Patriotas
Muchas veces, nuestros héroes cotidianos nacen de la derrota y del adiós. De ese doble magnetismo social debe emerger ahora la figura amplificada de Rodríguez Ibarra, porque de otra forma no se explica. Por lo general, lo que todos alaban en Ibarra es su “doble patriotismo”, el de España y el del PSOE, ejercido con lealtad y disciplina. Pero todo esto no es más que un clamoroso eufemismo, porque se habla de patriotismo cuando, en realidad, lo que se valora es la fe ciega en unas siglas y el discurso persistente, sean cuales sean las circunstancias. Es decir, lo contrario de lo que uno espera de la política.
Ibarra militaba en esa sección de mando del PSOE llamada “guerrismo” y el mérito que se le atribuye ahora es que siguió confiando en Alfonso Guerra incluso cuando se conoció que le había puesto un despacho a su hermano Juan, desde el que se había enriquecido. Igual que cuando se descubrió la guerra sucia contra ETA y el saqueo de los fondos reservados; imperó la lealtad y la defensa del partido.
La única vez que su “doble patriotismo” ha entrado en colisión ha sido ahora que su partido se apoya en los nacionalistas radicales que tanto ha despreciado. ¿Qué hacer frente al Estatut de Cataluña? Y más allá todavía, ¿cómo se pasa de justificar el GAL a asumir los guiños a Batasuna y las conversaciones secretas, desde hace cuatro años, con ETA? Colisionan los dos patriotismos y, ¿cuál prevalece? El de partido, claro. En sus elogios incluyen una confesión significativa: “Antes de que me utilice la derecha, soy capaz de abrazar a Carod Rovira”.
El poder antes que los principios. Pero esto no parece motivo de halago. Por mucho que antes y después de inclinar la cabeza, Ibarra adornara sus declaraciones con un catálogo de exabruptos, también muy valorados por aquí. Es verdad, que para el patio político siempre será más entretenido un disciplinado díscolo como Ibarra que un sumiso plúmbeo como Chaves, pero no parece motivo suficiente para subirlo a un altar.
En fin, que, puestos a elegir, uno prefiere convertir en héroe cotidiano a otro líder socialista en horas bajas, el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany. En una reunión con sus parlamentarios, Gyurcsany estalló de sinceridad. “El país vive por encima de sus posibilidades y no hemos hecho nada durante años. No se puede mencionar ninguna medida gubernamental de la que enorgullecerse, aparte de haber salido de la mierda para lograr el gobierno. Hemos mentido por la mañana, por la tarde y por la noche. Y no quiero seguir así”.
Esa confesión ha provocado una revuelta en Hungría. No lo entiendo. Si le hubiera oído algo parecido a Ibarra, o a cualquier otro empachado de modernización, me hubiera puesto en pie para aplaudir. Antes que héroes pétreos y ciegos, prefiero héroes sinceros y críticos. Antes que patriotismos, razones.
8 Comments:
Javier, creo que se te ha olvidado una mención a "los tres tenores", ya sabes el granero infinito de votos con los que cuenta siempre el subsocialismo que dice gobernarnos.
Bono se dedica a pasear y perder kilitos, dando conferencias millonarias y explotando su repetida bonhomía.
El bellotari, tras el jamecuco coronario, le vio las orejas al lobo, mismo como Anguita, y no veía el momento de su mutis por el foro.
¿Quien nos queda? Pues el incombustible tito Manolo, al que tal vez habría que echarle una bolilla como a los perros. ¿O no?
Fuera aparte de felicitarte por el artículo, permíteme un juego malvado.
Imagina un congresillo, conferencia, convención o lo que fuere. DE pronto se levanta un nota tipo Pepiño Blanco -el que descubre, ahora, el blog- y suelta esta frase. Está copiada del húngaro, pero sólo hay un cambio.
“El país vive por encima de sus posibilidades y no hemos hecho nada durante años. No se puede mencionar ninguna medida gubernamental de la que enorgullecerse, aparte de haber salido de la mierda para lograr el gobierno. Hemos mentido por la mañana, por la tarde y por la noche. Y yo quiero seguir así”.
Genial, sieterevueltas. Sugiero que algún dibujante haga suya la idea. Sólo tiene que dibujar a Pepiño, como tú señalas, sentado sentado en una de esas sillas de madera de los mítines, en las que salen con cara de satisfacción observando boquiabiertos la intervención del líder. Sobre esa imagen, sólo habría que colocarle esta frase y unos circulitos, que nos indicarían lo que piensa mientras escucha: "Yo quiero seguir así".
F.J.
Ibarra es el exponente más perverso
del votante "hooligan" tan comun en Andalucia y Extremadura;ese votante radical con orejeras y bocado,que obediente deposita su voto ignorando al crimen de Estado,la corrupción,la cal viva y los cadaveres mutilados de Lasa y Zabala.
Ibarra es el populismo zafio,el lenguaje tabernario grosero y soez,la sal gorda del "zozializta" pata negra,del "que bueno era Felipe",del "agradaor" del señorito de Madrid aunque se les llenara la boca con la derechona que viene y va.
Y de patriota tal como su ex jefe Largo Zapatero.
Patriotas del ofidio y de la rosa,de aplaudidores de Vera y Barrionuevo,guerrista polvoriento de los que ponian la mano en el fuego por Juanito,el hermano de "Arfonzo".
Su marcha es un alivio para los extremeños.
Que tanta paz lleve,como descanso deja.
Lo malo del caso que plantea sieterrvueltas es lo que piensan: "yo pretendo seguir así, caiga quien caiga".
De esta manera ha nacido una nueva clase de políticos. Es como el caso aquel de los asesores de Julio César que discutían entre sí porque había un traidor. Uno de ellos dijo indignado: ¡A mi me vas a decir que traiciono a César! Yo que he denunciado a ese, ese, ese y ese…
Limitación de mandatos. Es más sano y espanta a los bichos y hongos que tan genialmente han dibujado hoy ,en El Mundo, Idígoras y Patxi sobre el sillón de Chaves
No, Talantero, no es la única receta. Hay dos fundamentales más sus posibles combinaciones: tener "comprado" el voto y habérselo ganado. Saber cuál se ha empleado es bien fácil: basta comparar el estado de las cosas antes y después de la/s legislatura/s. Y está claro que R.Ibarra no vencía por las mejoras de la comunidad extremeña; cierto es que se han producido -tiempo y fondos ha tenido sobradamente- pero desde luego no en la medida en que un buen y honesto gestor habría logrado. Extremadura ha funcionado del mismo modo que Andalucía, como apunta Gutiforever. Comparto con Javier su hábil apreciación de la continua confusión terminológica, así como sus preferencias; no puedo considerar por tanto a Ibarra ni patriota, ni hombre de principios (salvo al estilo Groucho Marx), ni por supuesto héroe, ¿cómo hacerlo después de que votara a favor del Estatuto de Cataluña, con todo lo que argumentó en contra previamente?.
Sr. "talantero" lo del voto subsidiado y esclavo es una tontería propia de ignorantes. Nadie en Andalucía vota de forma cautiva, y soy consciente de que he utilizado la palabra nadie.
Lo que en mi opinión ocurre es que hemos llegado a una degradación democrática que hace que muchísima gente vote a "su partido", de la misma forma que son del Betis o del Sevilla, son "los míos", "mi gente", y hacemos lo mismo que los del Betis cuando dicen "Viva er Betis manque pierda", es decir aunque lo hagan muy mal es "mi equipo", o como los del Sevilla cuando dicen "sevillista hasta la muerte", pues los "míos hasta la muerte en el poder", aunque malgasten el dinero y estemos siempre en la cola de las regiones españolas, pero son los de mi tribu.
Esa es la tragedia, no nos importa si lo hacen bien o mal, nos importa que ganen los míos.
P.S. Esto explica la elección del pseudónimo que utilizo en la blogosfera.
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