Libres
Hay periódicos que nacen para marcar un camino sin recodos, para rotular una conducta con trazo indeleble. Ética del comportamiento más allá de la fugaz estela de la portada diaria, de la espuma breve de las noticias de cada jornada. The Washington Post ocupó esas páginas en la historia del periodismo con Ben Bradlee como director, en el célebre ‘Watergate’. Pero no se detuvo ahí el camino. El director actual de este periódico, al que casi nadie conoce porque tuvo la ‘desgracia’ de suceder a un mito, se llama Leonard Downie y contaba hace unos días algunos detalles deslumbrantes del funcionamiento de este periódico ejemplar. Afirmaba, por ejemplo, que se entera de los editoriales cuando se publican, como el resto de lectores, porque decidió un buen día que el director del periódico no tenía que influir en el criterio de sus redactores, que es sobre quien recae la decisión de qué debe opinar el periódico sobre un asunto determinado, siempre siguiendo criterios estrictamente profesionales, intelectuales.
Su afán de garantizar la independencia del periódico no se queda ahí, en cualquier caso. Decía más: «No he votado en unas elecciones desde 1984, cuando fui nombrado director. Si vienes a trabajar aquí, tienes que aceptar ciertas restricciones de tus derechos políticos. Y el único acto político que uno puede llevar a cabo es votar en las elecciones». Es posible que no exista un ejemplo igual en todo el mundo. Se podrá discutir, desde luego, hasta qué punto es razonable una autoimposición de esta naturaleza, pero nadie podrá dejar de alabar ese afán continuo por salvaguardar la independencia del periódico de cualquier interés político, incluyendo el de uno mismo.
El caso es que, a menudo, la discusión en periodismo suele centrarse siempre en la exigencia de objetividad, que es un debate estéril, además de un imposible, cuando las obligaciones de un periodista, de un periódico, es que su trabajo se sostenga en la veracidad y en la independencia. Libres. John Stuart Mill tiene un ensayo muy recomendable, Sobre la libertad, con un capítulo dedicado a la libertad de expresión que comienza así: «Es de esperar que hayan pasado ya los tiempos en los que sea necesario defender la libertad de prensa como una de las seguridades indispensables contra un gobierno corrompido y tiránico». Lo curioso es que este ensayo se escribió hace 150 años. Y ya ven. La batalla continúa.
Hoy celebra EL MUNDO de Andalucía sus diez primeros años. Después de lo vivido, permítannos que, al menos, nos sintamos orgullosos de haber persistido en lo elemental, libertad e independencia para informar. Aquello que resumía de forma abrupta otro maestro de periodistas, Indro Montanelli. «Todo debe confiarse a los cojones de los periodistas. Cuando uno los tiene, puede cometer errores, pero sigue manteniendo su independencia». Con esta pasión primaria, pueden seguir contando.
7 Comments:
Nuestro Bradlee hispano, Pedro J Ramirez,no contó con la señora Graham,esa editora valiente,sino que lo pusieron de patitas en la calle y tuvo que fundar un periódico para seguir buceando en la inmundicia del felipismo.
Nuestro Watergate fue el GAL,y no con un presidente como Dickie Nixon,mentiroso falaz y tonton,sino con una trama de Crimen de Estado,donde a parte de asesinatos y saqueo de las arcas,la sangre salpicaba los pantalones de la cúpula de Interior.
La diferencia,Caraballo,radica en como se entiende el periodismo;las dos dicotomias.
O el modelo Ben Bradlee/Pedro J. ramirez,o el lado tenebroso Hearst/Polanco.
William Randolph era un maestro de la mentira,las amenazas y la calumnia.
Manipulaba y se servía de sus periódicos para sus intereses.
Cuando el incidente del "Maine",le dijo al fotógrafo John Miller," mándanos fotos,que de montar la guerra,ya me encargo yo.".
Aquí,la tramoya de PRISA,incluía hasta restos de terroristas suicidas,depilados y todo,y con su colección de calzoncillos.
Como decía Wilbur Evans, "a fin de cuentas,siempre es lo mismo.Descubrir que la manzana podrida viste trajes caros y viaja en coche oficial".
Así que nada,felicidades por la onomástica y a pasar lista empezando por la "Z" que diría la Rigalt.
Centrándome en lo pequeño, en lo de las páginas pares, vaya mi felicitación por las columnas que cada martes alguién que parece muy pequeño, nos recuerda nuestra "realidad nacional", me refiero a las columnas que escribe el denominado "Profeosr Cuyami", de obligada lectura. Este es el periódico que compro todos los días, el de la LIBERTAD, no el de Pedro J. Ramírez, ni siquiera el de Francisco Umbral, repito, el de la libertad que permite que alguién como ese profesor de Instituto nos diga semana a semana cual es uno de los problemas más importantes de Andalucía. Lo de hoy de los hijos del alcalde socialista es para llorar.
Gracias por la cita de John Stuart Mill, hay que recordarla cada día, todos los días.
Extraño a Enric Sopena y López Agudín, pruebas impresas junto con los que quedan de que en ese periódico no hay uniformidad en las opiniones. Nadan en la misma piscina Javier Ortiz y Jiménez Losantos, Antonio Gala y Erasmo, cada uno con su DNI en la boca, no con el mismo carnet, el que establecen como de obligado cumplimiento otros medios.
Pero a mi las piscinas que me gustan son las de Andalucía que no hay puñetera cubierta que las tape, de manera que hasta el eco parece entretenerse con nosotros de forma jugetona. Uno grita: Chaaaveees, y el eco te responde, ¿cual de ellooosss?
El Mundo Andalucía ha demostrado que tiene entidad más que suficiente, más allá del director del periódico. Aunque, pensándolo bien, no tienen nada que demostrar. Han sido diez años para enmarcar.
Es verdad que, para mi gusto, Pedro J. propende a veces y en ciertos asuntos al tipo de progradas típicas de los liberal (hay que ver cómo se echan de menos las cursivas en los blogs) a la americana. Y también es cierto que cada vez que leo a algunos de sus columnistas entro en una especie de éxtasis contraargumentatorio que sólo por razones materiales de falta de tiempo –y no siempre- soy capaz de refrenar.
Sin embargo yo sé positivamente que, si hay un periódico de papel por el que podré enterarme de lo que intentan ocultarme desde el poder, ese es sin duda El Mundo. Por eso es mi periódico.
Felicidades.
Me coge de sorpresa -como a muchos- el aniversario de El Mundo de Andalucía. Nos tenemos que felicitar de ello, porque creo que es la más dura oposición al régimen andaluz.
Me da repelús imaginar un panorama mediático sin El Mundo, qué horror ¡los de la blogocosa tenemos vida y otras cosas que hacer!
Felicidades, que cumpláis muchos más en libertad, y nosotros que lo leamos. La prueba evidente de vuestra libertad reside, precisamente, en la diversidad ideológica que contienen las páginas de opinión; sin represalias internas. Y siempre presentáis las noticias acompañadas de las pruebas que las verifican. Enhorabuena por vuestra labor, especialmente dura en Andalucía, y por vuestra valentía. Gracias por mantenernos informados.
Desde que entré a formar parte de la familia de EL MUNDO, todo lo que he recibido ha sido apoyo, comprensión y ayuda. Una de las pocas desventajas de firmar con un seudónimo es que no recibes ni el apoyo ni la ira de la gente... y eso es una pena porque te hace recordar que estás vivo, que tus palabras no caen en saco roto. Pese a eso, formar parte de EL MUNDO ya vale la pena.
Escribo estas líneas para felicitar a EL MUNDO por este recorrido y también para mostrar mi entera y eterna disposición a seguir colaborando en todo lo que sea posible.
Quiero darle las gracias al lector que en los comentarios de esta entrada dice leer mis columnas. Es todo un honor para mí que alguien pueda considerar importante el pequeño granito de arena que deposito cada semana en mi columna.
PROF. CUYAMI
profesorcuyami@gmail.com
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