El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

04 diciembre 2006

Impúdicos



En Almería, el personal socialista siempre ha tenido una propensión grande por sacársela y mearse en todo. Será que cuando no se tiene el control de todo, como en esta provincia, lo suyo es exhibirse con demostraciones impúdicas de poder. Acostumbrados a la hegemonía en toda Andalucía, no se entiende esta resistencia histórica de los almerienses. Desde la Transición, siempre dando la nota. Quizá por eso, el PSOE se encuentra aquí con la necesidad de demostrar quien manda de verdad. De subirse a un cerro de Los Filabres, agarrarse la entrepierna y soltar una carcajada. Esto es lo que hay.

No existen barreras de ética ni principios para diferenciar lo que se puede y lo que no se puede hacer. Como aquella vez con los Gal, con Pepe Barrionuevo. El PSOE se movilizó en toda España, pero sobre todo en Almería. No faltaban los autobuses hasta la cárcel de Guadalajara cuando el ex ministro fue condenado a trece años de cárcel por el secuestro de Marey. «Pepe es inocente, es víctima de un brutal linchamiento».

Si los tribunales lo procesan, se le nombra hijo predilecto. Si los tribunales lo condenan, se pide el indulto. Si los tribunales lo encarcelan, se protesta a diario. Porque el problema no es el Gal, sino la sentencia, la agresión judicial, la condena injusta e inquisitorial del Tribunal Supremo. Hasta montaron una plataforma. «Estará poco tiempo en la cárcel», decían. Y después, cuando ya estuvo en la calle, la Junta recompensó al presidente de aquella plataforma nombrándolo delegado de Justicia. ¿Qué se creen los jueces?

Ahora igual con Carboneras. ¿El Supremo? ¿Cómo se atreve nadie a inhabilitar a un alcalde socialista? Ni pucherazos ni compra de voto. «Si me votas, te subo el sueldo; si me votas, te coloco». Un trabajo fijo, para toda la vida. Los delitos electorales son siempre estomacales, caciquiles. Sobornos de hambre. Pero todo esto, a quién le importa. ¿Cuatro jueces remilgados van a torcer la trayectoria de tantas victorias consecutivas del PSOE en Carboneras? ¡Venga ya! El alcalde sólo ha tenido que cumplir una semana de condena. Después, el indulto. Borrón y cuenta nueva.

Sí. De hecho, nadie allí se ha llevado ninguna sorpresa. Ya sabían que la condena del Supremo era papel mojado, como la de Barrionuevo. Será poco tiempo. «A veces, la voluntad de los pueblos es quebrada por artimañas que, aún siendo inmorales, encuentra extraños acomodos temporales en el Estado de Derecho». Esta fue la explicación del PSOE a los vecinos de Carboneras. Y lo estremecedor es que estas barbaridades, esa prepotencia y este desprecio del Supremo («extraños acomodos temporales», habráse visto) encuentren un eco inmediato en el Consejo de Ministros.

Una semana le dura al PSOE una sentencia del Supremo. No más. Por eso, algunos, ahora, se agarran la entrepierna en un cerro de Los Filabres y escupen al suelo árido de un régimen político.

2 Comments:

At 04 diciembre, 2006 19:55, Blogger canalsu said...

Cuando hace unos meses leí que este alcalde decía, sin pelos en la lengua, que el indulto se lo tenían que dar porque "era de libro" pensé que no se podía tener tanta desfachatez salvo que estuviera muy seguro. Pues estuvo fino y seguro, como las compresas esas que han tenido que adaptar su eslogan para ser correcto con el lenguaje no sexista.
Ahora se ve que las compresas, con alas y adhesivo fijador, sirven para disimular la sangrante desvergüenza de estos desahogados que, como la regla, se ha convertido en periódica.
Como no tengo muchas esperanzas en que esto cambie, sólo deseo que una vez se pongan la compresa al revés. Con el fijador hacia dentro. Así, además de en la lengua, tampoco tendrán pelos en otro sitio.

 
At 04 diciembre, 2006 22:23, Anonymous Anónimo said...

La impunidad de los impúdicos y la impudicia de los impunes.

Se mean en todo y se limpian con una toga. Y echa pallá que salpican.

Esto es lo que hay.

 

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