El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

22 noviembre 2006

Caramelos


Es verdad que Chaves parece el ‘sumo pontífice’ de la autonomía andaluza, como lo han llamado.
Tiene un punto de cura antiguo el presidente. Va por la vida y ejerce su cargo como aquellos curas de pueblo que recorrían veloces las aceras, con su sotana enlutada, y repartían un puñado de caramelos a los niños y un surtido de afectos a sus padres. Aquellos curas antiguos siempre llevaban caramelos en el bolsillo como Chaves lleva un puñado de pactos. No es que el presidente vaya deprisa por la vida, que dicen que sólo corre por las mañanas. Pero siempre tiene a mano un puñado de pactos. «Tengo cinco, pero del quinto no me acuerdo», que dijo hace poco en Canal Sur. Caramelos de fresa, naranja, limón, anís, y del quinto no me acuerdo. Chaves por las aceras. Sólo falta imaginarlo con la sotana.

Esta vez, cuando se ha metido la mano en el bolsillo, el presidente le ha entregado a la oposición cinco pactos. Agua, televisión, educación, inmigración, y el quinto, que no me acuerdo. Pueden ser éstos o muchos más: Europa, economía, convergencia, tecnología, ‘deuda histórica’... Cualquier materia es susceptible de pacto con la sola condición de que el acuerdo se cierre en cuatro semanas, que luego llegan las Navidades, el Año Nuevo y el año electoral. Y vámonos que nos vamos. ¿De naranja o de anís?

En fin, que toda esta artificialidad en la que se haya cómodamente instalada la clase política no pasaría del mero patetismo si no supusiera un cuantioso despilfarro y una grave pérdida de tiempo para una región que, veinte años después de estar recibiendo millonarias ayudas europeas, no ha logrado siquiera salir de los puestos de subdesarrollo que se subvencionan en Europa.

El progreso, decididamente, camina por otro lado. Hace unos días, por ejemplo, estuvo en Sevilla, en una reunión de blogueros, un chaval de 22 años, Matt Mullenweg, creador de un servicio gratuito de páginas web, Wordpress, que ya ha rechazado ofertas de compra millonarias. «La clave del éxito es disponer de un sitio con abundante banda ancha y con costes de vivienda bajos», dijo para quitarle de la cabeza a los presentes la idea de que el futuro sigue pasando por grandes parques tecnológicos, del tipo de Silicon Valley. En Andalucía, la vivienda es muy cara (el endeudamiento hipotecario es el más alto de Europa), el uso de internet y las dotaciones tecnológicas están en fase primaria y ni siquiera los parques tecnológicos logran despegar.

«Yo no tengo grandes ideas, sino pequeñas ideas que funcionan», dice Mullenweg. Frente a eso, aquí, pactos ampulosos que no dicen nada y que comprometen a menos. La generalidad es el mejor aliado de la incompetencia. Todo será ponerse de acuerdo sobre ‘la necesidad de implementar políticas efectivas que contribuyan a un desarrollo igualitario’. Tres, cuatro, o cinco pactos. Aunque del quinto, no me acuerdo.

10 Comments:

At 23 noviembre, 2006 00:35, Anonymous Anónimo said...

Javier, imagina lo que es recibir la información del patriarca Chaves en tierra extraña. Es una mezcla de impotencia, indigestión, vergüenza y lástima bastante desagradable. El señorito ya no se preocupa ni siquiera de prepararse las chorradas antes de salir de casa. Es tal impunidad la que siente que no le importa reirse de los andaluces una y otra vez.

Así nos luce el pelo, y es que a él esto no le afecta.

 
At 23 noviembre, 2006 18:13, Anonymous Anónimo said...

Sí, lo de los padres de la patria andaluza sería cómico si no fuera por el daño que causan a la gente a la que dicen querer ayudar.

Parece ser que toda la clase política andaluza vive en su propio mundo, hecho de estatutos, de encuestas y –ya sabes- de incentivos de políticos, cuyo horizonte no va más allá de las próximas elecciones. Todos están en sus planes y racataplanes, cada uno vendiendo que el suyo es el bueno. Pero ninguno de ellos parece dispuesto a reconocer que lo que necesitamos es precisamente que dejen de dirigir nuestras vidas. Que nos dejen en paz.

¿Quieres menos corrupción y viviendas baratas? Pues mantén a los políticos lo más alejados de ellas que te sea posible. Elimina el intervencionismo, deshazte de tanta regulación inútil y liberaliza el suelo. Ocurre en Estados Unidos, en Bruselas. Incluso en la muy estatista Francia. Y funciona.

¿Quieres que se desarrollen las nuevas tecnologías? Pues igual. Elimina el ministerio de la cosa, la Consejería de Innovación –que me río yo de esa innovación-, devuélvele el dinero que cuesta mantener tanto chiringuito burocrático a la gente y déjales actuar en libertad.

Lo peor del intervencionismo es que distorsiona la percepción de la realidad de los individuos. Les hace perder la noción de que el motor del cambio no es ningún gobierno sino ellos mismos, su creatividad, su capacidad para estar descubriendo e inventando continuamente nuevos fines y medios, de donde nace la coordinación social espontánea propia del mercado libre, que nos enriquece a todos, como bien nos demuestra Matt.

El mercado libre es sobre todo un proceso de descubrimiento, de creación de información. Y el socialismo –el estatismo en general- no sólo inhibe esa creación de información ( si te organizas para pedirle regulaciones proteccionistas y subvenciones al político, no tienes que concentrarte en ver cómo te adaptas a los nuevos escenarios, a los nuevos deseos del consumidor y a la competencia) sino que, al establecer incentivos equivocados y artificiales, favorece la creación de información errónea, lo que te induce a adoptar comportamientos irresponsables.

Cuando una empresa o una actividad económica necesita financiación pública (e incluyo aquí a las muy politizadas y, mientras no tengan accionistas, indespolitizables cajas de ahorro) para nacer o para mantenerse, eso lo que significa es que esos recursos –los de la empresa- no están bien gastados y que seguramente deberían estarse dedicando a satisfacer necesidades más urgentemente sentidas por los consumidores. Y luego te encuentras con que las empresas no funcionan, no son competitivas y tienen que cerrar. A la vez, las mil y un barreras de entrada regulatorias y fiscales impiden que nuevas empresas que sí que podrían ser viables lleguen siquiera a nacer. O que, una vez nacidas, no logren acumular el suficiente capital como para crecer. En fin, un desastre.

Pero la solución nunca es más dirigismo político, más paternalismo, sino más libertad. Ay, si mirasen a Irlanda, país que ha sabido crecer no gracias a las subvenciones europeas, sino a pesar de ellas. Sin embargo ¿qué político andaluz se resigna a hacer lo que -porque no tuvieron más remedio- hicieron los políticos irlandeses, que fue recortar su poder? ¿Qué político andaluz se resiste a la tentación de querer hacerse con la bolsa de los caramelos?

 
At 23 noviembre, 2006 19:02, Anonymous Anónimo said...

Miren , Juan Freire también se fija en el caso irlandés
.

 
At 24 noviembre, 2006 00:18, Anonymous Anónimo said...

chaves sumo pontifice
gaspar el monaguillo
gracia el sacristan
mar moreno la monja
esto huele a sacristia

 
At 24 noviembre, 2006 12:32, Blogger Lopera_in_the_nest said...

Javier,

No tienen remedio, ellos son así!

La otra noche en la celebración del décimo aniversario de El Mundo de Andalucía, intervino el Alcalde de Sevilla, el Sr. Sánchez Monteseirín, y el aprovechó el acto para soltarnos lo que el denominó: vengo a hablar de mi libro!. ¿Este hombre no tiene asesores?. O mejor, ¿tan torpes son sus asesores?. ¿No hubo nadie que le aconsejara hablar de la libertad?. Sí, de esa libertad necesaria incluso para el medio que tanto le ataca, sin esa libertad, no sólo no progresa la sociedad, es que él no tendría la oportunidad de llegar a ser alcalde, a no ser, eso sí, que fuera del Movimiento Nacional.
Ya lo decías el otro día citando a uno de esos personajes todavía no recuperados por los progres, John Stuart Mill «Es de esperar que hayan pasado ya los tiempos en los que sea necesario defender la libertad de prensa como una de las seguridades indispensables contra un gobierno corrompido y tiránico».

 
At 24 noviembre, 2006 19:11, Blogger canalsu said...

Bueno, Chaves es como el chico alemán que nombras. Tiene pequeñas cosas que funcionan: tiene un pequeño consejero de presidencia, una pequeña presidenta del parlamento que sólo despierta de su sueño cuando grita Teófila y un pequeño problema con la educación, según su consejera Cándida. Su cuenta en el banco es pequeña, 3000 míseros euros, igual que sus ambiciones que no van más allá de trabajar toda su vida en el mismo sitio. El número de familiares que no están colocados o se benefician en la Junta es pequeño y, para defenderlo, dispone de altavoces cuyos escrúpulos son pequeñísimos.
Gobierna con mano de hierro una inmensa televisión con pequeñas indicaciones y, como la realidad nacional más grande y con más habitantes, aporta una influencia en el resto del Estado que más que pequeña es ridícula.
En realidad, que se vea, Chaves sólo tiene una cosa descomunal. Pero es nuestro presidente porque le hemos votado.
Es una pequeña, aunque puedo entender que lamentable apreciación.

 
At 24 noviembre, 2006 20:22, Anonymous Anónimo said...

Lo de que Chaves es el sumo pontifice de la autonomia andaluza lo dijo el ABC, con lo cual se retrata. Le preguntaría al usuario anonimo de antes que papel de sacristía le corresponde a este periódico en Andalucía?

 
At 26 noviembre, 2006 11:51, Anonymous Anónimo said...

Perdón, tengo que rectificar una cosa. En mi comentario anterior cambien lo de “clase política” por “casta política”. Esa estafa intelectual que es el polilogismo marxista ha logrado infiltrarse de tal forma en nuestro lenguaje y en nuestras ideas que incluso a quienes la combatimos se nos cuela a veces.

Contrariamente a lo predicado por el marxismo, lo que pensamos cada uno de nosotros no viene determinado por la pertenencia a ninguna supuesta clase, ni por la estructura, ni por la superestructura ni por ninguna otra superchería de ese tipo, sino por nosotros mismos: nuestra propia subjetividad, nuestras elecciones personales, nuestro deseo de aprender, nuestra racionalidad. Somos individuos creativos en entornos cambiantes, sometidos a incentivos y restricciones. Pero al final lo que cuenta es la acción humana individual.

 
At 02 diciembre, 2006 20:01, Anonymous Anónimo said...

Interesante cuestión la de Canalsu: Chaves es presidente porque le hemos --le han-- votado. Varias veces, además, por lo que no cabe la equivocación o la ofuscación. Las conclusiones son crueles respecto a nuestros conciudadanos. Hay muchas, pero se resumen en dos principales: 1. Es metafísicamente imposible que un pueblo vote tantas veces al mismo sujeto o partido si no le fuese bien con él. Ergo nuestro pueblo andaluz está satisfecho con este régimen dirigido por un botarate. 2. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Y una tercera, más pesimista: ¿no nos estaremos equivocando de sujeto de críticas?

Saludos, Gran Caraba. Hoy no firmo.

 
At 06 octubre, 2018 03:41, Blogger jeje said...

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