Juan Carlos I
Nació una frase como un lamento, como un grito de todos, como un golpetazo en la mesa. Nació una frase para definir un momento, para decir basta, para ponernos a todos detrás de cuatro palabras, para acompañar un desplante con el ruidoso asentimiento anónimo de cientos, de miles, de millones. Nació una frase como un volcán, como nace un mito, como crece una leyenda. Estábamos ayunos de frases acaso porque sólo tenemos líderes de lo previsible, y nada hay de emoción ni de encanto en la cantinela repetida, en los finales conocidos. Nació una frase que, sin decir nada, expresa lo que todo el mundo ansiaba. El silencio relajado que sucede al ruido de una verborrea insoportable. “¿Por qué no te callas?”. ¡Qué falta estaba haciendo!
Nació una frase porque la historia está hecha de hombres y mujeres que van dejando muecas en el camino con frases que perduran más allá de sus vidas. Quienes quieren pasar a la historia más allá de los nombres tienen la obligación de inscribir una frase con la que se identifique un pueblo, hacer de las palabras un cristal en el que todos se vean reflejados. Nació una frase y cada palabra retumbaba con mármol de posteridad, con el eco infinito de la modernidad, con la reiteración incontrolable de esta aldea global que se cita cada mañana en la plaza del mercado de internet. Nació una frase para hacerse inmortal en los blogueros, para multiplicarse en los videos del you tube, para exponerse a todos, para romper el estanque indeciso de una pedrada cuyas ondas no terminan jamás. “¿Por qué no te callas?”. ¡Qué falta estaba haciendo!
Nació una frase para que se sonrojen todas las estrellas efímeras del universo de las obviedades, para subrayar que también en democracia todo tiene un límite, para cortar de raíz la provocación sin final. Nació una frase para desnudar al dictador de ropajes populistas, para desbaratar la insoportable verborrea de la demagogia bananera. Nació una frase para poner a cada cual en su sitio, para apuntalar la democracia y enseñarle a los profetas del talante y a los augures de la dureza que la libertad no puede caminar si no se apoya simultáneamente en el diálogo y en la autoridad. Independencia en el pensar, respeto en el decir. Nació una frase para poner las cosas en su sitio, para multiplicarse siempre, para abrir un momento de sensatez. “¿Por qué no te callas?”. ¡Qué falta estaba haciendo!
Nació una frase para alzar un pedestal, para cincelar un liderazgo, para asentar una monarquía. Nació una frase y todo el mundo sabe ya que, cuando todos estemos muertos, quedará la frase para definir un reinado. Otto Von Bismark fue quien dijo que la política no es una ciencia, sino un arte. El arte de entusiasmar, de ilusionar, de representar a un pueblo. El arte de expresar con una frase un sentimiento de millones. “¿Por qué no te callas?”. Y todos hubiésemos dicho lo mismo en ese instante. Ese es el arte de la política. Con una sola frase. ¡Qué falta estaba haciendo! Juan Carlos I, Rey de los momentos cruciales.
Nació una frase porque la historia está hecha de hombres y mujeres que van dejando muecas en el camino con frases que perduran más allá de sus vidas. Quienes quieren pasar a la historia más allá de los nombres tienen la obligación de inscribir una frase con la que se identifique un pueblo, hacer de las palabras un cristal en el que todos se vean reflejados. Nació una frase y cada palabra retumbaba con mármol de posteridad, con el eco infinito de la modernidad, con la reiteración incontrolable de esta aldea global que se cita cada mañana en la plaza del mercado de internet. Nació una frase para hacerse inmortal en los blogueros, para multiplicarse en los videos del you tube, para exponerse a todos, para romper el estanque indeciso de una pedrada cuyas ondas no terminan jamás. “¿Por qué no te callas?”. ¡Qué falta estaba haciendo!
Nació una frase para que se sonrojen todas las estrellas efímeras del universo de las obviedades, para subrayar que también en democracia todo tiene un límite, para cortar de raíz la provocación sin final. Nació una frase para desnudar al dictador de ropajes populistas, para desbaratar la insoportable verborrea de la demagogia bananera. Nació una frase para poner a cada cual en su sitio, para apuntalar la democracia y enseñarle a los profetas del talante y a los augures de la dureza que la libertad no puede caminar si no se apoya simultáneamente en el diálogo y en la autoridad. Independencia en el pensar, respeto en el decir. Nació una frase para poner las cosas en su sitio, para multiplicarse siempre, para abrir un momento de sensatez. “¿Por qué no te callas?”. ¡Qué falta estaba haciendo!
Nació una frase para alzar un pedestal, para cincelar un liderazgo, para asentar una monarquía. Nació una frase y todo el mundo sabe ya que, cuando todos estemos muertos, quedará la frase para definir un reinado. Otto Von Bismark fue quien dijo que la política no es una ciencia, sino un arte. El arte de entusiasmar, de ilusionar, de representar a un pueblo. El arte de expresar con una frase un sentimiento de millones. “¿Por qué no te callas?”. Y todos hubiésemos dicho lo mismo en ese instante. Ese es el arte de la política. Con una sola frase. ¡Qué falta estaba haciendo! Juan Carlos I, Rey de los momentos cruciales.
Etiquetas: España, Sociedad Varios
9 Comments:
Que oportunidad ha perdido el PP para quedarse calladito, en vez de una vez más intentar sacar tajada política de lo ocurrido. Que imagen van dando, por un lado Aznar felicita a Zapatero y por otro Rajoy va y lo critica...
Querido anónimo: que lo cortés no quita lo valiente. El PP critica el suceso porque los amigos de Zapatero son esta patrulla de dictadorzuelos y de esta relación tan negativa para España vienen estos lodos. La izquierda vitupera a Aznar continuamente porque piensa que tienen rédito electoral. "Aznar es un maldito" y su brazo mediático obedece y divulga fielmente la consigna. Pero cuando se topa, nos topamos, con los verdaderos fascistas, vemos que el discurso que llama día a día fascitas a Aznar y a los populares se cae. Zapatero se pone institucional y defiende a Aznar ante Chavez, pero cuántas veces le ha reído la gracia, cuántas ha permitido el insulto al expresidente del gobierno.Así que de oportunidad perdida pues nones. Muy al contrario: a seguir denunciando la política internacional errática de Zapatero.
"El Rey acaba de reconciliar con la Monarquía a no sé cuántos escépticos e ideológicamente pro-republicanos, igual que hizo durante la Transición y tras el golpe de Estado del 23-F.
Es el único que en una semana se atreve a tocarles las narices y poner en su sitio a dos jefes de Estado con unas concepciones de la Democracia bastante discutibles como Mohammed VI y Hugo Chávez, y que a pesar de ello han sido y son muy bien tratados (demasiado bien, yo diría que hasta con veneración) por nuestros representantes elegidos en las urnas".
Lo ha dicho Diazpe (www.diazpe.com) y yo lo comparto.
Lo mejor de "el gran diazpe" es que nos permite descubrir lo que el llama un bocazas. Yo me atrevo a llamarlo también una desgracia para Venezuela.
Me ha parecido muy acertado lo de que Juan Carlos I pasará a la historia como el Rey de los momentos cruciales.
Lo cierto es que tal y como estaba el patio de revuelto para la monarquía española, me parece que el Rey ha decidido dejar de morderse la lengua durante más tiempo. Esperemos que a partir de ahora le tengan más respeto los diversos soplagaitas que desgraciadamente abundan en la política española. Para que siga la racha, podría comenzar con repetir la acertada visita a Ceuta y Melilla, por lo menos, una vez al año.
Ha sido muy gracioso contemplar como Zp (por una vez en su vida) actuaba al servicio de los intereses de los españoles y justo en ese momento...¡zas! aparece en escena el Rey y lo eclipsa por completo.
Del mismo modo, sería bueno que esta machada de nuestro Jefe de Estado sirva para que los socialistas recapaciten acerca de cuáles deben ser los amigos de España en el panorama internacional.
Con esta oposicion no hacen falta elecciones en Marzo.
Vaya, que sorpresa, cuanto monarquico. Ahora resulta que cuando S. M. el Rey se comporta como debe le llueves de palos desde el centro-derecha, desde el centro izquierda y desde Losantos y ahora que ha metido la pata, dando una pobre imagen, contestando en la misma medida que el patán de Venezuela. En vez de argumentos, vituperios, en vez de serenidaZ (jejeje), ira incontenida y la culpa de ZP, ya ves, ¿la culpa es algo?.
Seguire admirando a Juan Carlos I a pesar de todo.
Aclárate Salvador... Dinos cuándo hay que aplaudir al rey y cuando no y los que no tenemos la clarividencia que tienes tú no meteremos la pata aplaudiendo salidas de tono.
Tu mismo te contestas (aplaudiendo salidas de tono)y aun me pides que me aclare..?
Ante la Chabacanería de Chavez se usa la educación y un ¿Por qué no te callas? no es lo mas apropiado a mi juicio.
Zapatero (BIEN); Juan Carlos I (MAL); Rajoy (MUY MAL); Aznar (NO SE QUIEN ES)
Apuesto lo que quieras a que España acaba pidiéndole disculpas a Chávez, o dándole algún tipo de prerrogativa o milmillonaria ayuda en concepto de "desagravio".
Nuestra política exterior es lamentable.
Saludos.
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