Concilio
El cura Javierre, mi admirado José María Javierre, le ha dicho a Paco Robles en estas páginas que «lo que le está haciendo falta al PSOE es pasar por un Concilio, como hizo la Iglesia en los años sesenta». «El PSOE –añade– no ha hecho examen de futuro y no se desprenden de esa cáscara que los envuelve».
Como ya no se sabe con certeza hasta dónde es capaz de estrechar la izquierda su círculo de tiza, ése que dibuja cada día al su alrededor para remarcar que todos los de fuera son unos fascistas, no podemos precisar si para el PSOE actual el cura Javierre será una voz autorizada o si, fatalmente, ha ingresado ya en la caverna reaccionaria.
De todas formas, sepan que si nuestro Charles Foster Kane tuviera los galones de Javierre en la lucha contra la Dictadura, ya hubieran aprobado una ley en España para que fuera obligatorio una peregrinación anual hasta su despacho de mandamás de Prisa. Javierre sí que peleó por la democracia; Javierre sí que se jugó el tipo como director de periódico. A Javierre lo persiguieron hasta que lo echaron, y se fue con lo puesto. Tal y como sigue en la actualidad.
La cuestión, en fin, es que, al margen de su lucha en aquellos años, nadie en su sano juicio se atrevería a dudar de Javierre por la sencilla razón de que es un tipo admirable. Y esta idea suya de que al PSOE le está haciendo falta un Concilio es muy oportuna. Como la democracia interna no funciona, estaría bien que el PSOE reuniera en plan Concilio a todos los socialistas. Es decir, que, por un instante, el PSOE deje de oírse a sí mismo, a su burguesía progre y su nutrida clac de prensa. Y que contemplen el abismo que separa ‘La Internacional’ de esta defensa del nacionalismo, de sus privilegios antiguos.
La cuestión, en fin, es que, al margen de su lucha en aquellos años, nadie en su sano juicio se atrevería a dudar de Javierre por la sencilla razón de que es un tipo admirable. Y esta idea suya de que al PSOE le está haciendo falta un Concilio es muy oportuna. Como la democracia interna no funciona, estaría bien que el PSOE reuniera en plan Concilio a todos los socialistas. Es decir, que, por un instante, el PSOE deje de oírse a sí mismo, a su burguesía progre y su nutrida clac de prensa. Y que contemplen el abismo que separa ‘La Internacional’ de esta defensa del nacionalismo, de sus privilegios antiguos.
Pero no sucederá, Javierre. Hay un libro de Tom Burns Marañón, «Conversaciones sobre el Socialismo», en el que Julio Feo, cerebro del marketing del PSOE en los ochenta, afirma que el triunfo de Felipe González se debe, sobre todo, a que «descubrimos que la gente le tenía tanto rechazo al saludo fascista como al puño en alto; le tenían tanto rechazo al franquismo como a la Guerra Civil. Y entonces había que romper con eso». Pasados los años, en el PSOE han debido llegar a la conclusión de que, una vez que ellos consiguieron romper con el franquismo y con el puño en alto, su única ocupación ahora consiste en impedir que el PP rompa alguna vez con la Dictadura; que el personal no deje nunca de relacionar a la derecha española con Franco y con la Guerra Civil. Con eso, todo ganado. No hay que pensar mas, les va muy bien así.
Y en esa estamos. Pero es verdad que el «aggiornamento», la puesta al día que se marcó la Iglesia en el Concilio Vaticano II, es urgente en el PSOE. Y no sólo por este partido, sino por la sociedad española, que es la que soporta la tensión permanente de esta alocada estrategia socialista.
Etiquetas: Partido Popular, Política, PSOE
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