El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

15 julio 2006

DIARIO DE LA TREGUA. Carta a Manuel



Estimado Manuel:

Ya veo, por lo que usted me cuenta y por las llamadas que se han recibido en la emisora, que un buen número de oyentes de Onda Cero están en profundo desacuerdo con todo lo que he dicho en las dos últimas tertulias sobre el llamado proceso de paz de ETA. Lo que ocurre es que, como al ver sus críticas contudentes y las de otros contertulios con los que suelo coincidir, todo esto me llena de perplejidad porque, en el fondo, creo que estamos de acuerdo en lo esencial. Es decir, que no acierto a comprender muy bien qué ocurre.Bueno, miento: creo que lo sé perfectamente.

Mire, Manuel, a mí me parece que todo se debe a la enorme crispación que se ha generado en este tema y que hace imposible cualquier intento de matización. Cuando se genera una tensión tan fuerte se provoca un torbellino imposible. La polarización de siempre, o sea, y que tanto me irrita. Yo prefiero los argumentos, las razones, la lógica. Y aquí parece que se impone esa estrategia que tantas veces comparten el PP y el PSOE de o conmigo o contra mi; o blanco o negro. Y quien se atreva a introducir matices está condenado a que una de las dos partes lo envíe directamente a los extremos del otro bando. Por eso, los gobernantes socialistas se pasan el día acusando de fascistas y de querer que ETA vuelva a los atentados a todo aquel que ponga en duda el proceso de paz. Por eso, en sentido contrario, en el PP y su entorno se acusa de traidores a quien se permita decir que el Gobierno tiene derecho y legitimidad para negociar con ETA siempre que se limite escrupulosamente a la aplicación del Estado de Derecho. Si alguien dice esto último, corre el riesgo de que lo acusen de olvidar a las víctimas y hasta de prestarse a la estrategia de ETA...

Manuel, todo esto es, sencillamente, una barbaridad. Eso es lo que he intentado combatir esta mañana, quizá por que me asusta que se avive el fuego por el simple placer del fuego. Por eso, vuelvo a repetirle mi posición. En esencia, lo único que he intentado explicar esta mañana es que, como pasa y pasa el tiempo (ya hace más de un año que se aprobó en el Congreso la resolución de apoyo a un diálogo con ETA), lo realmente peligroso ahora es que se eternice este proceso de paz con el único objetivo de que el PSOE lo pueda llevar en su próximo programa electoral como argumento estrella. En ese sentido, la estrategia de confrontación frontal que está siguiendo el PP no sólo no está logrando desenmascarar las contradicciones en las que está incurriendo el PSOE sino que le brinda la excusa en cada momento.

De esas dos impresiones, surge la apuesta que hice en la radio y que tanta polémica levantó en la tertulia de la radio. Afirmé que lo razonable ahora sería emplazar a Zapatero para que establezca unos márgenes temporales a la negociación con ETA y que al cabo de ese plazo ofrezca el balance. Las negociaciones de Felipe González en Argel duraron tres meses; las de Aznar, apenas dos meses, ¿cuánto tiempo necesita Zapatero? ¿Seis meses? ¿Un año? Que lo diga porque de lo que se trataría es de acabar con esta dinámica que no conduce más que al enfrentamiento.Además de lo anterior, he añadido que el discurso ambiguo y engañoso del PSOE no da para afirmar que el Gobierno ha traicionado a las víctimas porque eso, sencillamente, no ha ocurrido. Uno puede cabrearse con el PSOE, desconfiar de Zapatero y acusarlo de mentiroso, pero no de haber traicionado a las víctimas porque, en la práctica, todo sigue igual: La ley de Partidos, la detención de etarras, la dispersión en las cárceles o los juicios de los asesinos.

Si queremos llamar a las cosas por su nombre, admitamos que esa es la realidad por mucho que nos llenemos a diario de sospechas.Dicho todo esto, le añadiré algo más. Cuando se hizo público el comunicado del "alto el fuego" de ETA, inicié en este Blog un Diario de la Tregua con una doble intención. Como presumía que iba a ser un proceso complicado, lleno de tensiones y asediado por la demagogia; como si de algo tengo coonstancia de lo rápido que se olvidan los acontecimientos, las promesas y las opiniones, me impuse este ejercicio de ir anotando mis reflexiones.

Ayer, cuando usted, y otros, se mostraban desconcertados con mis impresiones sobre el proceso de paz, he repasado las notas. Si le parece, compartiré con usted este repaso. Cuando llegue al final, igual comprende mejor lo que he querido decir, porque guarda una absoluta coherencia con cuanto he manifestado hasta ahora.Ya verá cómo al proponer que se le exija a Zapatero un plazo y se le deje negociar entre tanto, lo único que se pretende es pinchar de una vez este globo que tanto daño puede hacernos.

22 de marzo de 2006. Primeras Reflexiones

Conocemos una "tregua trampa" y podemos estar ante una "tregua táctica". ETA en su correcto comunicado en español ha utilizado el mismo lenguaje y las mismas ideas que se le podían oír hace treinta años, con la salvedad de que antes pedía que negociara el Ejercito y ya sólo habla de los estados español y francés como responsables de "la represión en Euskal Erria". Parece claro, por tanto, que ETA ha ordenado una tregua pero no porque haya claudicado de ninguna de sus reivindicaciones.23 de marzo de 2006. ¿Qué precio político se puede pagar?Es probable que la inmensa mayoría de la sociedad española acepte y asuma que si ETA finalmente entrega las armas, y se disuelve, habrá que pagar un precio político. Pero ese precio no puede ser otro que la vuelta de la izquierda abertzale a la normalidad democrática. No hará falta siquiera derogar la Ley de Partidos porque, si Batasuna rechaza las armas y deja de abastecer a ETA, no habrá motivos para ilegalizarla. Conviene no olvidar que Batasuna no es ilegal porque sea independentista, sino por ser terrorista.

De la misma forma, la sociedad española estará de acuerdo en que, tras una entrega de las armas, se acepte el acercamiento de presos e, incluso, que en los casos de arrepentimiento, se apliquen beneficios penitenciarios. Pero ahí se agota el precio político, la capacidad de negociación que tiene el Gobierno. Lo otro, lo de incluir en el preámbulo del Estatuto vasco el término nación, también podría ser asumible, pero a ver qué le aporta eso a los nacionalitas vascos y a una comunidad autónoma que ya se llama País Vasco y tiene autosuficiencia financiera. A partir de ahí, de esas tres cesiones asumibles, cualquier paso más que se pueda dar el Gobierno a favor de la banda terrorista será, sencilla y llanamente, pisotear la memoria de las víctimas. No va a hacer falta esperar mucho tiempo para saber hasta dónde está dispuesto a llegar Zapatero.


29 de marzo de 2006. El marketing del deshielo.

(Reunión entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Mariano Rajoy)

A mi juicio, la reunión de La Moncloa es el último acto de un guión, la última escena de un diseño de propaganda política. Todos sus predecesores en el Gobierno de la nación se han encontrado con treguas de ETA, pero ninguno ha preparado tan bien como Zapatero el exorno. Para ratificar esta impresión, sólo hay que pensar en el momento aquel del presidente Zapatero, entrando en el Consejo de Europa, con los veinticuatro mandatarios europeos puestos en pie, aplaudiéndolo.


31 de marzo de 2006. La beatificación de Otegi.

Sin que exista ni un solo elemento objetivo para afirmarlo, uno se atreve a vaticinar ya que cuando Otegi salga de la cárcel tendrá por delante un largo camino de actividad política. Más allá, incluso, no será de extrañar que, tras las próximas elecciones vascas, cobre vida la hipótesis más descabellada que se realizó hace varios meses: que el objetivo último del Partido Socialista de Euskadi es el de desplazar al PNV del Gobierno con el apoyo de Batasuna. Es decir, la misma operación que realizó en Cataluña, contra Convergencia i Unio, gracias al apoyo de la Esquerra de Carod Rovira. Y como todo ello se enmarcará dentro del "largo, duro y difícil" proceso "de pacificación" del País Vasco, pues ni siquiera provocará recelos internos en el PSOE, más allá de tres o cuatro dirigentes socialistas (Rosa Díez, Redondo Terreros, Maite Pagazaurtundua o Múgica) a los que presionarán para que abandonen el partido.


20 de abril de 2006. Momento verificación


... Las otras prisas, las que tiene el Partido Popular (o por lo menos un sector del PP) por verificar día a día que la tregua es un fracaso son unas prisas inoportunas e inconvenientes. Uno, verán ustedes, puede desconfiar de la tregua de ETA, pero lo que es una equivocación es sacar conclusiones a diario, por los actos de diario y las declaraciones de diario, sobre la certeza y engaño de esta tregua. El PP, desde el inicio del proceso, no se ha dado cuenta de que, quizá, su estrategia más conveniente, más inteligente, es la de ceder toda la responsabilidad de la negociación al Gobierno, apoyarlo con su silencio, y esperar prudentemente a que pueda establecer conclusiones definitivas. Ahora, ciertamente, nadie puede criticar al Gobierno por pagar un precio político a ETA porque esa cuestión, aunque se presuma, no se ha dado.En fin, que a lo mejor sería más conveniente que el PP pusiera sobre la mesa las tres o cuatro exigencias irrenunciables para un acuerdo de desarme con ETA. Y esperar, sin machacar todos los días con todo y sobre todo. Ese tono apocalíptico, que es tan así.

Ocurre, sin embargo, que la misma prisa que tiene el PP (o por lo menos un sector de ese partido) por certificar el fracaso de la tregua, es la prisa que tiene el Gobierno y el PSOE por verificar, minuto a minuto, que la tregua ya ha sido un triunfo. Y estas prisas, vamos a ver, sí que pueden ser peligrosas.

22 de mayo. La Ecuación.

Ya está dicho aquí otras veces que es un error esa estrategia de concederle certificados de éxito o fracaso a la tregua de ETA por cada acontecimiento que se produce. Como deshojando una margarita, hoy sí, hoy no. El equilibrio razonable es apoyar el llamado ‘proceso de paz’ en el que se han embarcado el PSOE y ETA –sí, con la misma estrategia que ya utilizó la banda terrorista con el PNV hace unos años, en Estella- con la certeza de que, en realidad, un diálogo así no puede llegar nunca a buen puerto. Por una sola razón, de la que se deducen las demás: el acuerdo con ETA para su desarme sólo será posible cuando la banda terrorista reconozca su derrota.Si no es así ETA siempre intentará negociar con el Estado de igual a igual, sentados en la mesa, esperando que el otro ponga sobre el tapete sus planteamientos para, al final, acordar un punto medio. "Ni tuya ni mía". Y ese tipo de negociación, el punto medio, no es posible encontrarlo en asuntos como la anexión de Navarra, la integración del País Vasco francés, o la amnistía de los presos etarras.En fin, como vemos que esa es la pared en la que se puede estrellar un acuerdo con ETA, por eso mantenemos el escepticismo.

Pero, al mismo tiempo, no se le puede hurtar al presidente Zapatero, por cándido o peligroso que nos parezca, la posibilidad de negociar con ETA al igual que hicieron los anteriores. Hasta ahora, además, Zapatero siempre ha dicho que no va a negociar ni la autodeterminación ni la anexión de Navarra. Ya veremos. Y ya diremos. De momento, no debemos, pese a la desconfianza, desconfiar de su palabra. Retenegamos sus compromisos para exigirlos en el futuro. Esta labor será esencial porque lo que sí se atisba ya con claridad en el presidente del Gobierno es una desvergonzada despreocupación por la coherencia. Más bien al revés, el juego de zizagueo que se practica, resulta a veces abrumador.

1 de junio. El punto de inflexión

Hace dos meses que la banda terrorista ETA declaró una tregua permanente. En este breve espacio de tiempo, la mayoría de los españoles se han situado inteligentemente al margen de estrategias partidarias y han expresado en diversas encuestas que le reconocían al Gobierno de Rodríguez Zapatero el derecho a negociar con la banda terrorista el abandono de las armas, siempre que no se pagara un precio político por ello. Pero, si esto ocurre, es porque esa misma sociedad confía en que sus representantes políticos, el Gobierno de la nación con su presidente al frente, no van a vulnerar las leyes ni va a cometer la indignidad de comerciar con la memoria de las víctimas a través del olvido y la postergación.

Se puede respaldar un proceso de negociación con una banda terrorista aún desconfiando de la banda terrorista, pero de ninguna forma se puede apoyar ese proceso si se desconfía también del Gobierno y de sus representantes legales. Ese es el punto de inflexión, la relevancia política y social, que tienen las palabras pronunciadas en el Congreso por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando el presidente ha afirmado en el Debate sobre el Estado de la nación que su partido, el PSOE, que es el partido del Gobierno, se va a sentar a negociar con Batasuna, formación ilegalizada por formar parte de la estructura de ETA, no sólo ha vulnerado sus promesas, sino que ha provocado que una buena parte de la sociedad le retire la confianza para seguir negociando con la banda terrorista. El punto de inflexión es ése, que ya no se considere a Zapatero un interlocutor válido para negociar con ETA en nombre de los españoles.
Existen muchas razones, pero en una sociedad democrática bastaría una sola: Ha mentido.

28 de junio. La negociación.

El manejo de tiempo ha sido, desde el primer día, una de las claves de este "proceso de paz" que el Gobierno le ha ofrecido a ETA. Ahora que se acaba el curso político, el presidente del Gobierno se dispone a dar un nuevo ‘golpe de efecto’ que, como los anteriores, marcará la agenda de los próximos meses. Esta vez el ‘proceso de paz’ se retroalimenta con otro anuncio, otro paso, su primera reunión con ETA. El elemento común denominador que identifica cada uno de estos pasos es que todos se rodean de una enorme expectación. Han pasado catorce meses de aquel anuncio y, ya ven, seguimos igual. El tiempo Zapatero, ya ven. El tiempo de un paso para delante y otro para atrás con el que no se avanza, todo se congela. El tiempo Zapatero, ya ven. Es este tiempo que obrará la magia de haber tenido el proceso de paz como uno de los ejes fundamentales de la legislatura y, además, conservarlo intacto como promesa electoral para las próximas eleccions generales.

La fábula de Pedro y el Lobo. 15 de julio.

En fin, Manuel, que así es como llegamos a la situación actual. Y así ha sido el proceso, mi proceso personal de reflexión en lo que llevamos de tregua. Sigo manteniendo lo esencial de lo que he dicho estos días. No se le puede negar a un Gobierno la legitimidad para negociar, incluso si se desconfía profundamente de ese Gobierno. Lo realmente importante es que se marquen bien los principios a los que un demócrata no puede renunciar en nombre de ninguna causa, ya sea la paz en el País Vasco o cualquier otra desventura que se le atraviese al Estado de Derecho.

En ese sentido, si nos acogemos a la realidad estricta, nadie puede afirmar hoy que el Gobierno ya ha traicionado a las víctimas de ETA. Sencillamente, no es verdad. Las víctimas pueden sentir o temer que las van a traicionar, pero no pueden asegurar que eso ya ha sucedido. No es bueno estar todos los días afirmando que se traiciona a las víctimas porque si algún día, esperemos que no llegue, sucede realmente, nadie se lo va a creer. La fábula de Pedro y el Lobo, ¿la recuerda? Pues eso.

Lo que me temo, en fin, es que el presidente Zapatero ha decidido gestionar la tregua de ETA de una forma radicalmente distinta a como lo hicieron Felipe González y José María Aznar. Está dispuesto a convertirla en una parte más de su programa electoral. Y si eso es así, la estrategia de bronca excesiva del PP acaba convirtiéndose en su mejor aliado. Por eso, dije y digo: Quizá lo inteligente sea autorizar al presidente Zapatero a que negocie, siempre dentro de las reglas del Estado de Derecho, como él mismo se ha comprometido, con la única condición de que establezca un plazo de tiempo. ¿Cuánto necesita? ¿Seis meses? ¿Un año? Al finalizar, venga usted a rendir cuentas.De todas formas, Manuel, es tanta la bronca, la tensión y los intereses, que no me extraña nada que el primer equivocado sea yo.


Afectuosamente,
Javier Caraballo.

5 Comments:

At 15 julio, 2006 22:11, Blogger canalsu said...

¿Por qué preocupa tanto a esta gente que uno pueda tener dudas sobre lo que hacen? ¿por qué enerva que alguien con repercusión popular las manifieste? ¿por qué personas con supuesta capacidad crítica y/o analítica tragan que el presidente diga un día una cosa y cinco minutos después tenga que matizarla?

¿Por qué en la "España con más derechos y más libre" somos tachados de irresponsables o fachas si no inclinamos la cerviz y levantamos el dedito ante el maestro que dormita delante de la pizarra donde ha escrito las tareas del día?

 
At 16 julio, 2006 21:13, Anonymous Anónimo said...

Lo otro, lo de incluir en el preámbulo del Estatuto vasco el término nación, también podría ser asumible, pero a ver qué le aporta eso a los nacionalitas vascos...

Estoy en desacuerdo con ese planteamiento inicial tuyo, y estoy tratando de explicarlo estos días en mi Ventana al patio. Cualquier cosa que se incluya en un Estatuto vasco para contentar a los terroristas sería un precio político, eso que nos prometieron que no pagarían. Y significaría hacer rentable el asesinato. ¿Poco rentable? Tal vez, pero esto no es cuestión de cantidades.

Por eso creo que hay que insistir en la distinción, que no vale decir conmo tú haces que todo es político. La amnistía más indiscriminada, por más que repugnara a cualquiera, seguiría sin ser un premio al asesinato en el sentido que lo es cualquier inclusión del marco político en la negociación.

Mientras no se separe con claridad absoluta ese marco político de las conversaciones con ETA (es decir, mientras el gobierno no rectifique) no puede pretender ese apoyo que le brindas.

 
At 17 julio, 2006 08:35, Blogger GFO said...

No se puede apoyar ninguna negociacion que implique un precio politico, y menos aun, el desprecio a los mil muertos asesinados por ETA durante treinta años.
Para eso, no ha muerto Miguel Angel Blanco.
Ni Gregorio Ordoñez.
Ni perdio sus piernas Irene Villa con 9 años.
Ni murieron los niños de la Casa Cuartel de Zaragoza.
No confiamos en el Presidente,por que como decia Barret, a "un dirigente jamas se le puede perdonar la indigencia moral y la mentira".
Las mismas siglas que crearon el GAL, que asesinaron tras torturar a Lasa y Zabala, arrancarles las uñas y enterrarlos en cal viva,son los que ahora pretenden ir de la mano con Otegui como futuro Premio Nobel de la Paz.
No podemos confiar en quien dese el "pensamiento debil" y el relativismo absoluto,no tiene una idea de España, y pretende hacer saltar por los aires el modelo de Estado, la Constitucion y el consenso del 78,sin pasar por las urnas.
Un presidente que llego con una ola expansiva,aupado sobre 192 cadaveres,no puede pretender la coartada de otros mil muertos para rendir el Estado a los asesinos.
Negociacion, en mi nombre:¡¡¡NO!!!

 
At 28 julio, 2006 11:12, Anonymous Anónimo said...

Hola. En primer lugar desearía saludar a todos y fecilitar al autor de la bitácora.

Me congratulo de coincidir en el análisis sobre este «proceso» o para mi escenificación de conversación con ETA.

Aquí vaticiné el 29 de Marzo que este proceso se podría mantener hasta las próximas elecciones con motivos electorales.

Un cordial saludo

 
At 29 julio, 2006 12:12, Anonymous Anónimo said...

La negociación, veamos:

De una parte ETA, con reclamaciones a las que no tiene derecho (autodeterminación, suelta de presos, amnistía, etc), a cambio de renunciar a algo a lo que tampoco tiene derecho (matar).

De la otra el gobierno, en representación del estado (de derecho, ojo); con exigencias absolutamente legítimas (dejar de matar, entregar las armas y entregarse) y sin más margen de renuncia que endulzarles el trago a los etarras sin renunciar a un ápice del estado de derecho.

Es una negociación muy delicada, por desigual. Y qué quieren que les diga, Zapatero, con la cintura descoyuntada a base de talante, no me parece el más adecuado para llevarla a cabo. O acabará renunciando a más de lo admisible, o fortalecerá a ETA.

Al tiempo.

 

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