inversiones, sigue pidiéndole dinero al Estado. Y si antes se llamaba, por ejemplo, ‘Confederación del Sur’, ahora se llama ‘Confederación Mediterránea’. Y la otra, Confederación Atlántica. A la del Guadalquivir igual hasta son capaces de cambiarle el nombre. ‘Confederación Vehicular’, les sugeriría yo. Igual les gusta».
«Pero lo que yo te pregunto es si para eso, para que Chaves o Zarrías tengan más poder, merece la pena trocear la Confederación del Guadalquivir, porque varios embalses siguen dependiendo de Madrid, y acabar con la lógica que impuso la Constitución, que cuando una cuenca hidrográfica recorre varias comunidades la competencia exclusiva es del Estado. Insisto, no se trata de ser más autonomista o menos, es una cuestión de eficacia, de gestión. Sólo tienes que fijarte que cuando se anuncia la transferencia de una cuenca, todos se echan a temblar, los ecologistas, los regantes y, junto a ellos, los funcionarios. ¿Por qué será? De hecho, es posible que en esto sea en lo único que están todos de acuerdo. Pero como en la película de Ford, el pirómano del Estado sigue suelto. Aquí ya estamos esperando que llegue John Wayne».
Etiquetas: Andalucía, Autonomías, España
1 Comments:
Javier, necesitamos el DNI de Castellano. Habla con Contreras.
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