Mad Max
El futuro que un día imaginamos sólo se está cumpliendo con la deshumanización de la sociedad. Es la crueldad de aquellas historias de ficción, de aquellos mundos cinematográficos que, hace treinta o cuarenta años, jamás pensamos que pudieran llegar hasta nuestras calles. Soñábamos con un futuro de robots y seres andróginos, de plataformas espaciales y coches volando por grandes avenidas en el cielo de las ciudades. Píldoras de alimentación y sexo programado. Una vida ordenada, aburrida y extraterrestre que se imponía en el nuevo milenio a un submundo de miserias, crímenes y opresión, al estilo de Mel Gibson y Tina Turner en Mad Max. Ciudades de neón en medio del desierto.
Avanzamos, claro, y, a la par, confirmamos la tendencia inexorable de la sociedad hacia la deshumanización. El primer síntoma es la increíble capacidad de adaptación, de asimilación, ante los sucesos más cruentos. Como el cadáver que unos niños se han encontrado en la desembocadura de un desagüe municipal en Vícar. Un inmigrante del Este. Asesinado o muerto de asco. Allí se quedó, parando con su carne muerta las aguas podridas de la ciudad. Hasta que un niño fue a buscar su pelota y lo encontró. ¿En cuántas películas habremos visto una escena así? O el tipo que ayer apareció flotando en el mar, junto al muelle de Chipiona. Un cadáver canijo, con un golpe en la cabeza. ¿Será verdad que ya operan por aquí asesinos a sueldo, capaces de liquidar a un tipo por dos o tres mil euros? Como un servicio más, como otra franquicia extranjera.
Será, en fin, que el futuro nos está llegando como uno de esos chistes del que tienen que contarnos dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que el futuro ya está aquí, la mala es que lo primero que van a llegar son los problemas. Por eso dicen los guardia civiles del Sindicato Unificado (ilegal y persistente) que España se ha convertido «en el paraíso de las mafias internacionales de crimen y delincuencia». Y sobre todo, Andalucía, donde los robos con violencia experimentaron en el último año una subida del 189 por ciento, mientras que en España la media fue del 5,60 por ciento. ¿Será verdad? ¿Cómo puede ser tan trágico el destino que la única vez que Andalucía supera la media en una estadística, y rompemos todos los moldes, se trata de la estadística de la delincuencia?
Imaginamos el futuro, leímos y soñamos mundos extraños. Pensamos que se había evitado aquella visión tenebrosa de Orwell, la sociedad totalitaria, la opresión del poder omnímodo, la falta de libertad. Soñamos con el futuro y lo que nadie nos avisó es que lo primero en implantarse sería la deshumanización. Esta angustia sobrevenida, inesperada, que llega de pronto cuando un cadáver aparece en una cloaca y no nos llama la atención. En ese instante, ese cadáver sin identificar, que nadie reclama y que nadie espera, se convierte en una señal de alarma, una voz. Porque el futuro también se puede conquistar.
3 Comments:
Si y no, Javier. Está claro que ya no vivimos en el mismo pueblo. Antes para ver a un ucraniano, vivo o muerto, tenías que ir al cine de verano cuando echaban 'La venganza de los hijos de Taras Bulba'. Pero muertos en medio de la calle si que vimos, ¿no te acuerdas de la Lirio en medio de la calle Mairena, o de las últimas ferias en el castillo? El Meaita o el Puerto no te sacaban una navaja por dos o tres mil euros, te la sacaban gratis. El primer griego que ví lo sacaron los bomberos, muerto de más de una semana, de un piso en la calle La Mina.
Es cierto es que antes conocías a los muertos y a los delincuentes, y a sus familias. Y teníamos veinte años menos.
Se pierden algunas cosas, se ganan otras y, yo al menos, no tengo perspectiva suficiente para hacer un balance.
De todas formas es necesaria la denuncia que haces. Y ánimo, que últimamente te noto algo tristón.
Pues yo no lo veo tristón, lo veo más bien lúcido. Los últimos artículos han sido brillantes, el de la "Juani", o el de las mujeres maltratadas son "trozos de literatura al servicio del bien social", esto último me ha salido un poco cursi pero no se me ocurre mejor manera de escribirlo. Es evidente que no tengo el talento de nuestro anfitrión.
Pero dejemos el "boin, boin..." para los expertos, que en los definidos por Paco Robles como los "manolitarios" los hay a montones.
El post de hoy me ha recordado aquella campaña electoral en la que aparecía el dibujo de Felipe González, joven y con camisa de cuadros, en un cartel que representaba una ciudad verde, muy verde, con niños jugando en parques y cometas volando en una brisa primaveral, nos prometía una España tan atractiva...
Después vino todo lo que ya sabemos. ¿Hay que repetirlo?.
Gracias a tipos como Caraballo no se nos olvida. Gracias maestro.
P.S. ¿Hay alguna posibilidad de recuperar para este blog el artículo que publicó en El Mundo la profesora Barbara Royo sobre el tema de la mujeres maltratadas?. Creo que explicaba de forma clara lo que pretendí decir en mi comentario de hace unos días.
Javier:
Como puedes comprobar en http://www.blogperiodistas.com/, te hemos reservado un espacio destacado entre los bloggers de habla hispana. Blogperiodistas es un esfuerzo más de la fundación Tercer Milenio, que presido, por fortalecer la comunicación y la democracia, a través de la comunicación de los bloggers. Hemos unido en un portal a todos los periodistas de habla hispana que escriben blogs. Me gustaría conocer tu opinión sobre esta iniciativa.
Un cordial saludo.
Francisco Rubiales http://www.votoenblanco.com
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