El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

30 enero 2007

Religiones


Los musulmanes andaluces, y quizá también españoles, están convocados el jueves a una ‘jornada de rezo especial’ en Córdoba. Otra. Esta vez, ha sido la Fundación islámica Ávalon la que ha convocado a los fieles para que se sumen el uno de febrero a una “oración interreligiosa” frente a la Mezquita. En el mismo camino ideológico que el ‘Diálogo de Civilizaciones’, esta fundación considera que es inexcusable que se imponga un ‘Diálogo entre Religiones’.

En una carta que han colgado en la página web del Islam lo explican con claridad: “Las sucesivas oleadas de emigrantes nos sitúan ante un hecho insoslayable: que cristianos y musulmanes vamos a tener que coexistir durante mucho tiempo en Europa, guste o no la idea. Y, si queremos evitar un clima social enrarecido con fobias y discriminaciones, con malestar social e incluso enfrentamientos violentos, convendrá que los representantes de ambas religiones, los más moderados y tolerantes, inicien conversaciones regulares con el fin de aliviar la situación y de favorecer el encuentro pacífico y fraterno entre sus fieles”.

Anotemos lo primordial: “Si queremos evitar un clima social enrarecido, incluso enfrentamientos violentos”. Es importante resaltarlo porque, incluso si uno defiende que los musulmanes puedan entrar a rezar en la mezquita de Córdoba o en la Alhambra de Granada, los promotores de estas iniciativas vuelven a perder de vista lo fundamental, que para evitar climas enrarecidos, enfrentamientos violentos y fobias diversas, lo esencial no es ese barullo de inciensos que se propone, sino que se acepte el papel que tienen las religiones en Europa.

Ninguna operación de propaganda de ‘diálogo entre religiones’ va a resolver la cuestión fundamental de este debate, porque el origen de los posibles enfrentamientos no es otro que el predominio de los estados clericales en la cultura musulmana, incluso en las democracias aparentes como la marroquí. Son estados laicos, los que necesita el Islam. Y derechos universales e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Es libertad de expresión y de publicación, sin censuras ni condenas ni yihad, lo que hace falta en la cultura islámica.

Y cuando todos los musulmanes que lleguen en oleadas asuman que su establecimiento en Europa implica arrinconar la religión al espacio de la libertad personal, se estará evitando un clima social enrarecido. Y cuando los imanes no busquen un protagonismo público distinto al que vemos en los sacerdotes católicos, se estarán evitando las fobias. Y cuando de la mentalidad islámica, en su conjunto, desaparezcan los estados clericales, se habrá eliminado el mal mayor.

Lo que hay que esperar de los musulmanes tolerantes no son jornadas de rezo, sino que insistan todos los días en los pasos que tiene que dar su religión para superar el retraso secular que padece en derechos y libertades. Esos pasos ya los dio hace mucho tiempo la religión católica.

Vivir en Europa implica una forma de vida. Para coexistir, ésa es la mejor fórmula.



Ilustración: www.worldproutassembly.org/images/burka_gradu...