El Blog de Javier Caraballo

Javier Caraballo es periodista de EL MUNDO. Es redactor Jefe de Andalucía y autor, de lunes a viernes, de una columna de opinión, el Matacán, sobre la actualidad política y social. También participa en las tertulias nacionales de Onda Cero, "Herrera en la Onda" y "La Brújula".

07 marzo 2011

El lince ibérico



No digas nada. Yo también lo he pensado al instante, casi al mismo tiempo que tú. Por eso imagino que a los dos se nos ha cruzado en la cabeza la misma expresión, que no es de sorpresa exactamente, porque ya te lo esperas todo, es más bien hastío, o fatiga, cansancio de que cada vez que rascamos algo, siempre aparece, con distintos nombres, con distintas caras, la misma historia y los mismos protagonistas. Ahora, otra vez Felipe y otra vez Doñana, que parece que aquí no pasa el tiempo. Desde aquella urbanización, Costa Doñana, que quisieron construir los amigos de Felipe hasta este gasoducto de la empresa de la que es accionista Felipe. Sí, ya sé, pero no digas nada, porque volverán a decir lo mismo: ¿es que acaso Felipe no tiene derecho a trabajar, y sus amigos tampoco? Y tú volverás a repetir lo mismo: ¿es que no puede trabajar en nada que no intervenga como autoridad, en nada en lo que no pueda ejercer su influencia?

Todo se ha sucedido, además, con una secuencia temporal que aviva los recelos, las sospechas. Porque largaron a Ginés Mora, el biólogo de prestigio que presidía el Consejo de Participación de Doñana, justo después de que le pusiera reparos al oleoducto del Grupo Gallardo que quieren construir los socialistas extremeños, desde Doñana hasta el corazón de Extremadura. Se fue el biólogo y lo sustituyó Felipe González; se planteó lo gasoducto y nadie puso pegas. Luego vino lo de la entrada de Felipe González como consejero de Gas Natural, la empresa que quiere construir el gasoducto; la empresa de la que también es accionista el ex presidente. Uno, dos y tres. Dirán otra vez que sólo se trata de casualidades, y tú volverás a contestarles de nuevo que sí, que vaya casualidad. Aquí, en el entorno de Doñana, los agricultores están a raya y las gentes de Huelva y de Cádiz tienen que acostumbrarse a ser las dos únicas provincias limítrofes de Europa que no están comunicadas por carretera, pero tiene que ser así, porque hay que preservar Doñana, por encima de todo. Pero por debajo, el oleoducto y el gasoducto se saltan toda la lógica. La casualidad, sí. Otra vez la casualidad.

Luego, todo esto nos llevará al debate inagotable del complejo papel de los ex presidentes del Gobierno, esos valiosos jarrones chinos que nadie sabe dónde ponerlos. Bueno, ahora, los jarrones están en vitrinas lujosas, la de Endesa para Aznar y la de Gas Natural para Felipe González. Y sabemos, claro, que una democracia tiene que velar por la dignidad de sus ex presidentes, y por eso el Estado les ha asignado un sueldo de ochenta mil euros al año. Pero, ¿tiene sentido que se mantenga esa asignación, aún cuando los presidentes tienen ingresos muy superiores, de hasta 126.000 euros al año en el caso de Felipe González y de 200.000 euros en el de Aznar? No, claro, no tiene sentido, y si no existe incompatibilidad legal, nadie discutirá la incompatibilidad ética en estos tiempos de crisis. La ética, sí, la misma por la que se puede asumir que Felipe gane 11.500 euros en sus dos primeras semanas en Gas Natural, pero no que presida al mismo tiempo un consejo que debe pronunciarse sobre los proyectos de quien le paga ese dineral.

No digas nada, que yo también lo he pensado: N o hay que preocuparse por el lince, que esa especie no corre peligro en España y menos en Andalucía. Estarán en peligro los animales, pero el lince, el verdadero lince ibérico, ha vuelto a Doñana y no hay riesgo alguno.

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